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¿Las minorías creativas pueden transformar el mundo?
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El líder no quiere brillar solo, quiere que los demás brillen y que brillen en conjunto.


Por: Instituto Juan Pablo II | Fuente: Catholic.net



Hoy día, tenemos innumerables ejemplos de líderes que nos inspiran, que admiramos, que seguimos e incluso que rechazamos. Vemos carteles por las calles de políticos en campaña, escuchamos de artistas que congregan a miles de personas, influencers que a través de las redes sociales son seguidos por miles e incluso millones de individuos, youtubes que viven de sus vídeos que van desde temas de la caricatura de actualidad y el desayuno que prepararon en la mañana, hasta reflexiones filosóficas y políticas. Estamos en la era del meme, en la era del like, en la era del follow, los jóvenes quieren ser como el futbolista tal o el artista cual, pero no siempre por la vivencia de sus virtudes, sino tal vez por sus excentricidades, por la libertad con la que hablan o la extravagancia de sus outfits.

¿Qué papel jugamos los cristianos en este contexto? ¿Qué estamos haciendo para que la sociedad dé like o follow al mensaje cristiano a favor de la vida, de la persona, del matrimonio, de la familia? y no me refiero solo a través de los medios masivos de comunicación.

Las minorías creativas, un concepto acuñado por el Papa Benedicto XVI, nos dice el Mons. Mario Iceta, Obispo de Bilbao: “Los dos términos de concepto, minoría y creativa, son fundamentales. Ambos evocan la raíz propia de nuestra fe cristiana, que está llamada a ser levadura, sal y luz. El Maestro elige a los doce y los constituye como fundamento de la fe apostólica. Y envía a los discípulos en pequeños grupos, de dos en dos para que realicen cosas nuevas, los signos de la llegada del Reino. Y estas humildes minorías anuncian y hacen presente la obra de Quien, en palabras del Apocalipsis, hace nuevas todas las cosas. De aquel grupo, renacido a un orden nuevo, ha brotado una realidad capaz de recrear una civilización.”

En los primeros años del cristianismo, los cristianos estaban obligados a vivir sus prácticas religiosas a escondidas, en las catacumbas; el creyente vivía de símbolos. Vemos en el arte al pez, al buen pastor, la oveja, el ancla; que eran símbolos paganos que los proto cristianos tomaron y le dieron un significado religioso, de manera que se pudieran identificar entre ellos sin ser descubiertos. Elaboraron un lenguaje alegórico a través del cual se podían comunicar.

¿Cómo los primeros cristianos lograron ser levadura, siendo minoría durante el imperio romano desde el siglo I? La respuesta la encontramos en las minorías creativas.



Algunos comprenderán el concepto de «minoría creativa» como un grupo débil, selecto, poco escuchado, que constantemente está luchando por crecer; sin embargo, la minoría creativa es un pequeño grupo de líderes con potencial para crear una auténtica «revolución del amor». Como dice el Papa Benedicto XVI, «La revolución cristiana… La revolución del amor, un amor que en definitiva no se apoya en los recursos humanos, sino que es don de Dios que se obtiene confiando únicamente y sin reservas en su bondad misericordiosa ».

Se necesita un líder, aquel que arrastre, que identifique, valore y potencie las cualidades de los demás con miras en un objetivo, que además ha de ser alto y noble. El líder no quiere brillar solo, quiere que los demás brillen y que brillen en conjunto.

En la sociedad actual, se palpa un sentimiento hondo de «nostalgia de la virtud». La gente quiere, desea y anhela vivir valores altos, pero no todas las minorías creativas están despiertas u organizadas.

Como nos dice el Dr. Alejandro Landero: “Haciendo una analogía, la minoría creativa es como una fogata que tiene dos tareas fundamentales: la fogata ilumina, aclara el camino en medio de la confusión, da luz en medio de oscuridad y el pesimismo, permite mirar el rostro del que se tiene al lado. La fogata no solo ilumina, sino que da calor; permite sacarnos del frío que paraliza, nos sentimos acogidos, seguros. La fogata simboliza el abrazo de la amistad y el signo de la hospitalidad. La fogata hace que este mundo no sea un lugar inhóspito. Esa es la tarea de las minorías creativas: iluminar y abrazar.”

Este diplomado es una oportunidad para crecer en nuestra formación como líderes, capaces a conocernos como persona para servir a todos aquellos con los que nos rodeamos, empezando por nuestras familias, compañeros de trabajo, amigos, aquel con los que nos topamos en el día a día y podemos ayudar a vivir una vida en plenitud.



 

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Artículo patrocinado.

Gracias a nuestro bienhechor Isidoro Daniel Vargas Malagon de México por su donativo, que hizo posible la publicación de este artículo

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