Padecí un íctus cerebral
Por: Sr. Luigi D´Alessio y Sra. Agnese Canonico | Fuente: Libro: Secretos del Amor
Avelino, Italia
27 de abril de 1997
Somos una pareja italiana, felizmente casada hace 14 años. Luigi con 43 años y Agnese con 42.
Nuestros dos queridos hijos, Raffaele de 13 años y Fabio de 11, son el resultado de nuestra hermosa relación de amor.
Ambos somos empleados y vivimos en un pequeño pueblo de la provincia de Avelino. Empezamos a relacionarnos con el fin de ser amigos, pero bien pronto descubrimos que una relación más seria y profunda nos unía.
Llegamos al matrimonio después de haber superado la prueba más difícil de nuestra vida. Faltaban quince días para nuestra boda, cuando yo padecí un ictus cerebral que me provocó la parálisis de la parte izquierda del cuerpo. Vimos saltar por los aires, momentáneamente, todos nuestros proyectos de vida futura, pero la fe en el Señor, que no nos ha abandonado jamás, el deseo de dar el todo por el todo y casarnos y, sobre todo, el amor de Agnese que, de cualquier forma que hubieran ido las cosas, hubiera permanecido a mi lado, hicieron que pudiese sanar en poco tiempo.
Nuestro matrimonio, estamos convencidos, ha nacido realmente bendecido por Dios y para el resto de la vida no habrá más momentos difíciles porque hemos superado ya la prueba más dura.
Todo lo que ha venido después lo hemos acogido como un don particular de Dios, como signo de su amor hacia nosotros. El nacimiento de nuestros dos hijos ha sido para nosotros no sólo un don de Dios, sino como un premio a nuestra tenacidad por nuestro deseo de vivir unidos.
Cuando nuestros hijos se acercaron por vez primera al sacramento de la Eucaristía fue un momento de gran conmoción para nosotros y de crecimiento interior como padres. A nuestros hijos buscamos enseñarles que el respeto a los demás y la fe en Dios ayudan a superar cualquier prueba difícil en la vida.
Estamos juntos desde hace catorce años y podemos afirmar que no hemos tenido grandes dificultades, excepto los pequeños roces de cada día, debido a los métodos educativos a seguir para la educación de nuestros hijos.
Y ello porque nuestra relación esta fundada, además de sobre el amor, sobre la estima y el respeto recíproco. Si debiéramos comenzar de nuevo, sin ninguna duda, volveríamos a hacerlo del mismo modo, sin modificar nada. Buscando vivir más intensamente los momentos de gozo y raramente tristes que nos han acompañado durante estos años.
Deseamos vivir el resto de nuestra vida matrimonial con amor y en gracia de Dios, para que así nuestro matrimonio pueda ser tomado como ejemplo por nuestros hijos en sus decisiones futuras.
Reflexión:
El enamoramiento, esa fuerza potente y misteriosa, brota en el encuentro de dos almas. ¡Qué bien lo comprendieron y lo vivieron! ¡Qué profundidad la de esta pareja antes de casarse!
-Estoy seguro, Agnese, que tu promesa de fidelidad a quien todavía no era más que tu novio, fue la causa de su recuperación física y el motivo de inspiración para luchar y vencer ese ictus cerebral. Y ya lo ves, ahora Luigi está, como decimos en castellano, ‘más fresco que una lechuga’.
Así es, tu amor por él fue más allá del físico, y penetraste las profundidades de su corazón y de su alma. La hora de la verdad os llegó temprana, antes de la boda. Pero disteis muestras de una gran madurez. Cuando la belleza física y la salud se esconden, el amor auténtico brilla como el oro. Y vosotros, desde un inicio, demostrasteis tener dos corazones sin arrugas, generosos, siempre jóvenes, dispuestos a cualquier sacrificio en cualquier situación de la vida. Y por lo que veo así los mantenéis hasta el día de hoy.
Sí, ya "no habrá más momentos difíciles... todo lo hemos acogido como un don particular de Dios... como un premio a nuestra tenacidad por nuestro deseo de vivir unidos". Os ha regalado el regalo más gigantesco en esta tierra: la felicidad, ese don divino como premio a la lucha.
Este artículo es parte del libro "Secretos del Amor" del Juan Ramón de Andrés