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Esoterismo
¿Qué es el Esoterismo? ¿De dónde proviene? ¿Qué validez tiene?... Todo esto intentaremos contestar aquí


Por: R.P. Pedro Herrasti, S.M. | Fuente: Folleto El Verdadero Catolicismo



Introducción

Envueltos en misterios y símbolos, vestidos de manera estrafalaria, rodeados de aparentes secretos, los llamados "esotéricos" hacen abundante promoción de sus ideas, cobrando por supuesto las consultas de aquellos incautos que desean adivinar su futuro, tener suerte en negocios o amores, recuperar la salud o hacer un maleficio a un enemigo.

Existen mercados dedicados exclusivamente al esoterismo, hay revistas especializadas y en Internet abundan los sitios esotéricos. Magia blanca o negra, astrología, brujería, yerbas, horóscopos, adivinación del futuro, la vida anterior, ciencias ocultas, el fin del mundo, tarot, objetos, inciensos, imágenes, veladoras, cuarzos, piramiditas, etc... se encuentran por todos lados.

En pleno siglo XXI, cuando el hombre ya no considera noticia el envió de sondas a lejanos planetas, cuando los avances de la ciencia y la tecnología nos facilitan las comunicaciones instantáneas a nivel mundial y con un pequeñísimo teléfono celular hacemos obsoletos el correo y los teléfonos normales; cuando en una agenda electrónica podemos almacenar toda la información del mundo y las tarjetas de crédito nos abren las puertas de transacciones financieras sin tocar un billete, parece que junto con tanto poder, ese hombre moderno se enfrenta al misterio de su propia existencia y desea encontrar en ciencias ocultas la respuesta al sentido de su propia vida.

La credulidad del hombre moderno seria ridícula si no fuera porque denota su vacío existencial y es explotada al máximo por farsantes y tramposos.

¿Qué es el Esoterismo? ¿De dónde proviene? ¿Qué validez tiene? ¿Quién lo promueve? ¿Porqué el hombre moderno acude a ello? Todo esto intentaremos contestar en el presente Folleto EVC.



Los fenómenos paranormales

No todo, por desgracia, es mentira o burda trampa. Existen ciertamente fenómenos asombrosos y extraños que la parapsicología intenta explicar con un análisis científico y racional: telekinesia, premoniciones, telepatía, magia, adivinación, visiones, etc. son hechos reales no plenamente explicados y es entonces cuando hay que tener mucho cuidado porque paralelamente a la difusión de lo paranormal, hay un recrudecimiento innegable de hechos francamente demoníacos.

Habla un Psiquiatra

En una entrevista al psiquiatra Dr. Assailly, realizada por el periodista francés Loïc Joncheray se nos advierte que ciertos fenómenos paranormales de orden meramente humano, son en apariencia idénticos a fenómenos provocados por el demonio. La confusión puede provenir de no distinguir el mecanismo paranormal del agente que lo provoca. No podemos achacar todo al diablo a la ligera, ni negar su influencia a priori.

Los psiquiatras distinguen en parapsicología dos clases de fenómenos llamados PSIGAMMA o PSlKAPPA.

Los primeros son por ejemplo, la telepatía que es la percepción del pensamiento de otra persona sin la ayuda de los sentidos; la clarividencia o sea la percepción de objetos o sucesos; la precognición que es el anuncio de acontecimientos que se verifican a continuación; la metanomía táctil que es el adivinar al tocar un sobre, el contenido de la carta.. etc. y es lo que podríamos llamar un "sexto sentido".



Los fenómenos PSlKAPPA son por ejemplo la psiocokinesia - que es la acción, voluntaria o involuntaria sobre la materia.

La telekinesia permite desplazar objetos sin una causa física detectable; la levitación de objetos o personas; los ruidos producidos alrededor de un médium sin una causa explicable; fenómenos relacionados con la muerte de una persona, como puede ser que los relojes, sobre todo los de péndulo, se detengan en el momento de la muerte o que suenen sus campanas intempestivamente.

Dice el Dr. Assailly que se han hecho numerosos estudios acerca de estos fenómenos, pero que hay que reconocer la ignorancia de la psiquiatría en la materia. Por ello mismo es peligroso y muy importante no practicar esa clase de ejercicios fuera de un control estrictamente científico. Los fenómenos paranormales pueden ser efecto de ciertas patologías, y como Satán conoce esos mecanismos mejor que nosotros es por ahí por donde entra en acción para sembrar la confusión.

En una sesión en la que un grupo intentaba hacer girar una mesa, el Dr. Assailly llevaba una reliquia del Santo Cura de Ars, que fué en vida asediado frecuentemente por el demonio y la sesión fracasó totalmente. Lo acusaron de "provocar interferencias". Satanás aprovecha la curiosidad del hombre en los fenómenos paranormales para inmiscuirse en nuestras vidas y destruir al hombre.

Tenemos tres facultades superiores: Inteligencia, voluntad y amor. El corazón del hombre es la sede de estas facultades y es donde habita Dios. Satanás, en cambio, interviene fácilmente a nivel de los instintos alimentarios o sexuales y en nuestra sensibilidad, sede de la memoria y de la imaginación. No puede el diablo actuar directamente en nuestra persona, pero aprovecha las turbulencias que provocan sus tentaciones para perturbamos y alejamos de Dios. Es por eso que aprovecha gustosamente ciertas facultades o fuerzas paranormales del hombre. De ahí la precaución y distancia que debemos tener ante dichos fenómenos.

Como psiquiatra católico, el Dr. Assailly, ante un desequilibrio o enfermedad mental, no puede determinar si el demonio está metido en ello o no. En los tiempos evangélicos, culpaban al demonio de todas las enfermedades físicas o mentales, pero determinar una posesión diabólica no es tarea del psiquiatra sino de un Sacerdote Exorcista. Por eso el Dr. Assailly, prudentemente, no emplea la palabra "posesión" sino simplemente de una probable "influencia" diabólica.

Habla un Teólogo

Por su parte el P. Carlos Aldunate, de la Compañía de Jesús, considera que los fenómenos paranormales son aquellos que no podemos explicar por las leyes físico-químicas de la naturaleza, entre los cuales podemos considerar lo que llamamos milagros, que son intervenciones de Dios, en ocasiones por la intercesión de la Virgen Santísima o de alguno de los Santos.

Ante los fenómenos paranormales, ¿qué actitud debe tomar el cristiano? Podemos clasificar dichos fenómenos de la siguiente manera:

  • Milagros que manifiestan claramente la acción de Dios.
  • Acciones diabólicas que implican la manifestación de fuerzas sobrehumanas degradando y destruyendo al hombre.
  • Fenómenos en los que no intervienen fuerzas del "otro mundo". Es el dominio de la parasicología y que pueden explicarse por las solas fuerzas de la naturaleza humana, como podría ser la telepatía.

Existe un criterio para discernir si un fenómeno viene de Dios o del demonio: hemos sido creados y redimidos para hacer reproducir en nosotros la imagen de Cristo. Por la Gracia

Por lo tanto, todo aquello que nos ayude a esta "cristificación" de nuestras personas, debe ser acogido con gozo y acción de gracias; constataremos la transformación que Dios opera hacia la madurez y armonía interior y con los demás.

En cambio podemos considerar diabólicos los fenómenos paranormales que nos alejan de Dios, de lo que Dios quiere de nosotros, que degradan o destruyen al hombre. Así es la brujería que intenta hacer el mal invocando implícita o explícitamente a Satanás, o las obsesiones que surgen de manera inexplicable llevando a la autodestrucción o al suicidio.

La Biblia condena la brujería y la adivinación, porque el futuro pertenece tan solo a Dios y a la libertad que Dios concede al hombre. La adivinación sería un intento de descubrir el futuro independientemente de los caminos divinos. Consultar a "videntes" degrada al hombre porque lo proyecta fuera de en la orientación de su propia vida y lo hace irresponsable ya que le hace dependiente de una programación exterior.

Ejemplo de esto es la muy antigua astrología que con los horóscopos programa al hombre según dictan "los astros", impidiendo así la libertad del hombre.

Igualmente la Palabra de Dios condena la evocación de los muertos o nigromancia. Los que habitamos la tierra, podemos invocar, como nos enseña la Iglesia, a aquellos que están ya en la presencia de Dios o sea a los Santos, pero no para pedirles informaciones o maleficios y menos suponer que cualquier difunto pueda entraren un "médium".

Las ánimas que se purifican en el Purgatorio, por la comunión de los Santos, están en posibilidad de ayudarnos, como nosotros a ellas. Tan solo quedan excluidos de la comunión de los Santos aquellos que por desgracia merecieron la condenación eterna.

Este es un campo muy adecuado para que el demonio actúe engañando como siempre. Ya en los primeros siglos de la Iglesia, Tertuliano dijo: "Invocamos a las almas de los difuntos ¡Y son los demonios los que responden en su lugar!" En efecto, si en una sesión espiritista un espíritu se manifiesta como Nerón, Einstein, Hitler o el Santo Cura de Ars, ¿cómo sabremos si Satanás, el padre de la mentira no es el que está actuando?

En las sesiones espiritistas pueden suceder realmente cosas extraordinarias, que en la inmensa mayoría de los casos son fraudes muy bien tramados, y siempre, en todo caso, quedará la duda ante la posibilidad de una acción diabólica. No es de extrañar que las personas adictas a esta clase de cosas se apartan de los Sacramentos y de la Iglesia y tengan a menudo perturbaciones psíquicas y espirituales muy graves.

Un buen cristiano debe evitar tajantemente las prácticas espiritistas porque aunque no tuvieran nada de satánico, son profundamente nocivas al equilibrio humano.

El porqué de la prudencia

El hombre es un ser complejo y delicado en el que se unen distintos niveles: la animalidad con sus instintos: la inteligencia y la voluntad racionales; la espiritual que lo abre a Dios. El cristiano sabe que lo inferior debe estar subordinado a lo superior. Todo aquello que lo lleve a someterse a lo irracional es un insulto a la inteligencia, es indigno, lo degrada y pone en peligro su equilibrio humano.

Abandonarse a los fenómenos parapsicológicos paranormales provocados, como pueden ser la adivinación, el espiritismo, magia, etc. no está permitido. No se sabe nunca cuales son las fuerzas que son invocadas, que por regla general son fuerzas ocultas. La persona adquiere lazos, pierde su libertad y cae en lo que la Biblia llama idolatría que puede llegar incluso a la posesión diabólica.

La experiencia muestra que dichas fuerzas ocultas pueden conducir a manifestaciones satánicas terribles. No menospreciemos a Satán y sus poderes. En las promesas de nuestro Bautismo renunciamos al Demonio y a sus obras, sean las que sean. Elemental prudencia cristiana que nos pone a salvo del error y del pecado.

Involucrarse en fenómenos parapsicológicos es por tanto una infidelidad al camino del seguimiento de Cristo y esteriliza la vida espiritual. Hay que tener cuidado por lo tanto en ciertas situaciones en las cuales los criterios no son claros. Existen casos con apariencias religiosas, visiones, estigmas, curaciones aparentemente milagrosas, etc. pero sucede que hay fenómenos en que lo humano se mezcla con lo diabólico: histerias, compulsiones psicóticas, opresiones de malos espíritus y posesiones diabólicas.
En todo caso es Jesús quien nos indica una solución: "Se conoce un árbol por sus frutos" (Lc, 6, 44). A la larga, aunque en un principio aparentemente los frutos son positivos, pueden aparecer consecuencias malas como es la sequedad de la vida espiritual, el egocentrismo, la búsqueda de poderes extraordinarios abandonando el don de ser a Cristo el Señor.

¿Qué pensar de la magia?

La magia implica una visión del mundo donde se cree en la existencia de fuerzas ocultas que ejercen su influencia en la vida del hombre y con las cuales aquel que ejerce la magia (o su cliente) cree poder tener un control por medio de prácticas rituales capaces de producir automáticamente el efecto deseado.
Parece mentira que las diferentes clases de magia no se practiquen tan solo en culturas primitivas, sino que las encontramos ampliamente en países llamados desarrollados, Brujerías, santería, vudú, macumba, etc., las tenemos por todos lados en nuestra Patria por desgracia.

Se habla de "magia blanca" que seria aquella que intenta hacer el bien como recuperar la salud, resolver problemas económicos o de otra Índole y "magia negra" que hace maleficios, separa personas, comunica enfermedades o hasta provoca la misma muerte. Recordemos que el fin nunca justifica los medios y que la magia blanca aunque pretenda hacer algún bien, aparta a los que la practican de Dios, de los Sacramentos, de la Palabra de Dios, del estudio de la Religión, etc...

En cuanto a la "magia negra" para qué decir que es intrínsecamente perversa y satánica. Sus adeptos se convierten en esclavos de Satán y llegan a la aberración de las "misas negras", descritas en todo su horror en el Folleto EVC 59 que trata del Satanismo.

Las sectas satánicas abundan ahora por todos lados. En Estados Unidos hace años eran 135 mil y ahora no se sabe. Y son sectas que efectúan toda clase de aberraciones hasta llegar a sacrificios humanos. No hace mucho se encontró flotando en el río Támesis, en Londres, Inglaterra, el torso de un niño sacrificado por una secta.

Lo propio de la magia es sostener un clima de miedo e incertidumbre: miedo de lo oculto, de fuerzas que nos amenazan y que hay que calmar. El cristiano no tiene nada que temer ya que el Vencedor del maligno es Cristo. Recordemos que la Santísima Virgen María es la que aplastó la cabeza de la serpiente y que el demonio simplemente no puede con Ella. Es la experiencia secular de la Iglesia Católica, atestiguada en la vida de muchos Santos.

Por supuesto que la Biblia condena toda clase de magias. Para Dios se trata simplemente de idolatría.
"Que en medio de ti no haya adivinos ni nadie que consulte a los astros, ni hechiceros; que no se halle a nadie que practique encantamientos o consulte a los espíritus; que no se halle ningún adivino o quien pregunte a los muertos. Porque Yahvé aborrece a los que hacen estas cosas y precisamente por esa razón los expulsa delante de ti". (Dt 19,10-12) También encontramos la condenación de dichas prácticas en Lv 19,31; Ex22, 17; Hech. 8, 20; 16,18; 19, 19.

¿Y los Horóscopos, qué?

Parece Increíble la difusión de horóscopos en periódicos, revistas de toda clase, estaciones de radio y programas televisivos. En la calle se anuncian con volantes lugares para conocer la "carta astral" de aquellos que sintiéndose inseguros de sí mismos, desean poner su destino y su responsabilidad en los cuerpos celestes, ya sean los planetas de nuestro sistema o de lejanísimas estrellas.

Desde siempre el hombre ha observado el cosmos e intentado explicarlo. Ya los antiguos griegos pitagóricos basados en matemáticas puras, conocían la redondez de la tierra, sus dimensiones y las distancias al sol y la luna.

Pero otros, dejando volar su imaginación como los niños que ven figuras en las nubes, inventaron lo que conocemos como constelaciones: Orión, Escorpión, Osa Mayor y Menor, Sagitario, etc...

Sin embargo, no todas las culturas antiguas vieron o imaginaron las mismas constelaciones, lo cual habla ya del error de aceptarlas como tales. Y en eso consiste el error fundamental de la Astrología: LAS CONSTELACIONES EN REALIDAD NO EXISTEN, son pura ilusión de óptica, pura imaginación, producto cándido de épocas pre-científicas, No por nada en la actualidad, ningún Astrónomo cree en la Astrología, conjunto de errores totalmente superados por la ciencia.

El problema científico radica en lo siguiente: 1o que vemos en una noche estrellada como en un plano, es falso. Las diversas estrellas de una constelación, digamos por ejemplo Orión, no tienen nada que ver entre ellas debido a que están a distancias muy diversas de nuestro sistema planetario y aún de nuestra galaxia. Algunas ni siquiera son estrellas sino nebulosas o bien galaxias enteras de millones de estrellas que vemos como un punto luminoso de tan lejos que están.

Uno de los signos zodiacales, Escorpión, tiene una estrella súper gigante, Antares, a una distancia de 600 años luz, pero otra de sus estrellas, la M7, dista 750 y la M6 1900, o sea, no tienen realmente ninguna relación entre sí. Para que un conjunto de estrellas tuvieran influencia en la tierra, tendríamos que inventar nuevas constelaciones, uniendo a aquellas similares en distancia a la tierra.

Las distancias astronómicas.

Para simplificar los cálculos (y tal vez para ahorrarse tinta pintando tantos ceros), los astrónomos inventaron los Años luz que equivalen a la distancia que recorre un rayo de luz en un año a 300,000 Km. por segundo. Así podemos decir que la estrella Alfa Centauri dista de nuestro sistema solar tan solo 4.3 años luz. Pero esa simplificación nos resulta engañosa porque en realidad estamos hablando de un 94 seguido de doce ceros, o sea de 94 millones de millones de kilómetros. Es tan grande esa distancia, que si viajáramos en una nave espacial de la NASA, necesitaríamos 140,000 años. ¡Y es la estrella más cercana!

¿Cómo imaginar la distancia de una estrella que se encuentra a miles o a millones de años luz?

Debemos preguntamos honestamente si algún cuerpo celeste, por grande que fuera, a una tal distancia, pueda tener influencia en nuestras vidas personales, día tras día.

Lo que es más: si creo que las diez o doce estrellas de una constelación (que para empezares simple ilusión de óptica) se relacionan entre si y además complico la cosa con un planeta de nuestro sistema solar que es un cuerpo ridículamente pequeño con respecto a nuestro mismo sol, y además incluyo el día y la hora en que nací (como si ya antes no existiéramos en el vientre materno) estoy armando un edificio tan absurdo y complicado como totalmente falso.

Ciertamente hay dos cuerpos celestes que si influyen en la humanidad aunque no en nuestro destino personal. Son el Sol y la luna. El primero, para qué decirlo, dado su enorme tamaño y la inclinación del eje de la tierra respecto al plano de la órbita terrestre alrededor del Sol, determina las estaciones y podemos padecer frío o calor. El Sol de invierno no calienta gran cosa, pero si nos exponemos a los rayos solares en unas vacaciones de verano, adquirimos un bronceado espectacular, o nos ampollamos si exageramos.

Por su parte nuestro satélite Luna, a pesar de ser tan pequeño, está tan cerca de la tierra (apenas a un segundo y pico a la velocidad de la luz), que influye magnéticamente en las mareas e inspira románticas canciones en no pocos terrícolas.

¿Qué tanta influencia magnética o de otra especie podrán tener los demás planetas de nuestro sistema si están tan lejos? ¿Cuántos años tardó la sonda en llegar a Marte? ¿Qué tenemos que ver con Neptuno o Plutón? Prácticamente, científicamente, nada.

Por lo tanto: a partir de una teoría tan falsa como la existencia real de las constelaciones, todo lo demás se derrumba y carece totalmente de fundamento. Y la prueba más fehaciente de todo esto es la incompatibilidad de los diversos horóscopos. La tabla del 2 es válida aquí y en China, pero no hay dos horóscopos iguales para una misma persona. Regir la conducta a partir de uno de ellos (¿cuál será el mejor, con qué criterio escojo el "bueno"?) y depender de la influencia de constelaciones y astros para tomar decisiones y poder actuar, es mera inseguridad, ignorancia, error craso.

No falta sin embargo la promoción, de una "Astrología Científica" diciendo que es "la única ciencia esotérica que ha perdurado con toda su esencia y técnica, sin ser modificada a pesar del tiempo ¡Y en eso precisamente radica su falsedad! Hemos dicho que la astrología fue inventada en épocas pre-científicas, cuando los hombres primitivos contemplando la bóveda celeste sin ningún aparato, sin telescopios, a simple vista, imaginaron figuras fantásticas uniendo estrellas arbitrariamente en falsas constelaciones.

Si la astrología actual sigue pensando como antes de Galileo, el inventor del primer rudimentario telescopio y mucho antes del maravilloso actual telescopio espacial llamado Hobble, se quedaron simplemente en la época de las cavernas.

En alguna página de internet se nos anuncia paladinamente que a partir de la fecha de nuestro nacimiento y mediante el pago de cierta cantidad, (por supuesto), podremos saber por fin quiénes fuimos en una supuesta vida pasada, debido a la posición de los astros y de los arcángeles "o sea, los planetas". ¡Por Dios, de qué están hablando! !y no faltará el incauto que pague por esa sarta de errores y mentiras!

Peligrosas devociones católicas

Como ejemplo de una devoción peligrosa está la de San Judas Tadeo que arrastra multitudes cada día 28 de mes. No negamos por supuesto la licitud de la devoción a los Santos Patronos, pero nos preguntamos de dónde vinieron las "Cadenas" a San Judas Tadeo, que han dado la vuelta al mundo obligando a difundir un cierto número de copias en templos católicos con la promesa de que antes de 13 días se concederá el favor pedido y con la amenaza de alguna catástrofe si no se cumplen las condiciones. Se menciona siempre gratuitamente a un "presidente de Brasil', sin aclarar por supuesto su identidad.

Nos preguntamos si los devotos (rayando en el fanatismo) de San Judas Tadeo, saben siquiera que tenemos una carta suya en la Biblia y si la han leído.

Las cadenas por supuesto, están prohibidas por la Iglesia Católica y son consideradas como una especie de idolatría.

Ahora se ha puesto de moda (¿qué también en religión nos dejamos llevar por las modas?) San Charbel cuya devoción exige se le cuelguen listones a su imagen con las peticiones deseadas o con las acciones de gracias por los favores recibidos. Son un éxito y nos preguntamos si el rito de los listones es correcto.
Pero donde el fanatismo producto de la ignorancia religiosa llega a su colmo es en la nueva y popular devoción idolátrica a una santa que no existe:

La devoción a Santa Muerte

La muerte está definida en el diccionario como "final de la vida", Punto. Cuando el principio vital de un cuerpo se agota, sobreviene la cesación de las actividades naturales del ser vivo y muere. Tan simple como eso, Solo las piedras no se mueren porque nunca han tenido vida. Todo ser orgánico, incluido el hombre, nace, crece, se reproduce...y muere.

En el ser humano la muerte sucede cuando el alma inmortal, su principio vital, se desprende del cuerpo y rinde a Dios cuentas de su vida para obtener el premio por sus buenas obras, o el castigo por sus pecados.

Dado que en la hora de la muerte nos estamos jugando la vida eterna, es imprescindible morir en Gracia de Dios, libres de pecado, sobre todo del pecado mortal que nos privarla para siempre del gozo de la presencia de Dios. O sea, debemos morir en santidad y por eso los cristianos pedimos a Dios una buena muerte, una santa muerte para ir al encuentro gozoso con Dios, Padre lleno de bondad y belleza, que saciará para siempre nuestros anhelos de felicidad completa.

En la fe, el cristiano en santidad, como San Francisco de Asís, contempla a la muerte como la "Hermana Muerte" que nos abre las puertas del Cielo, pero también nos advierte "¡Pero ay si la muerte nos sorprende en pecado mortal!". Esa si que seria una mala, una pésima muerte que nos llevaría al Infierno.

El hombre, sin embargo, desde la antigüedad, asombrado ante el misterio de la muerte y sobre todo del más allá, ha querido "personificar" a la muerte, representándola de muchas maneras. Clásica es la fúnebre Parca con su tenebrosa túnica negra empuñando una fatídica guadaña dispuesta a segar nuestras vidas.

Los mexicanos, muy machos, nos burlamos de la muerte sobre todo el 2 de noviembre y nombrándola "la Calaca", hacemos "calaveras" sarcásticas en versos y nos comemos calaveritas de azúcar. "Si me han de matar mañana, que me maten de una vez" canta el mariachi.

Pero de ese enfoque chusco de la cesación de la vida, a pensar que la muerte es una persona a la cual podemos invocar, hay un abismo de ignorancia que por desgracia existe y se ha puesto de moda como el culto a Santa Muerte, como si fuera un Santo más, como San José o Santa Lucía.

En un exceso de fanatismo se la llega a llamar "santísima" nada menos que equiparándola con la Virgen María a la cual con toda razón, por Inmaculada, la Iglesia reserva el superlativo de "Santísima".

Un falso autonombrado "obispo" de una falsa iglesia llamada "Católica Tradicional", organizó una solemne procesión partiendo del "Santuario Nacional de la Santa Muerte" llevando junto a imágenes de la muerte llamadas Alejandra y Caridad a estatuas de Jesucristo, de la Virgen de los Dolores y hasta de San Felipe de Jesús. ¡Qué confusiones sacrílegas!

Los devotos llenos de fervor, portaban veladoras, flores, iban rezando y haciendo penitencia. Algunos lloraban arrepentidos de sus pecados mientras otros le pedían a Santa Muerte favores especiales o le hacían promesas y mandas.

Todo ello es una distorsión total de la realidad. No podemos invocar a la muerte como no podemos tener devoción a Santa Primavera o a Santa Puesta de Sol, porque no son personas sino procesos naturales totalmente impersonales. Todo ello es provocado y aprovechado por los negociantes del culto a la muerte y a que la venta de imágenes y sus correspondientes veladoras de diversos colores, son parte esencial del negocio. Lo malo del culto a Santa Muerte es que entre otras cosas se le invoca para obtener bienes materiales o para hacer daño al prójimo y ahí entra el astuto Satanás, el espíritu del mal, para apartar al hombre de Dios. Aprovechándose de la increíble ignorancia religiosa de nuestro pueblo y de las más bajas pasiones humanas, es capaz de hacer lo que se le pide a la muerte y entonces todo se convierte en puro satanismo.

Ejemplo terrible de ello es la siguiente oración:

"Santísima Muerte Bendita,
yo te suplico encarecidamente
que así como Dios te formó tan inmortal,
con tu gran poder alumbra el cerebro de N.
para que se acuerde de mí y todo lo que tenga
me lo de impulsado por tus poderes
y sea esclavo de mi amor y lo tenga
humillado y vencido a mis pies"

¡Qué conjunto de insensateces se encuentran en esa clase de oraciones! La muerte ni es persona, ni menos santa o santísima y tampoco por supuesto es "muerte inmortal'. ¡Que grotesco absurdo! y todo ello para apoderarse de los bienes del infortunado N. y esclavizarlo "por amor". ¡Valiente amor! El cristiano pide a Dios una buena muerte, una santa muerte, o sea en Gracia de Dios, una muerte en santidad. Por eso invocamos a San José, patrono de la santa muerte ya que murió en brazos de Jesús y de María. Para gozar de una santa muerte, vivamos siempre en Gracia de Dios, frecuentando los Sacramentos principalmente los de la Reconciliación y la Eucaristía "prendas de Vida Eterna".

Hagamos realidad el dicho "!Qué Dios nos agarre confesados!"

"Dios ha creado al hombre racional confiriéndole la dignidad de una persona dotada de la iniciativa y del dominio de sus actos. "Quiso Dios ‘dejar al hombre en manos de su propia decisión' (Si 15,14), de modo que busque a su Creador sin coacciones y, adhiriéndose a Él, llegue a la plena y feliz perfección" (Gs17)

"La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por si mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de si mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. La Libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza".

"Hasta que no llega a encontrarse definitivamente con su bien último que es Dios, la libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, y por tanto, de crecer en perfección o de flaquear y pecar. La libertad caracteriza los actos propiamente humanos. Se convierte en fuente de alabanza o de reproche, de mérito o de demérito".

Catecismo de la Iglesia Católica, 1730-1732

 







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