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El compromiso
El compromiso
Jorge Madrigal Fritsch nos habla del sacrificio, la buena toma de decisiones, las oportunidades y el compromiso como respuesta ética
Por: Jorge Madrigal Fritsch | Fuente: Yoinfluyo.com
Por: Jorge Madrigal Fritsch | Fuente: Yoinfluyo.com

martes, 04 de agosto de 2009
El compromiso es alinearse con los objetivos de un grupo u organización. Las personas que están dotadas de esta aptitud:
Están dispuestas a hacer sacrificios para lograr un objetivo general.
Encuentran una sensación de ser útiles en la misión general.
Utilizan los valores nucleares del grupo para tomar decisiones y clarificar sus alternativas.
Buscan activamente oportunidades para cumplir con la misión de grupo.
La esencia del compromiso es unificar los propios objetivos con los de la organización.
El compromiso es emocional, pues sentimos un fuerte apego a las metas de nuestro grupo cuando resuenan fuertemente al compás de las nuestras.
Quienes valoran el objetivo de una organización y lo adoptan; no sólo están dispuestos a hacer por ella un esfuerzo supremo, sino a efectuar sacrificios personales cuando sea necesario.
Son los que deciden trabajar hasta estrada la noche o durante un fin de semana, a fin de terminar un proyecto a tiempo.
Son los gerentes dispuestos a partir de viaje de un momento a otro cuando se presente un asunto urgente.
El compromiso se expresa hasta en decisiones inaceptables que se toman para beneficiar a la mayoría, aunque provoque oposición y controversias.
Quienes se encuentran realmente comprometidos están dispuestos a hacer sacrificios a corto plazo, si son para bien del grupo. En pocas palabras, los comprometidos son los patriotas de la empresa.
El personal inspirado en una meta compartida, suele mostrar un nivel de compromiso que supera holgadamente cualquier incentivo financiero.
Las empresas u organizaciones que carecen de una misión bien formulada (o cuya declaración de objetivos es poco más que una treta de relaciones públicas) ofrecen a su gente poco incentivo para comprometerse.
Los empleados necesitan conocer con claridad los valores nucleares de una organización para poder aliarse con ellos; incluso el conocimiento de uno mismo es parte constitutiva del compromiso.
Los empleados que conocen sus propios valores y metas tendrán una idea clara y hasta vívida de su ajuste a la organización.
Cuando sienten que hay coincidencia, el compromiso es espontáneo y potente.
El compromiso es alinearse con los objetivos de un grupo u organización. Las personas que están dotadas de esta aptitud:
Están dispuestas a hacer sacrificios para lograr un objetivo general.
Encuentran una sensación de ser útiles en la misión general.
Utilizan los valores nucleares del grupo para tomar decisiones y clarificar sus alternativas.
Buscan activamente oportunidades para cumplir con la misión de grupo.
La esencia del compromiso es unificar los propios objetivos con los de la organización.
El compromiso es emocional, pues sentimos un fuerte apego a las metas de nuestro grupo cuando resuenan fuertemente al compás de las nuestras.
Quienes valoran el objetivo de una organización y lo adoptan; no sólo están dispuestos a hacer por ella un esfuerzo supremo, sino a efectuar sacrificios personales cuando sea necesario.
Son los que deciden trabajar hasta estrada la noche o durante un fin de semana, a fin de terminar un proyecto a tiempo.
Son los gerentes dispuestos a partir de viaje de un momento a otro cuando se presente un asunto urgente.
El compromiso se expresa hasta en decisiones inaceptables que se toman para beneficiar a la mayoría, aunque provoque oposición y controversias.
Quienes se encuentran realmente comprometidos están dispuestos a hacer sacrificios a corto plazo, si son para bien del grupo. En pocas palabras, los comprometidos son los patriotas de la empresa.
El personal inspirado en una meta compartida, suele mostrar un nivel de compromiso que supera holgadamente cualquier incentivo financiero.
Las empresas u organizaciones que carecen de una misión bien formulada (o cuya declaración de objetivos es poco más que una treta de relaciones públicas) ofrecen a su gente poco incentivo para comprometerse.
Los empleados necesitan conocer con claridad los valores nucleares de una organización para poder aliarse con ellos; incluso el conocimiento de uno mismo es parte constitutiva del compromiso.
Los empleados que conocen sus propios valores y metas tendrán una idea clara y hasta vívida de su ajuste a la organización.
Cuando sienten que hay coincidencia, el compromiso es espontáneo y potente.
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