Edificada sobre roca
Por: H. Rubén Tornero, L.C. | Fuente: missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, gracias por este momento que me regalas para estar en tu presencia. Vengo ante Ti cargado de muchas cosas. Tú sabes por dónde caminaron mis pies. Conoces muy bien las heridas que hay en mi corazón. No quiero ocultarte nada. Deseo derramar todo mi pasado en tus manos. Todo lo que he sido, soy y seré, lo pongo en tu corazón. Tú me amas así como soy. Dame la gracia de experimentar ese amor que me tienes de tal manera que Tú me conviertas en un signo viviente de tu amor por los hombres. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 21.24-27
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No todo el que me diga: '¡Señor, Señor!', entrará en el reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra la casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, y dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Muy querida alma:
Te he dicho que quien escucha mis palabras y las vive, es como quien construye su casa sobre roca.
No te he dicho que quien escucha mis palabras y las practica no tendrá ninguna dificultad y será como una casa mansión de película donde siempre brilla el sol y nunca cambia el clima. No. Sé de sobra que la vida es difícil y hay momentos duros en donde las aguas se desbordan y todo parece estar en tu contra.
No temas. Ven a Mí. Haz de Mí tu roca, tu soporte. Confía en Mí. Por más terribles que parezcan los vientos, por mucho que crezcan las aguas, no dejes de confiar en Mí, de escuchar mi voz y de encarnarla en tu vida diaria. Te amo. Nunca dejaré de hacerlo. NUNCA. No te dejaré solo… yo he estado, estoy y estaré contigo… si tú me lo permites…
Ven. Aquí te espero.
Att. Jesús.
Dios no es un ser lejano y anónimo: es nuestro refugio, la fuente de nuestra serenidad y de nuestra paz. Es la roca de nuestra salvación, a la que podemos aferrarnos con la certeza de no caer; ¡quien se aferra a Dios no cae nunca! Es nuestra defensa del mal siempre al acecho. Dios es para nosotros el gran amigo, el aliado, el padre, pero no siempre nos damos cuenta. No nos damos cuenta de que nosotros tenemos un amigo, un aliado, un padre que nos quiere, y preferimos apoyarnos en bienes inmediatos que nosotros podemos tocar, en bienes contingentes, olvidando, y a veces rechazando, el bien supremo, es decir, el amor paterno de Dios. ¡Sentirlo Padre en esta época de orfandad es muy importante!"
(Homilía de S.S. Francisco, 26 de febrero de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy buscaré vivir la caridad en mi vida cotidiana ayudando a alguien de manera oculta.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.