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Hermanas Juanistas
Su norma fundamental: Amor e inmolación en espíritu de sencillez y alegría


Por: Hna. Juliana Plata | Fuente: www.hermanasjuanistas.net



Carisma y misión de las Hermanas Juanistas en la Iglesia hoy

Fuentes de la espiritualidad:
En la Eucaristía, en la Palabra de Dios, en el Magisterio Social de la Iglesia, en la Doctrina de san Juan Evangelista, en el espíritu del Fundador y en la realidad social, se sintetizan las exigencias de nuestra espiritualidad para seguir a Jesús.

Norma Fundamental: AMOR E INMOLACIÓN EN ESPIRITU DE SENCILLEZ Y ALEGRIA

Realizan la Pastoral Social en el mundo del trabajo, la organización de la juventud trabajadora, en especial preocupación por la mujer, en un compromiso por la Justicia Social. El trabajo organizativo de las mujeres se hace desde la Fe en una perspectiva de género, con una marcada insistencia en la capacitación, formación integral, concientización, defensa de los DDHH.

Una Evangelización desde la Pastoral Social y obrera, adaptada a las diferentes épocas, medios, circunstancias, entre los trabajadores pobres con un marcado interés por la juventud trabajadora de ambos sexos.


Aniversario del Nacimiento del Siervo de Dios: MONSEÑOR JORGE MURCIA RIAÑO


Sacerdote Diocesano nacido en Bogotá el 20 de octubre de 1895. Apóstol del Amor y la Justicia Fundador de la Congregación Hermanas de San Juan Evangelista,
en Bogotá, el 8 de diciembre de 1932.

El Proceso de Beatificación se abrió el 16 de noviembre de 2003 en Bogotá.

El Padre Jorge Murcia, fue un hombre de Dios, se dejó afectar por la situación social de su época, realidad que estudió y profundizó para buscar soluciones eficaces, fue uno de los pioneros de la obra social entre los sacerdotes colombianos de su tiempo, quien a la luz de las grandes encíclicas, especialmente la Rerum Novarum de su Santidad León XIII; y a la sombra preocupante de la clase trabajadora que emergía desprotegida y explotada. Fue su vidente organizador e hizo tomar conciencia al universo que lo rodeaba, escuchaba y leía, sobre la necesidad de ganar esta causa para Cristo.

Hace surgir de su mente iluminada y de su corazón de apóstol, movimientos y organizaciones que llegan a ser auténticas soluciones a la problemática social que vivían las mujeres trabajadoras pobres, los obreros y los preferidos y amados de su corazón: los jóvenes trabajadores. Como él lo expresaba: “la niña de sus ojos” y “ser para la juventud y el pueblo trabajador, una luz de verdad llena de amor”

A partir del año 1.982 en el cincuentenario de la fundación de la Compañía de San Juan, la comunidad celebró esta fiesta con una gran peregrinación a este santuario recordando el amor, la entrega, los sacrificios que el Padre Murcia hizo para que en el cerro de Guadalupe se erigiera la gran estatua de la Inmaculada, cuya obra aun permanece hoy.



Peregrinación Mariana al Cerro de Guadalupe en Bogotá
(Memoria histórica)

“… Como los seguidores del Maestro que en las faldas de un monte escucharon el más sencillo al par que el más sublime sermón que hayan oído los siglos, bien llamado por eso el Sermón de la Montaña,… aquí en Guadalupe se han dado cita la advocación mas genuinamente hispana, a la vez que más genuinamente americana y el anhelo más tradicionalmente Bogotano, Cundinamarqués y colombiano de reconocer el glorioso patrocinio de María en el misterio augusto de su Concepción Inmaculada…”

Desde tiempos de la colonia los devotos de la santísima Virgen levantaron una ermita en el año 1656, año en el cual hicieron una peregrinación con el objeto de llevar una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe a la ermita. En 1743 destruida por un temblor. Fue reconstruida nuevamente en 1760, otro temblor la arruinó en 1785, levantada de nuevo fue derribada por el terremoto de 1827.

“Parece que en ese cerro se hubieran dado cita dos tremendos contendores: el amor filial a María y el poder oculto de las entrañas de la tierra”.

“El 13 de diciembre de 1858 el ilustrísimo Sr. Arzobispo Erran bendijo la primera piedra de un nuevo templo y a los 217 años la primera peregrinación fue llevada a esa capilla una imagen de Ntra. Sra. de Guadalupe...

En 1917 surge el proyecto de erigir en la cumbre, una estatua de tamaño heroico a la Virgen Inmaculada para que desde allí dominara, amparara y defendiera la ciudad de Bogotá.

Años más tarde el P. JORGE MURCIA, es nombrado por el Sr. Arzobispo de Bogotá para continuar tan magna obra y el con tesón y empeño la saca adelante ayudado por muchas personas y de manera especial por mujeres, entre ellas las que formaban parte de la Liga de Damas Católicas y más tarde la Compañía de San Juan.

“El Episcopado colombiano en el año 1919 aplaude la idea de levantar una estatua monumental a la santísima virgen en la cumbre del cerro de Guadalupe como recuerdo del primer congreso Mariano nacional colombiano…”

Allí en esta obra el Padre Murcia quiso plasmar el amor que a Ella le tenía, reconocerla como Madre y Maestra, como la que siempre lo sostuvo en la fidelidad a la Iglesia, en los momentos alegres de su vida, en su entrega y sacrificio por la juventud trabajadora.

Las Hermanas de San Juan Evangelista desde el año 1982, todos los años subimos a celebrar el natalicio del Padre Jorge Murcia Riaño a presentarle la comunidad con sus alegrías y sus penas, a presentarle la vida y las necesidades de cada uno de nosotros, de los que con entusiasmo nos disponemos a alcanzar la cumbre de este cerro desde donde María Santísima durante varios siglos ha protegido a los colombianos, para pedirle que nos alcance la gracia de ser reconocida la santidad del Padre Murcia en la Iglesia, para que un día lo podamos invocar como Santo, San Jorge Murcia Riaño, el Santo de los Trabajadores, desempleados, desplazados, de las mujeres viudas cabeza de familia que hoy sufren los rigores de un sistema económico injusto.

Acojámonos a Ella, con las palabras del mismo Padre Murcia: “María, María ella es nuestra bandera y nuestro escudo, nuestra defensa y nuestro amparo, nuestro consuelo y nuestra esperanza”.

Apartes de la Conferencia dictada por Monseñor Jorge Murcia Riaño, en el Teatro Colon, el 18 de mayo de 1942 y radiodifundida por la Voz de Colombia.



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