Menu


Jesús y la Psicología
En la actualidad, la psicología es bien aceptada y solicitada


Por: Maleni Grider | Fuente: Agencia de Contenido Católico (http://www.agenciacatolica.org)



La psicología, conocida como la ciencia del comportamiento humano, nació apenas a finales del siglo XIX. El origen etimológico del término proviene del griego psique, que significa alma, mente, soplo, y logos, que se refiere a estudio o tratado, por lo que psicología es básicamente el “estudio de la mente y la conducta”, o el “estudio del alma”.

En la actualidad, la psicología es bien aceptada y solicitada, dada la complejidad de la vida moderna, así como de las relaciones humanas. Sin embargo, muchos de los conceptos que se utilizan en la práctica terapéutica de esta disciplina ya habían sido expuestos hace más de dos mil años, por nuestro Señor Jesucristo. Veamos algunos de ellos, y sorprendámonos de la sabiduría divina del Salvador.

“Amen a su prójimo como a ustedes mismos” (Juan 13:34), implica que para amar a otros debemos primero amarnos a nosotros mismos. La psicología llama a esto: autoestima.

“Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35). Los terapeutas de pareja enfrentan a diario el problema de las exigencias que los esposos se hacen entre sí, quejándose el uno del otro, criticándose el uno al otro, demandándose el uno al otro, sin tregua, hasta que llega la crisis del matrimonio y requieren de ayuda profesional. La psicología intenta mediar y enseñar a las parejas a hacer acuerdos, respetarse y aprender a comunicarse mejor. Por su parte, las consejerías espirituales, normalmente les explican que están el uno para servir y amar al otro, tal como lo enseña la Biblia.

“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:14-15). La psicología explica que si no perdonamos nos llenamos de amargura hacia otra persona, tratando de castigarla, pero la tortura es para nosotros mismos, mientras que el otro a veces ni se entera, y nos podemos acarrear muchísimas enfermedades o problemas mentales, como la depresión o la psicosis. Jesús nos ordenó perdonar, como un acto de justicia, ya que no podemos pedir ser perdonados si no perdonamos a otros. El perdón no es un sentimiento, sino un acto consciente de la voluntad y del intelecto, es una decisión, una elección y un bien para uno mismo. Al perdonar nos sanamos a nosotros mismos de esa emoción extrema y destructiva que es el resentimiento.



“Más yo les digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:28). Los consultorios psiquiátricos están llenos de personas adictas a la pornografía o al sexo, quienes han desarrollado disfunciones en su propia sexualidad, o de personas que han cometido adulterio y tienen un problema de culpa que no saben cómo resolver. Cristo dijo “Si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti”, lo cual quiere decir cortar de raíz con el problema o la tentación, y también significa que somos capaces de controlar nuestros instintos en vez de dejarnos arrastrar por ellos.

“Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré” (Mateo 11:28). Las personas acuden al psicólogo, enfermas de ansiedad, pánico, problemas para dormir, deprimidas, cansadas de vivir. Pero Jesús nos invitó a descansar en Él, con el fin de tener paz y confianza en nuestro diario caminar.

La psicología ofrece tratamiento para las personas con problemas mentales o emocionales, hay que invertir mucho tiempo y dinero para recibir tratamiento psicológico y ver sus resultados, los cuales a veces son parciales; pero Jesús puede dar sanidad total a nuestras almas cuando le ofrecemos un lugar en el corazón, es gratuito venir al trono de gracia y la fuente de amor que Dios puede derramar sobre nosotros.







Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |