Desafios que enfrenta hoy la Familia
Por: Konye Maldonado | Fuente: Capsulas de Verdad
Podemos decir que nosotros como cristianos católicos tenemos la mayor dignidad del ser humano que es el ser hijos de Dios. Hoy en día se ha desvirtuado el verdadero concepto de la familia, debido a la ausencia de la moral que es la orientación de la conducta humana en relación con Dios. El hombre se va perfeccionando mediante sus actos, y como tal está llamado a buscar espontáneamente a Dios, a profundizar y entender que no está aquí por una explosión o evolución sino por el amor divino de un ser supremo y omnipotente que es su creador.
Como todos sabemos, en la familia es donde se fundamentan estos principios de la doctrina cristiana que hoy en día están totalmente debilitados y han dado paso a que puedan filtrarse diferentes conceptos, pensamientos e ideologías que afectan totalmente la seguridad y bienestar de la familia natural.
Dentro de los retos y desafíos que la familia enfrenta actualmente debido a un “modernismo” mal entendido, están el secularismo que es la tendencia a sacar a Dios de la humanidad y poner en discusión o votación los preceptos y dogmas divinos; Esto implica a que el hombre de rienda suelta a sus deseos, pensamientos, “derechos y pasiones desordenadas que lo convierten en un ser egoísta e individualista que piensa solo en complacerse y en buscar una felicidad inmanente y momentánea mas no trascendente.
Otros de los retos que debilita la integridad de la familia es el materialismo, donde el hombre busca autosatisfacerse de las cosas del mundo, aferrándose a acumular bienes propios que en su mayor parte los promueven los medios de comunicación y la publicidad mercantilistas, rechazando muchos valores como compartir y ser generoso con las personas que necesitan. Esto conlleva a que los padres desarrollen en sus hijos un hedonismo al ofrecerles y darles todo lo que deseen y de esta forma evitar conflictos que les pueda afectar a su vida cómoda, enseñándoles a obtener las cosas fácilmente y sin ningún sacrificio.
Todos estos antivalores son los que atraen al mundo pensamientos equívocos como la ideología de género que no es mas que una dictadura del relativismo (todo depende de…), transformando la libertad que Dios nos dio al habernos creado hombres y mujeres física, intelectual y mentalmente en un libertinaje total, tratando de legalizar las tendencias o deseos de cada persona.
Vivimos en una confusión terrible donde por “derecho” podemos decidir lo que queremos ser, destituyendo a Dios y colocándonos en su lugar, y no tomamos en cuenta que no solamente somos materia, sino espíritu; que no somos algo como lo expresa la palabra GÉNERO que se utiliza para identificar una cosa por ejemplo, una mesa (genero femenino) ó un lápiz (género masculino), si no que somos alguien con valores capaces de aplicar estos dones maravillosos que Dios nos dio como es la inteligencia y voluntad, libres para amar y elegir lo que verdaderamente va a llevarnos hacia una verdadera felicidad.
Otra de las filosofías modernas que ponen en peligro a la familia es el feminismo, donde promueven la igualdad entre hombres y mujeres poniendo en conflicto la diferencia sexual mas obvia entre ellos como es la maternidad. Priorizando su derecho al trabajo y progreso económico antes que desempeñar su rol de madre.
Otro de los puntos del feminismo es el derecho que creen tener al destruir una vida como es el aborto, la “planificación familiar”, a tal punto que consideran a esa vida como un estorbo para su desarrollo social o económico. Es necesario comprender que Dios creó al hombre y mujer con cualidades y dones distintos. La mujer se destaca por su ternura y fragilidad al ser madre y el hombre la cabeza del hogar. Estos dos términos al ser bien entendidos son una complementación al momento de contraer el sacramento del matrimonio.
Dios es un caballero al darnos libre albedrío, pero en nosotros está si queremos seguir el camino del bien o del mal. Él nos dio la capacidad de tejer nuestro propio futuro al elegir la persona con la que formaremos una familia donde los principios y valores serán la base fundamental en la formación de los hijos. El amor de Dios a los padres se verá reflejado en los hijos.
Es hora de respetar a la familia como una institución natural y dejar a un lado los criterios modernos que deforman totalmente el verdadero significado de ella.