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Catalina Mcauley
Su compasión por los pobres, especialmente los niños y familias que vivían cerca y trabajaban para su familia fue su ejemplo a seguir


Por: Catholic.net | Fuente: www.sistersofmercy.org/



Catalina McAuley nació cerca de Dublín, Irlanda, en septiembre del 1778 a formar parte de una familia católica próspera. La riqueza de su familia era algo poco común en aquel tiempo ya que a los católicos no se les permitía poseer propiedad o tener buenos trabajos. Aunque su padre, James McAuley (sic) murió cuando Catalina tenía solo 10 años, su compasión por los pobres, especialmente los niños y familias que vivían cerca y trabajaban para su familia, fue un ejemplo que le duró a su hija mayor por toda su vida.

Diez años después de morir su padre, en 1798, Catalina quedó huérfana y la mandaron a vivir a casa de unos familiares que no eran católicos y no toleraban sus prácticas piadosas. En el 1803 Catalina fue invitada a vivir en la casa de William y Catherine Callaghan como acompañante de la Sra. Callaghan. Los Callaghan no tenían hijos y al morir el Sr. Callaghan en 1824, Catalina heredó su fortuna: cerca de 25,000 libras esterlinas, su casa, "muebles y la placa familiar."

Con su herencia Catalina arrendó propiedad en un buen vecindario con el propósito de establecer una casa grande para ofrecer servicios religiosos, educativos y sociales a mujeres y niños. Otras mujeres, intrigadas por la casa y el trabajo para el cual estaba destinada, se sintieron atraídas a Catalina y empezaron a unirse a los preparativos para el ministerio que ella tenía planeado.

El 24 de septiembre de 1827, la fiesta de Nuestra Señora de la Misericordia, los primeros residentes vinieron a vivir en la casa que llamaron Casa de Misericordia, en honor a ese día. Dos años más tarde se dedicó una capilla y el sacerdote que presidió en este acto comenzó a estar presente con regularidad en las actividades del grupo; finalmente les recomendó que formaran un instituto religioso. Aunque esta no había sido su intención original, Catalina aceptó el consejo y empezó a fundar una nueva congregación religiosa de mujeres dedicadas al servicio de los pobres.

Catalina y dos de sus asociadas ingresaron en el Convento de las Hermanas de la Presentación en George´s Hill en Dublín y empezaron su noviciado en diciembre del 1830. Un año más tarde, las tres pronunciaron sus votos de pobreza, castidad y obediencia y de perseverar hasta la muerte en "la Congregación de las Hermanas de la Misericordia". Así fue fundada la nueva comunidad.

Catalina vivió sólo diez años como Hermana de la Misericordia, pero durante ese tiempo estableció 12 fundaciones en Irlanda y dos en Inglaterra. Cuando murió en 1841 había 150 Hermanas de la Misericordia. Poco después, pequeños grupos de hermanas salieron de Irlanda respondiendo a las invitaciones de obispos en Terranova, Nueva Zelandia, las costas este y oeste de los Estados Unidos, Argentina y Australia.

Las Hermanas de la Misericordia de las Américas actualmente están ubicadas en Norte Centro y Sur América, el Caribe, Guam y las Filipinas, con más de 4.500 hermanas respondiendo fielmente a las necesidades de los pobres en estos países



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