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De Enamorados a Amados
Y tú, ¿ya estás preparado para amar?


Por: Francisco Peralta Dávalos | Fuente: Catholic.net



 

“Casi todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar”, así comienza la canción “Amar y querer” compuesta por Manuel Alejandro y famosa en su interpretación por José José. Las siguiente línea de la canción dice “Y es que amar y querer no es igual”, de las líneas mencionadas podemos hacernos dos preguntas bastante interesantes: si amar y querer no es igual, ¿cuáles son las diferencias entre uno y otro? y ¿por qué pareciera que, efectivamente, muchos saben querer y pocos amar?


Tal vez la respuesta se encuentre en que cuando nos enamoramos, nuestro cerebro se encarga de la producción de algunas sustancias las cuales son responsables de la característica sensación de bienestar, de una aparente “felicidad” que pareciera emanar del simple hecho de escuchar o de ver a la pareja, incluso, en muchas ocasiones, del  simple hecho de pensarla.


Los dos principales neurotransmisores involucrados en el proceso y la etapa del enamoramiento son la Feniletilamina (FEA) y la Noradrenalina, de tal manera que podemos afirmar que cuando estamos enamorados, nos encontramos bajo el influjo (de manera natural) de algunas sustancias que nos hacen percibir la realidad de una manera un tanto distinta y nos hacen pensar y actuar de cierta manera que normalmente no haríamos.
El enamoramiento es finito en cuanto a que esta etapa, en promedio, no suele pasar de los dos años, es decir, la sensación de bienestar y “felicidad” producida por los procesos neuro-químicos de nuestro cerebro se termina, el enamoramiento acaba y nos enfrentamos a la “realidad”. Es en esta etapa crítica en la que muchas parejas terminan la relación, principalmente las que basaban su relación al nivel de las sensaciones simplemente.


El Amor, a diferencia del enamoramiento, no se encuentra definido o determinado por neurotransmisores; éste se vale principalmente de un acto de voluntad, de ver al otro tal como es, una persona con virtudes y defectos, a la cual elijo de manera libre donarme y entregarme, compartiendo un proyecto de vida en común. “El verdadero amor comienza cuando termina la euforia y las personas sienten un deseo profundo de tener intimidad y de ser amadas”, apunta muy bien Gary Chapman.




Dicho lo anterior, nos damos cuenta de las diferencias entre estar enamorado y amar, y cómo es que el enamoramiento es solo la antesala del amor, etapa muy importante, pero la más “sencilla” de conllevar como pareja. Amar implica mayor complejidad en cuanto a que es necesario el desarrollar herramientas adecuadas para la solución de conflictos, para lograr una adecuada convivencia y la búsqueda de metas en común para así tener una sana relación. Para amar se necesita un cierto grado de madurez personal.
Y tú, ¿ya estás preparado para amar?







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