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La Piedad

El florentino Miguel Ángel Buonarroti la hizo
La escultura de la Piedad es una obra de juventud de Miguel Angel, que la realizó cuando sólo tenía 24 años


Por: Redacción Catholic.net | Fuente: guias-viajar.com / otros



Esta bellísima y famosísima escultura la puedes ver en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, y es una de las grandes obras maestras del artista florentino autor de la Capilla Sixtina, Miguel Angel Buonarroti.

La escultura de la Piedad es una obra de juventud de Miguel Angel, pues la realizó cuando sólo tenía 24 años.

La Piedad es un encargo que le hizo al joven Miguel Angel un cardenal benedictino, quien era el embajador de Francia ante la Santa Sede. Miguel Angel acababa de llegar a Roma en 1496, una vez abandonó su ciudad natal de Florencia. El gran genio del Renacimiento se encontraba en una época de gran creación artística.

La escultura de la Piedad la realizó en sólo un año, terminándola en 1499. En esa primera etapa de Miguel Angel en Roma también realizó otras obras famosas, como la escultura del David que puedes ver en la Galería de la Academia de Florencia.

La escultura muestra el cuerpo de Jesús muerto, bajado de la cruz y depositado sobre el regazo de la Virgen. El brazo derecho de Jesús cae inerte, en contraposición del brazo izquierdo de María que es libre, lleno de vida y mostrando consternación.



El rostro de Jesús, muestra una expresión plácida, casi descansada. Se interpreta como el hecho de que Jesús cumplió su mandato en la tierra y su tranquilidad reemplaza todo signo de padecimiento físicos sufrido en su pasión.

La cabeza de la Virgen muestra una joven, bella y piadosa, mirando el cuerpo de su hijo muerto apoyado en los pliegues de sus vestiduras. Su expresión refleja una pena infinita y una gran ternura. Miguel Ángel dio a María una juventud muy extrema comparándola con la de su hijo muerto, pero eso fue intencional. El Artista quiso representar la espiritualidad de la Virgen como condición sobrenatural, la cual no tiene edad y solo muestra una eterna belleza.

Vasari dice de ella que «es una obra a la que ningún artífice excelente podrá añadir nada en dibujo, ni en gracia, ni, por mucho que se fatiguen, ni en fortaleza, en poder de finura, tersura y cincelado del mármol».

Esta obra es de bulto redondo, lo que significa que se puede ver en todos los ángulos, pero el punto de vista preferente es el frontal.

Tomada la foto desde una posición frontal, se confirma su expresión extremamente apacible, sin ningún síntoma de las torturas a las cuales fue sometido antes de fallecer. Miguel Ángel creó un Jesús muy tranquilo, satisfecho de haber cumplido su misión.



El conjunto escultórico de La Piedad tiene unas dimensiones de 174 por 195 centímetros. El mismo Miguel Angel eligió en unas canteras de la región de Toscana el gran bloque de mármol a partir del cual esculpió la obra artística.

Su perfecta ejecución generó mucho asombro en toda la sociedad romana de aquel tiempo y hubo quienes pusieron en tela de juicio a su autor, dudando que un escultor tan joven como Miguel Ángel hubiera podido esculpir una obra tan perfecta. Este hecho produjo un arranque de furia al artista, que impulsivamente grabó en la escultura (en la correa que cruza el pecho de la Virgen) las siguientes palabras latinas:

Michelangelus Bonarrotus Florentinus Faciebat" (Miguel Ángel Buonarroti, florentino, la hizo).

El cardenal que encargó la escultura a Miguel Angel falleció poco tiempo antes de que la terminara, por lo que el primer emplazamiento de la misma fué el sepulcro de dicho cardenal, en la Capilla de Santa Petronila de la Basílica de San Pedro del Vaticano.

En 1749, la escultura de La Piedad fué trasladada a su ubicación actual. Cuando entres en la Basílica de San Pedro, no vas a tener pérdida para localizar La Piedad de Miguel Angel. Se encuentra en la primera capilla que puedes ver a la derecha de la entrada.

Además, la verás tras un cristal de seguridad, el cual se instaló tras el ataque a golpes que sufrió la obra el 21 de mayo de 1972 (día de Pentecostés) cuando un geólogo australiano de origen húngaro, llamado Laszlo Toth, golpeó en apenas unos pocos segundos el rostro y uno de los brazos de la Virgen con un martillo en quince ocasiones, mientras gritaba ¡Yo soy Jesucristo, resucitado de entre los muertos!; rápidamente fue reducido y detenido.

La estatua sufrió graves daños, sobre todo en la figura de la Virgen: el martilleo había quitado cincuenta fragmentos, rompiendo su brazo izquierdo y el codo, mientras que la nariz de su rostro estaba prácticamente destruida, así como los párpados. La restauración se inició casi de inmediato, después de un período de estudio, y se llevó a cabo en la mayor medida de lo posible mediante la reutilización de los fragmentos originales, así como una pasta hecha de pegamento y polvo de mármol. Se llevó a cabo en unos laboratorios cerca de los Museos Vaticanos, bajo la responsabilidad del director Deoclecio Redig de Campos y, gracias a la existencia de numerosos modelos, fue posible reanudar el trabajo con fidelidad, sin alteraciones arbitrarias.

El autor de este atentado, reconocido enfermo mental, se mantuvo en un manicomio italiano por un año y luego regresó a Australia. Desde entonces, la Piedad está protegida por una pared de vidrio especial a prueba de balas.

En cualquier caso, ir a ver La Piedad de Miguel Angel en el Vaticano es, sin duda, una de las etapas obligadas en tu viaje a Roma.







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