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Un artista eslovaco crea una obra dedicada a la sanación de las madres que han abortado.
La estatua busca satisfacer la necesidad de misericordia a la que se enfrentan las mujeres que han abortado. No una misericordia que equivaldría a una especie de olvido, sino una misericordia que viene de la mano de un niño que ofrece a su madre lo que “realmente necesita: perdón y la misericordia de Dios”.


Por: Fernando de Navascués | Fuente: agenciacatolica.org



Un artista eslovaco crea una obra dedicada a la sanación de las madres que han abortado

Martin Hudacek simplemente es un artista, la idea la tuvo un amigo y la inspiración vino de Dios: “Martin, tienes que esculpir una estatua. No hay ninguna estatua dedicada a las mujeres que han abortado y que están sufriendo los efectos del síndrome post-aborto”. La idea fue calando en él. La invitación del amigo se convirtió en una especie de provocación divina: “Estaba rezando y muchas personas vinieron a mí y me dijeron que necesitaban una imagen de perdón”. Hay miles, millones de mujeres que necesitan esperanza y sanación. 

Después de un tiempo, Hudacek esculpió lo que ha llamado el ‘Memorial para los niños no nacidos’. En él se representa a una madre que sufre por su bebé abortado, con el rostro entre las manos. Pero la obra tiene dos detalles encantadores: el hijo abortado es de un material trasparente, como un ángel, y lejos de trasmitir odio, rencor, culpabilidad… el niño acerca su manita a la cabeza de su madre como un gesto lleno de ternura, de perdón y sanación. 

Hudacek explica que “muchas mujeres dijeron ‘oh, esa soy yo’. Estaban llorando, pues la escultura tocó sus corazones”. Es significativo: desde que esculpió su obra y se ha difundido por internet, muchas personas se han dirigido a él para decirle que la estatua les habla directamente sobre sus problemas. Cuando la gente mira la imagen, explicó el artista, “ven y experimentan lo que necesitaban ver y experimentar”: un mensaje de reconciliación y de sanación. 

Necesidad de misericordia



La estatua busca satisfacer la necesidad de misericordia a la que se enfrentan las mujeres que han abortado. No una misericordia que equivaldría a una especie de olvido, sino una misericordia que viene de la mano de un niño que ofrece a su madre lo que “realmente necesita: perdón y la misericordia de Dios”. 

Justamente por eso, Hudacek valora algo importante: él pidió a muchos amigos que rezaran por él para que el Señor le inspirara la obra. Por eso él insiste en que la escultura no es obra suya sino de Dios: “No es mi obra, soy solo un escultor”. 

Recientemente Martin Hudacek tuvo la oportunidad de presentar su obra al Papa Francisco y le entregó una réplica de la estatua original. 

El padre, también aparece en la estatua

Para Hudacek la obra parecía incompleta, pues aunque es verdad que el aborto afecta de forma especial a la mujer, también está el padre. Por eso, ha creado una versión más completa del “Memorial para los niños no nacidos” añadiendo una escultura del padre. Esta obra se encuentra en un cementerio en Wroclaw (Polonia), y mide más de dos metros de alto. 



Hudacek señaló que si bien solo Jesús puede curar, él espera que su escultura pueda ofrecer “una pequeña sanación” para las mujeres que han abortado.







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