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Las parroquias y la Iglesia Universal
Dos circuitos, en algunos temas, desconectados.


Por: Javier Ordovás | Fuente: Catholic.Net



Es admirable la unidad de la Iglesia Católica extendida y repartida por tantísimos países y los  lugares más recónditos. Esa unidad en la fe, la doctrina y la moral de la Iglesia Católica, que ha luchado por mantener  durante toda su historia, le da una solidez que genera prestigio y confianza, a pesar de las debilidades y errores que cometemos los que formamos parte de ella.

 

 

Es admirable la firmeza de los sacerdotes y párrocos que confirman día a día a sus fieles en la unidad de fe de la Iglesia, a pesar de los continuos ataques y polémicas entorno a puntos centrales de la vida humana como el matrimonio y la familia.

 



 

En las últimas décadas, de profundos cambios en las técnicas y cultura de la comunicación la Iglesia ha sabido adaptarse y los últimos Papas han sido verdaderos líderes en el uso de los medios de comunicación para transmitir, comunicar, el mensaje de Jesucristo a la humanidad.

 

 

Es quizá en este tema, en el que se puede detectar una descoordinación entre la forma de transmitir el Evangelio desde las cabezas de la Iglesia y la falta de experiencia en comunicación en algunas parroquias. Una descoordinación entre la cabeza institucional y los pastores locales.



 

 

Sin ninguna duda, la función de uno y otro son distintos, el público, las ovejas a pastorear, son distintas. Los pastores locales deben adaptar los contenidos y formas universales de la Iglesia a la cultura y necesidades particulares de los fieles locales.

 

 

Actualmente ya hay muchos fieles activos que, con iniciativa  siguen, sobre todo en las redes, la vida y actividades de la Iglesia y el mundo católico, pero, la gran mayoría de católicos son de ¨misa dominical¨ solamente y desconocen la situación de la Iglesia en el mundo, las acciones institucionales que se realizan desde la Jerarquía y los mensajes comunicadores del Papa.

 

 

Por ejemplo, en algunas parroquias casi no se habla de los viajes del Papa, o de sus declaraciones importantes, de su presencia en la ONU y en otras instituciones, o de la tragedia que están viviendo los cristianos en oriente y en algunos países africanos,  etc. 


También, por ejemplo: para el reciente Sínodo sobre la familia se realizó un importante esfuerzo participativo, en su preparación y ejecución, recogiendo información desde las parroquias y los obispados pero, sin embargo, las conclusiones del Sínodo no han tenido un retorno ni eco suficiente en algunas parroquias, quedando los fieles de ¨misa dominical¨ a merced de la sucinta y desfigurada información de los medios de comunicación.

 

 

Es admirable ver la actividad de sacerdotes y párrocos que tienen que multiplicarse para asistir a reuniones, actividades y atender una cantidad de fieles que les desborda y les busca para resolver problemas que, muchas veces, corresponden a los asistentes sociales o, simplemente los fieles que buscan a alguien de confianza que les escuche.

 

 

Esta situación de falta de tiempo de los sacerdotes, puede generar falta de dedicación a las prédicas y homilías y terminan acudiendo al fondo de su propia formación, que es buena,  a sus propios recursos y a los contenidos, a veces clásicos y repetitivos. La falta, justificada, de tiempo para la preparación de las prédicas, hace que no se aprovechen las enormes fuentes de contenidos y noticias que la Iglesia Universal genera cada día.

 

 

La preocupación por lo local, lo inmediato, puede hacer perder la visión universal, católica, además de desaprovechar las experiencias y ejemplos de católicos por todo el mundo que pueden dar a las predicaciones mayor viveza y actualidad, evitando los contenidos genéricos e insulsos y la forma poco atractiva de transmitirlos.

 

 

Dentro de la formación que reciben los sacerdotes en el seminario se incluye  la apertura a la evolución de la cultura social y el amor a lo universal. Este espíritu deben mantenerlo cuando se encuentran inmersos en las múltiples actividades parroquiales y diocesanas.

 

 

En el escalón superior, los obispados y Conferencias Episcopales están haciendo un enorme esfuerzo de actualización y su presencia en la opinión pública es cada día mayor. Es notable la fuerza de muchos medios de comunicación propios de la Iglesia (tv, prensa, radio)  y se va notando la actividad de oficinas de prensa profesionales tan necesarias para inundar de noticias vivas e interesantes, del ámbito católico, a los medios de comunicación que tanto distorsionan la verdad.

 

 

Estas oficinas de prensa de los obispados y Conferencias Episcopales se están profesionalizando y llevan más la iniciativa en la información sobre la Iglesia, universal y local, para no actuar a la defensiva, o interviniendo solamente cuando se cometen injusticias o desinformaciones referentes a la Iglesia sino, generando noticias vivas, atractivas y positivas para los medios, que tanto las necesitan.

 

 

 Con todos estos pasos se podrá eliminar la brecha existente entre la información asombrosa que se mueve en los medios de comunicación y en las redes, por católicos con iniciativa y la  escasa información que llega a los católicos de ¨misa dominical¨, que son la gran mayoría.

 

 

 

 







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