En lo que es su sexta edición, la noche del 16 de diciembre inició la “caravana de migrantes”, en la que participan una serie de vehículos jamás vistos en los últimos años: aproximadamente 500, que partió desde Laredo, Texas, hacia la Sierra de Querétaro, en México. Los residentes en Estados Unidos regresan a casa para pasar la Navidad con sus familiares.

La nota enviada a la Agencia Fides por una fuente local refiere que la ceremonia de partida contó con la presencia del gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez Servién, y del obispo de Nuevo Laredo, Monseñor Gustavo Rodriguez Vega.

No fue posible calcular el número exacto de personas, pero cada vehículo está ocupado por familias enteras, compuestas por tres a seis miembros.

Todos los participantes están registrados y planean cruzar la frontera por la noche, para las verificaciones necesarias, con el fin de ser recibidos por las autoridades al día siguiente y asistir a un evento en el Centro Cívico de Tamaulipas (México).

A lo largo del territorio estadounidense la caravana estará acompañada por el personal de la Oficina de Migración; y ya en territorio mexicano, serán los miembros del Ejército y de la Policía Federal quienes escolten la caravana para evitar ataques de las bandas criminales.