Hola, he leído mensajes muy hermosos de “mamás coraje”, por desgracia yo no puedo decir lo mismo. Yo fui de esas cobardes que optó por la salida que en ese momento de desesperación me pareció la mejor, no la más fácil, porque decidir renunciar a un hijo al que ya sientes crecer en tu vientre no es una decisión fácil. Por desgracia nunca tuve el valor de hablarlo con mi familia, obviamente no había un padre, porque aunque yo lo amaba, él a mí no. Mi familia es muy conservadora, yo no tenía ningún ingreso económico, acababa de terminar la carrera y estaba en la etapa del “¿y ahora qué?” Las personas que estuvieron conmigo en esos momentos me convencieron que era lo mejor que podía hacer, incluso lo mejor para ese bebé que llegaría con tantas desventajas, en una sociedad tan cruel.

    Ahí comenzó mi infierno, cuando decidí abortar a mi bebé. Con él se fueron todas mis ilusiones, mis proyectos, mis ganas de amar, de vivir, quería volver atrás, quería morir con mi bebé. Ha sido un camino muy duro y difícil. Ahora, viendo hacia atrás, estoy segura que el aborto nunca es la solución, sólo causa más dolor, más soledad.

Me ha llevado 3 años entender que Dios ya me perdonó. También puedo decir que ya me he perdonado, aunque siempre está la nostalgia de “cómo sería ahora mi hijo o hija”. Cuando conocí esta página me pareció que es lo que necesito, el plan original de mi vida. Siempre pensé que sólo haría el amor con el hombre con el que decidiera compartir mi vida y después de casarnos, pero no sé, ¿cómo se deja atrás todo el pasado? Aunque yo quiera vivir en castidad y comenzar de nuevo, ¿habrá alguien que tenga estas mismas convicciones y que se pueda enamorar de mí? A.R., 27 años, México.

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