Abril de 2005
Crónicas desde los umbrales del Cónclave 2005
Por: Jesús de las Heras Muela | Fuente: www.revistaecclesia.com
Aunque desde hacía cerca de veintisiete años siempre me había imaginado un cónclave desde sus mismos umbrales sellados, la experiencia de vivirlo, en vivo y en directo, es distinta a la misma imaginación. Llegué a la plaza de San Pedro pasadas las seis y media de la tarde. Ya estaba casi llena. Pronto encontré amigos y conocidos. Estábamos muy próximos y enfrente de la Logia central de la Basílica Vaticana. La mirada empezaba a quedarse fijar sobre la chimenea y los comentarios no podían evitar el mismo tono y los mismos argumentos. Cuando, sobre las siete de la tarde, alargué la mirada hacia el Obelisco y la Columnata de Bernini comprobé que la Plaza estaba ya llena y cuando, poco después, quise otear la contigua Plaza de Pío XII y la Vía de la Conciliación, hallé la misma impresión.
A pesar de ello, a pesar de tantos y tantos, todos hablábamos en "soto voce", en intensa expectación y espera, en clima orante y de espera -la espera es preludio de la virtud de la esperanza-. Algunos de los amigos con los que estaba me recordaron otra tarde reciente en San Pedro de Roma: la del 2 de abril de 2005. Entonces los corazones y las miradas se dirigían hacia la luz de los apartamentos pontificios donde Juan Pablo II estaba cruzando el umbral de la Esperanza. Contaban que aquello era inenarrable, ungido de dolor y de plegaria, transido de paz y de acción de gracias, repleto de trascendencia.
Y ante este relato, recordé las palabras del cardenal decano en la homilía de la misa de esta mañana: "En esta hora, sobre todo, oremos con insistencia al Señor, para que después del gran don del Papa Juan Pablo II, nos dé ahora, de nuevo, un pastor según su corazón, un pastor que nos guíe al conocimiento de Cristo, a su amor y a la verdadera alegría. Amén". Amén.
Los umbrales del cónclave de abril de 2005 rezuman esperanza y tiempo y presencia del Espíritu y exhalan el inconfundible aroma del buen pastor que fue Juan Pablo II y del buen pastor que ahora necesitamos y que, seguro, nos traerá pronto la señal anunciadora del humo blanco y de las campanas de gloria.
1. Danos, Señor, un Pastor según tu corazón
Crónicas desde los umbrales del Cónclave. Día primero: Lunes 18 de abril de 2005
2. Habemus Papam! Benedicto XVI
Crónicas desde los umbrales del Cónclave: Martes 19 de abril de 2005 (1)
2 (bis). Las primeras horas y los primeros días del nuevo Papa
Crónicas desde los umbrales del Cónclave: Martes 19 de abril de 2005 (2)
2 (tris). Gozosa fiesta del pueblo de Dios y de la fe
Crónicas desde los umbrales del Cónclave: Martes 19 de abril de 2005 (3)
3. Curiosidades y singularidades en torno a la elección del Papa Benedicto XVI
Crónicas desde los umbrales del Cónclave: Miércoles 20 de abril de 2005
4. Y el Papa Benedicto XVI «cerró» el Cónclave
Crónicas desde los umbrales del Cónclave: Miércoles 20 de abril de 2005
5. Crónicas del 21 de abril
Crónicas desde los umbrales del Cónclave: Jueves 21 de abril de 2005
6. El fecundo árbol de la Iglesia retoña en Benedicto XVI
Crónicas desde los umbrales del Cónclave: Viernes 22 de abril de 2005
7. Los periodistas son los destinatarios de la primera gran audiencia de Benedicto XVI
Crónicas desde los umbrales del Cónclave: Sábado, 23 de abril de 2005
8. De la confesión y martirio de Pedro al palio y al anillo del pescador
Crónicas desde los umbrales del Cónclave: Sábado 23 de abril de 2005
9. Cuadros de una mañana para la eternidad
Crónicas desde los umbrales del Cónclave: Domingo 24 de abril de 2005. (Ultimo día y última crónica romana)