La belleza con mueve y nos conmueve, mostrándonos a Dios que es Luz que ilumina nuestra vida
Evangelizar en las redes a través de la belleza
Por: Nestor Mora Núñez |
La belleza es reflejo de Dios, por ello reclama nuestra atención, nos emociona, comunica la existencia de algo que nos desborda, nos atrae y nos lleva a actuar para asemejarnos a Ella. Ya San Agustín se da cuenta del poder de la belleza y los sintetiza de forma prodigiosa:
¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, más yo no estaba contigo. Me retenían lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.
La pregunta es ¿Cómo propiciar que las personas se encuentren con la belleza a través de nuestra acción en las redes sociales? Señalo algunos aspectos a tener en cuenta:
- El primer reflejo de la belleza parte del evangelizador. Por ello es tan necesario que estemos comprometidos y dispuestos a ser santos. La santidad permite que Dios se manifieste por medio de nosotros.
- Los recursos que compartamos en las redes deben tener ese “plus” adicional de ser bellos. Buscar que las imágenes, sonidos, videos tengan armonía, proporción, se desarrollen en el tiempo con elegancia y afecto. Muestren la belleza que se ofrece a todo el que abra su corazón con sinceridad.
- Compartir textos y reflexiones que sean equilibradas, respetuosas y cercanas. No se evangeliza mejor presentándonos como personas impasibles, duras y rencorosas. Dios tiene la mano llena de misericordia esperando que aceptemos el gran regalo del perdón.
- La belleza conmueve cuando somos capaces de contemplarla, por esto es necesario intentar que nuestro perfil social sea un lugar sosegado y acogedor. Quien se acerque a nuestro perfil verá las dos o tres últimas publicaciones, por lo que hay que cuidar todo lo que compartamos.
- Hay que intentar no caer en el romanticismo dulzón, porque la belleza se colapsa cuando la reducimos a una estética almibarada carente de vida interior. La belleza es austera sin perder armonía y proporción. Debe transmitir un mensaje profundo y no sentimientos sin trascendencia alguna.
De todas formas, siempre hay que tener en cuenta que cada persona es un mundo. Lo que mueve y conmueve a una persona, deja indiferente a otras muchas. Hay que saber que podemos evangelizar en el espacio social afín a nuestro propio carisma. Allí es donde somos realmente testigos fiables.
Néstor Mora
Twitter: @NestorMN