¿Quiénes Somos?

Nuestro Padre Stº Domingo queda impresionado por los destrozos que la herejía causa en el sur de Francia y por la existencia de masas paganas que no conocen el evangelio. Estas y otras experiencias hacen crecer en él la vocación apostólica y le encaminan hacía la fundación de la orden de predicadores, para extender la Buena Nueva del evangelio y que llegue a todos los hombres.

En tiempos de Stº Domingo solo predicaban los obispos. Solo ellos tenían la misión de enseñar, con frecuencia no se bastaban por si mismos debido a sus múltiples ocupaciones.

La situación de la iglesia era un poco crítica porque el ministerio de la predicación estaba bastante abandonado y el clero tenía gran necesidad de reforma.

Domingo al ver tanta pobreza e ignorancia de Dios lleva a cabo su misión de fundar.
La primera fundación es una comunidad contemplativa femenina en Prulla (Francia) que no se va a dedicar directamente al ministerio de la predicación. La funda 10 años antes de fundar la primera casa de frailes en el año 1206. Esto nos habla de la importancia de la oración para Stº Domingo. Las monjas para nuestro Padre, eran el soporte de la predicación.

Como hombre evangélico y lleno de Dios y compasión por el hombre, su vida estaba marcada por la profundidad de la oración y la orden por el fundada lleva este sello, como vemos aquí en la Cueva de Segovia. En la oración Domingo se hace poroso a la comunicación y a la presencia de Dios. Solo desde esa actitud contemplativa y orante se puede fraguar la fundación de la orden.



Nuestro Carisma

La tradición ha sintetizado nuestro carisma dominicano en varios lemas:
1-“Contemplári et contempláta áliis trádere”:“Contemplar y dar a los demás lo contemplado” .
2- “Laudáre, Benedícere, Proedicáre”-“Alabar, bendecir, predicar”.
3- “Véritas”: La Verdad.

CONTEMPLAR Y DAR LO CONTEMPLADO. Nuestra vida de retiro y oración es un lugar idóneo para la experiencia de Dios. En él nuestro ser se va sensibilizando, restaurando, va tomando densidad. En la medida que nuestra vida se acerca a Dios en esa misma medida se va acercando al hombre y en nuestra oración va entrando la intercesión y la súplica. Ya nada nos puede ser indiferentes.

Tenemos que imitar a Nuestro Padre Stº Domingo que gritaba con fuerza al Señor:¡ Qué será de los pobres pecadores!. Nuestra vida no puede quedar al margen de la vida de nuestros hermanos, tenemos que darles nuestra experiencia de Dios.

La experiencia de Dios es difusiva y expansiva, siempre encontrará cauces de expansión.

Nuestra comunidad lleva a cabo esto con contactos oracionales con personas que se acercan de una forma periódica a nuestros locutorios. Cada semana un grupo comparte el evangelio del domingo y en otro grupo se hace oración silenciosa.

La comunidad en si misma habla sin palabras, es un recinto fraternal de la presencia de Dios, una predicación. A las comunidades dominicanas se las llamaba casas de predicación. Con su horizonte cotidiano abierto a la trascendencia hablan de ese Dios-Amor que llena el corazón humano de alegría, paz y armonía.

Nuestros hermanos dominicos dan lo contemplado con el ministerio de la palabra, nosotras somos llamadas a hacerlo más con nuestra vida litúrgica y con nuestra vida retirada de silencio, oración y trabajo.

ALABAR, BENDECIR Y PREDICAR. En la oración de las horas cantamos, bendecimos y proclamamos la Buena Nueva de la Salvación. Nuestros hermanos seglares son invitados y se unen a nuestro canto de alabanza.

La eucaristía, la liturgia de las horas y la oración personal son momentos fuertes de nuestra jornada.

VÉRITAS - Búsqueda apasionada de la Verdad. “Dios es la gran Verdad” y la buscamos a través del estudio y de la oración.

El estudio nos va abriendo horizontes nuevos y nos hace penetrar cada día más y más en la Verdad Sagrada y de cuanto sirve a su mejor comprensión. El estudio de la Biblia lo vamos profundizando y estudiando de una forma individual y luego se enriquece con los encuentros comunitarios donde lo compartimos en un diálogo fraterno.

La oración como búsqueda cotidiana, apasionada y paciente donde Dios se va haciendo cercano a nuestro corazón, se va descubriendo con fuerza que “nos ama”, que solo apoyadas en ese “amor misericordioso” podemos encontrar la verdadera serenidad.

En nuestro contexto comunitario Dios nos habla cada día en la hermana que está a nuestro lado, en los acontecimientos y en el silencio de nuestro corazón sin palabras pero que se va haciendo sentir su presencia fuerte y cercana en la historia de cada día.

El SILENCIO y la FE acompañan nuestro día. Solo desde el silencio contemplativo y desde la fe el hombre puede acoger y escuchar a DIOS. En el silencio el hombre se abre a Dios y es ahí, donde el corazón del hombre se va transformando.

En nuestra jornada no puede faltar el trabajo que realizamos en silencio: encuadernación de libros, policromía de figuras.

La recreación después de la comida y de la cena, es uno de los medios de conocimiento mutuo, un momento de relajación del trabajo y de encuentro fraternal.

Quiero terminar invitándoos a que imitéis a Stº Domingo en esa faceta oracional. Que entréis en el silencio de vuestro corazón para que descubráis el gran amor de Dios, que os ama a cada uno personalmente, con vuestras pobrezas y limitaciones y quiere haceros “personas nuevas”.

Que hagáis esta experiencia para que vuestra vida tenga horizontes de transcendencia y todo será distinto, los sufrimientos y las alegrías.

Finalmente deciros que una de las muchas cosas que dijeron de Stº Domingo sus testigos fue:”Todos los hombres cabían en la inmensa caridad de su corazón y amándolos a todos de todos era amado”.

¡Ojala que en todos nosotros reine este amor!




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Hnas Dominicas de Segovia

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