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Shawn Chamberlain
Convierte el derroche de unos en la alegría de otros


Por: Javier Ordovàs | Fuente: Catholic.Net



Shawn Chamberlain trabaja en un hospital para enfermos terminales y cada día lo llena de vida, amor y alegría. ¿Cómo? Con flores frescas (y gratis). ¿De dónde las consigue? De donde más abundan: de las  bodas

 

¿Dónde van todas las flores que se utilizan para decorar una boda? ¿Dónde van todos esos centros de mesa y todos los adornos florales que embellecen cada rincón de la celebración? A la basura. Así, simple y llanamente. Se tiran cuando la fiesta ha acabado. Sí, los invitados más románticos cogen algunas y hasta guardan sus hojas sueltas entre las páginas de los libros. Pero el 98% de las flores en las que se gastó una parte importante del presupuesto de la boda tienen un final menos poético.

 

Shawn Chamberlain reparó en este hecho y quiso alargarles la vida. De hecho, la idea llegó porque quería alargar otras vidas y si esto no era posible quería hacerlas, por lo menos, más felices y más bonitas.



Shawn trabaja en un hospital al que solo van pacientes a los que les han augurado seis meses (o menos) de vida. Allí es donde se despiden del tiempo que han pasado en la tierra y donde asimilan que el final ha llegado. Así que Shawn está rodeada de inevitable tristeza.

 

Un día, mientras estaba en el jardín del hospital se dio cuenta de que entre todas las personas mayores había una chica muy joven. Le contaron que era madre de un bebé y que a ella le quedaba muy poco tiempo de vida. Shawn quedó desolada y tuvo un sentimiento instintivo: coger flores del jardín y dárselas a esta chica. La sonrisa de ésta fue toda una explosión de felicidad y de ideas.

 

Días más tarde, por casualidad (aunque, al final, nada lo es) Shawn encontró una investigación de la Universidad de Rutgers publicada en las revistas médicas que había en el hospital. Decía esto: "Varios sujetos fueron parte del siguiente experimento: a todos se les regalaron flores y todos tuvieron una respuesta positiva. Todos y cada uno de ellos". Y Shawn no pudo evitar pensar en la sonrisa que había provocado en esa paciente terminal su pequeño ramo. Así que tomó una decisión: llenaría aquel hospital de flores para poder provocar alegría entre toda la tristeza que sentían los pacientes que sabían que su vida terminaba.



 

Pero había un problema: ¿dónde conseguiría tantas? ¿Cómo podría tener flores frescas cada día? Todos sabemos que son realmente caras... Y, de pronto, Shawn supo dónde las encontraría: en las bodas. Ella se había casado y sabía dónde habían terminado las suyas. Así que empezó a hacer llamadas a organizadores de bodas y eventos, a floristas, a novias y a novios, y a todas las personas relacionadas con el negocio que se le pudieron ocurrir o de las que le hablaron. La respuesta fue brutal y arrolladora: todo el mundo quería participar y estaba entusiasmado con la idea.

 

Y así nació The Full Bloom, la pequeña empresa sin ánimo de lucro de Shawn Chamberlain que se encarga de llenar de alegría espacios que están repletos de tristeza. Las flores llegan en forma de donación de manera anónima, nadie sabe quién las envía.

Porque aquí lo único que importa es provocar alegría.







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