El evangelio se transmite con el ejemplo y la vida
Buscar la palabra evangelizadora adecuada
Por: Nestor Mora Núñez | Fuente: Blogueros con el Papa

Nuestra sociedad actual nos ha vacunado contra el cristianismo de muchas formas. La pregunta que se hace todo evangelizador en el siglo XXI es cómo llegar a quien necesita esa justa palabra de consuelo y trascendencia. ¿Qué decir sin que salga corriendo por la gran cantidad de prejuicios que lleva consigo? Si una persona se ha acercado, ¿Cómo tratarla para propiciar que el Señor vaya actuando en ella?
La indiferencia se nos vende como la panacea en las relaciones sociales. No cuesta pensar que necesitamos de las demás personas y de Dios. Hasta en la Iglesia se escucha continuamente la frase ¿Quién eres tú para juzgarme? Indicando que se nos reclama indiferencia y distancia. Se nos deja claro que no somos nadie para acercarnos a ofrecer ayuda a quien quiere aparentar que no la necesita. ¿Recuerdan el episodio del Joven Rico? hay mucho que aprender en este pasaje evangélico.
Cristo es Dios y como sabía lo que había en corazón del Joven Rico, le señaló rápidamente lo que respondía la pregunta que hizo ¿Qué haré para heredar la vida eterna? El Joven tenía claro que ya había cumplido con todo lo que debía cumplir, pero el Señor señaló las riquezas y le indicó que las dejara. Riquezas las hay de muchos tipos, pero todas ellas tienen una misma marca: prepotencia, suficiencia y soberbia. Quien se cree lleno de sí mismo no es capaz de aceptar el Evangelio.
El Señor dijo la celebre frase del ojo de una aguja y los Apóstoles se quedaron preocupados ¿Quién podrá salvarse cuando nadie está dispuesto a dejar a un lado lo le da seguridad? Cristo les respondió con una frase que no solemos recordar: “Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios.” (Mt 17, 27)
Creo que para los evangelizadores en las redes es importante tener claro que lo que nosotros hagamos sólo tendrá fruto si dejamos al Señor actuar a través de nosotros y además la persona a evangelizar, se deja evangelizar. No hay técnicas mágicas ni formulas para convertir a quien se acerque a nosotros.
De todas formas hay algunos consejos que pueden ayudarnos a propiciar que las personas se abran a la acción del Espíritu:
- No acusar ni condenar. Quien busca una respuesta no necesita más dolor en su vida.
- Más que decir muchas cosas, lo mejor es saber escuchar y en todo caso, preguntar con tacto.
- Recordemos el Episodio de la piscina de Bethesda. Por mucha piscina milagros, el paralítico necesitó de la Gracia de Dios. Señalar el perdón de Dios como el primer paso para después empezar a perdonarnos nosotros mismos y reconstruirnos con la ayuda de la Gracia de Dios.
- Ser simples, austeros en lo que indiquemos. Llenar la cabeza de cosas a quien sólo quiere encontrar una respuesta, no suele dar mucho resultado.
- Tener paciencia. La Gracia de Dios actúa en la medida que cada uno de nosotros la va aceptando. Las conversiones milagrosas ocurren, pero no son lo normal. Lo normal es ir dando pasos poco a poco.
- Estar disponible para lo que esta persona necesite. La ansiedad se contagia. Si tenemos estrés o ansiedad, no seremos las mejores personas para ayudar el camino a quien da los primeros pasos.
Intentemos see auténticos y mostrar el evangelio a través de nuestras forma de vivir y de convivir con los demás. Ese es el evangelio que es más fácil de comprender. Lo demás, se irá andando en la medida que sea voluntad de Dios.
Cualquier comentario y pregunta sobre este tema y otros temas evangelizadores, los puede hacer en el grupo de Facebook: Escuela de Blogueros con el Papa. Serán más que bienvenidos


