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Sábado 3 de diciembre 2016

Sal de Tu Cielo: Dia 12 "Yo seré tu escudo"
“No temas, Abraham. Yo soy para ti un escudo. Tu premio será muy grande”. (Gn 15,1)


Por: P. Guillermo Serra | Fuente: Catholic.net



Yo seré tu escudo

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Breve silencio para ponerse en presencia de Dios, rogando a María Santísima sea nuestra compañera y guía en este camino hacia el encuentro con su Hijo Jesucristo.

 

ORACIÓN CAMINO A BELÉN



Querido niño Jesús: Te quiero hacer presente aquí, en este rato de oración.  Muchas veces pienso en ti, me acuerdo de ti, pero no te pienso. Pensarte es quererte y quererte es buscarte. Sí, quiero buscarte, caminar hacia ti, pero sabiendo que Tú me buscas siempre primero. Quiero recorrer este camino de la mano de María, tu madre, sostenido por  el auxilio del Espíritu Santo,  para que tu Amor se revele en plenitud dentro de mi corazón en esta Navidad.

 

CITA

Después de estos sucesos fue dirigida la palabra de Yahvé a Abraham en visión, en estos términos: “No temas, Abraham. Yo soy para ti un escudo. Tu premio será muy grande”. (Gn 15,1)

Dijo: Yahvé, mi roca y mi baluarte, mi libertador, mi Dios, la roca en que me amparo, mi escudo y fuerza salvadora, mi ciudadela y mi refugio, mi salvador que me salva de la violencia. (2 S 22,2-3)



 

REFLEXIÓN

Toda palabra de Dios está garantizada; él es un escudo para cuantos confían en él. (Pr 30, 5)

Tú eres mi escudo y mi refugio, yo espero en tu Palabra. (Sal 118, 114)

Tu Palabra Señor se hizo carne. En esa tierna mano que veo levantarse por el borde del pesebre, veo la mano del Creador de todo lo que existe. Veo la mano que convirtió agua en vino, que levantó a la pecadora y calmó la tormenta.

 

Esa pequeña manita que después fue clavada en la cruz venciendo al pecado y a la muerte para siempre. En ella está la promesa, la garantía de la fidelidad. Su mano no me librará, ya me libró.

 

En la batalla por mi alma voy armado con el escudo de la fe, como decía San Pablo (Ef 6,16), fe en Aquel que me amó y se entregó por mí. Nada puede deshacerlo. Depende de mi inteligencia y mi voluntad aferrarme al escudo que nada, ni nadie puede quebrantar.

 

Yo quiero que seas mi escudo protector, porque escondido a la sombra de tus alas, estoy seguro (Sal 17,8)

 

ORACIÓN

 

PROTÉGEME SEÑOR

 

Desde el amanecer te invoco

Tu presencia me sostiene seguro

Confío en tu promesa

Salgo en tu búsqueda

Protégeme Señor

 

No puedo negar que tengo miedo

La inseguridad me persigue

La debilidad me paraliza

La tristeza me abraza

Protégeme Señor

 

Quiero pero tantas veces no puedo

Enséñame Señor a caminar sin parar

Quítame la inseguridad de mi corazón

Da fuerza a mi alma cansada

Protégeme Señor

 

Sé mi escudo en medio del ruido

Sé mi escudo cuando te sienta escondido

Sé mi escudo en medio del dolor

Sé mi escudo cuando sienta temor

Sé mi escudo en medio de la tormenta

Sé mi escudo cuando mi alma esté sedienta

 

Jesús a mi alma

 

Yo seré tu escudo protector

Yo seré tu seguridad y certeza

Yo seré tu refugio y descanso

 

Pero…

Déjame ir delante abriendo camino

Déjame velarte en tu sueño ya cansino

Déjame alimentarte con pan y vino

Déjame ser yo tu don divino

 

A quien quiero pruebo como el oro en el crisol

A quien quiero purifico y dignifico

A quien quiero acompaño en silencio

A quien quiero yo libero

 

Déjate querer, mi escudo te protegerá

Déjate querer, mi escudo te fortalecerá

Déjate querer, mi escudo te sostendrá

Déjate querer, mi escudo te enamorará

 

Yo seré tu escudo por siempre hasta la eternidad

 

Del libro Jesús a mi alma, P. Guillermo Serra L.C.

 

PROPÓSITO

 

Reflexionaré en todas aquellas situaciones en las que Dios me ha sostenido, en las pruebas que me ha acompañado demostrándome su amor incondicional. En mi carta a Jesús, le agradeceré cada una.

 

Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.







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