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Valores y penurias en la adolescencia
Los cinco problemas actuales de los adolescentes en la relación interpersonal, familiar y social; y los seis valores fundamentales más comunes entre ellos


Por: Rafael Gutiérrez Amaro | Fuente: ForumLibertas



En esta época de la adolescencia en los jóvenes se producen muchos cambios. En algunos se notan más y en otros menos, pero todos cambian, tanto física como mentalmente. Modifican: sus puntos de vista, su personalidad, su carácter, su forma de ser ante los amigos y ante la familia, los estudios...

Los principales problemas actuales de la adolescencia son:

1.- Faltan valores.
En estos años los educadores, las familias y los gobiernos no nos hemos preocupado suficientemente de inculcar valores a nuestros jóvenes porque pensábamos, equivocadamente, que ellos adquirirían esos valores con sus amigos y en sus propios ambientes, y así nos ha ido, y al final gran parte de la juventud adolece tristemente de esta educación en valores tan importante para sus vidas y para dar respuesta a los retos de la época.

2.- Faltan ideales. La sociedad de hoy en general, no solamente los jóvenes, no tienen ideales para construir sólidamente su vida. Es ésta una gran carencia a causa de la cual, y si no se remedia, la sociedad y la juventud andará renqueando y podría ser que los resultados de esta ausencia trajera fundamentalmente a los jóvenes comportamientos muy desfavorables.

3.- Faltan modelos a seguir. La falta de modelos es otras de las grandes carencias de nuestra época. Hoy sobran: corruptos, sinvergüenzas, vividores… pero faltan modelos que con su ejemplo nos presenten una sociedad construida sobre los auténticos valores democráticos de: libertad, justicia, respeto, tolerancia…

4.- Falta educación. La falta de educación es otra de las grandes lacras de nuestra época. Una sociedad sin educación es una sociedad que camina fácilmente hacia la dictadura o hacía la degradación o hacia la esclavitud.

5.- Falta interés en la solución a los problemas del país. Y falta interés dado entre otras cosas el malestar general, malestar ocasionado por la forma negativa en que se están desarrollando los acontecimientos, también por la elevada tasa de paro juvenil, que en muchos lugares supera ya el 60%.

Los jóvenes no ven claro su futuro y piensan: “para que tener metas cuando no se tiene garantía de nada”. Por eso hoy en este tiempo en el que vivimos es muy importante que nos ocupemos de los jóvenes: de su educación, de sus valores, de sus preocupaciones, de sus familias, de sus hobbies, de inculcarle ideales. Todo el tiempo dedicado a estos menesteres es poco teniendo en cuenta la gran labor que queda por realizar. Esta sociedad que hace unos años se presumía tan próspera ahora está inmersa en una decadencia total y absoluta En las relaciones entre adolescentes los valores fundamentales más comunes entre ellos son:

La amistad. Es el primero de los valores. De la amistad, o de la necesidad de la misma, nacen prácticamente todos los valores que se manifiestan en una relación; fomentar la amistad entre los jóvenes, una amistad sana, es prioritario para que los jóvenes crezcan sanos de cuerpo y espíritu. A los jóvenes hay que dejarlos vivir, pero también hay que enseñarles: a vivir, a compartir, a dialogar, a respetar, y esto se da en primer lugar en el ámbito de la amistad, entre los compañeros y amigos.

El segundo es el amor. Se podría definir como el grado máximo de la amistad. El amor significa mucho más. No sólo implica compartir, sino también sacrificio a favor del otro, lealtad, y estricta fidelidad.

El tercero podría ser el compañerismo. Consiste en aplicar valores positivos a una relación con los compañeros, que viene dada por la cercanía impuesta por actividades o espacios comunes. Con el compañero todas las personas, cuando éramos jóvenes, hemos desarrollado nuestras primeras habilidades, hemos compartido nuestras primeras vivencias, hemos realizado nuestros primeros juegos, quizás con ellos hemos hecho las primeras travesuras o hemos vivido las primeras experiencias auténticamente personales. Con los compañeros quizás se haya manifestado por primera vez la ayuda espontánea y desinteresada.

En cuarto lugar podría estar la solidaridad. La solidaridad, en las relaciones entre adolescentes, se manifiesta como una forma más amplia de compañerismo, normalmente aparece cuando se actúa de forma desinteresada, defendiendo intereses de otros jóvenes con los que no tenemos otra relación pero que vemos que tienen algún problema o necesidad. Por ejemplo, la reacción de la juventud: ante los malos tratos y abusos a menores, ante el terrorismo, ante las guerras, ante el hambre…

En quinto lugar podríamos poner el trabajo en común. El trabajo es una relación muy importante para el desarrollo de los adolescentes. Si además ese trabajo se comparte, no solo se hace más llevadero y fácil sino que refuerza las relaciones de: compañerismo, amistad y sociabilidad.

En sexto lugar podríamos poner la ayuda mutua. Es el valor en el que se implican dos o más adolescentes para compartir y realizar experiencias de trabajo, o experiencias que surgen ante cualquier necesidad o ante cualquier situación.

Con esta aportación he querido dar a conocer mis vivencias y mis experiencias personales para conseguir que nuestros jóvenes adquieran una preparación adecuada y que no se sumerjan aún más en la decadente situación de penuria y zozobra. Y a los cristianos para este cometido les recomiendo que acudan al mejor maestro: Jesucristo; Él que fue durante su vida amigo de los niños y de los jóvenes puede ayudarnos a encontrar el método adecuado para llegar a los jóvenes y poderles transmitir, en este tiempo difícil, un mensaje de esperanza, un mensaje renovador que cambie hacia el bien sus vidas y las de todos los seres humanos.

 

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