El cuerpo y el espíritu interactúan al unísono cuando se toman decisiones o llevamos a cabo cualquier actividad.
¡Tú tienes la libertad de elegir la virtud o el vicio!
Por: Alejandra Diener | Fuente: yoinfluyo.com

Hoy les voy hablar un poco de los hábitos y de las virtudes para lograr tener límites en la vida personal y así poder empleárselos a nuestros hijos, basado en mi último libro “Mi hijo no tiene límites, ¿seré yo quien no los tiene?”, de Editorial Porrúa.
Así es, los hábitos se tienen que comprender a partir de la persona. Si tú sabes que estás hecho de cuerpo y espíritu, vas a lograr entender cómo funcionas. La inteligencia, la voluntad y la libertad son facultades exclusivas del ser humano, son atributos que nos hacen distintos a cualquier otro ser vivo y que, a su vez, van a encaminarnos a ser mejores personas, mejores de lo que podemos ser. Como adultos, a pesar de no ser perfectos, somos capaces de mejorarnos a nosotros mismos, somos perfectibles.
Esta verdad nos orienta para comprender a nuestros hijos y saber que, a pesar de que nacen con una esencia, cada uno con su temperamento y dones, nosotros, si nos conocemos bien, podemos ayudarlos a ellos a conocerse a sí mismos y a su vez a perfeccionarse.
En la medida en que logremos lo anterior, ayudaremos a nuestros hijos a que sean felices y, por ende, verdaderamente libres, que no es lo mismo que absolutamente libres. Por ello entender los conceptos de virtud, valor y vicios es imprescindible; pero sobre todo saber aplicarlo en nuestra vida nos facilitará nuestro trabajo como padres.
Un hábito es un acto deliberado, bueno o malo; el hábito bueno es la virtud y el hábito malo es el vicio. Es una conducta que repetimos constantemente, volviéndose algo cotidiano en la vida de cualquier ser humano. Eso es la virtud, o el vicio, si es malo.
Evidentemente, lo que buscamos es un hábito bueno; pero esto implica mucho esfuerzo y trabajo en la voluntad. La conciencia nos ayuda a entender qué es lo mejor, pero como somos libres: podemos decidir si somos ordenados o no en lo que elegimos.
Entonces, ustedes ya saben: para tener límites en la vida, hay que entender qué son las virtudes, hay que poder trabajar en los valores y así ser mejores personas.


