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Finalistas del XXVIII Premio Fernando Rielo de Poesía Mística
Finalistas del XXVIII Premio Fernando Rielo de Poesía Mística
El galardón se entregará el 11 de diciembre en Quito, Tres latinoamericanos, finalistas del XXVIII Premio Fernando Rielo de Poesía Mística
Por: Dra. Mª. Luján González Portela, Directora del Centro Regional Quito UTPL | Fuente: Miembro del Comité Organizador del XXVIII Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística
Por: Dra. Mª. Luján González Portela, Directora del Centro Regional Quito UTPL | Fuente: Miembro del Comité Organizador del XXVIII Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística
Adela Guerrero (Colombia), Gladys Carmagnola (Paraguay) y Javier G. Zapata (México) han resultado finalistas del XXVIII Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, junto con siete españoles y una estadounidense, de un total de 254 poemarios presentados de todo el mundo.
Los once poemarios competirán por el galardón el próximo 11 de diciembre en un solemne acto que tendrá lugar en el Centro Regional Quito de la Universidad Técnica Particular de Loja.
La relación de poemarios y autores es la siguiente:
Enrique Barrero Rodríguez: Liturgia de la voz abandonada (Sevilla, España)
Adela Guerrero Collazos: Abrazo de luz (Cali, Colombia)
María Sanz: La honda madrugada (Sevilla, España)
Lucrecio Serrano Pedroche: Mi viaje a tu locura (Albacete, España)
Kaye Voigt Abikhaled: The Given Pound (Austin, EEUU)
José Manuel Ferreira Cunquero: Geometría del encuentro (Salamanca, España)
Rafael Alfaro Alfaro: Hora de la tarde (Granada, España)
Ana Isabel Conejo Alonso: Maestros apócrifos (Ciudad Real, España)
Gaspar Moisés Gómez: A la luz de la blanca sombra (León, España)
Gladys Carmagnola: ¿De lodo, miel y lágrimas? (Asunción - Paraguay)
Javier García Zapata: El sol es una lámpara que Dios enciende a diario (México)
El poemario del mexicano Javier García Zapata recrea con emoción lírica los temas constantes en los poetas como la muerte, las relaciones familiares, el hastío de vivir, y quiere vencer la erosión del tiempo mediante la plegaria sincera o la celebración del amor a los propios y a la vida.
Por su parte, la paraguaya Gladys Carmagnola construye un poemario a base de estrofas con un hilo conductor en lo métrico y en lo temático. La musicalidad de los poemas, unidos a la sencillez expresiva y la coherencia semántica, que expresan la presencia de lo divino en la vida cotidiana, dan a esta obra una trabajada unidad.
La caleña Adela Guerrero destaca por el uso de imágenes de la naturaleza, luminosas y sencillas, que festejan la huella de Dios en los seres y las cosas, y que destilan optimismo y la embriaguez del amor.
En cuanto a los otros finalistas, destaca la obra de Enrique Barrero, compuesta por cuarenta y cinco sonetos, cuyo contenidos son himnos y plegarias que cantan y oran a Dios de forma íntima y cercana.
También cabe resaltar el gran esfuerzo compositivo de la estadounidense Kaye Voigt, que refleja la fuerza de la naturaleza y la cadencia de la plegaria, deteniéndose en el misterio del dolor.
José Manuel Ferreira, por su parte, con su obra Geometría del encuentro describe los caminos rectilíneos o tortuosos de la separación/encuentro entre Dios y el poeta.
El jurado ha seleccionado a los finalistas de entre 254 obras procedentes de numerosos países latinoamericanos, así como de Brasil, Estados Unidos, Canadá, varios países europeos, India, Japón, Sudáfrica y Zaire, sumando un total de 30 países representados, lo cual demuestra la internacionalización que el premio ha alcanzado en sus 28 años de trayectoria.
El Premio ha sido fallado en la ONU; la UNESCO; el Senado de Francia; los Ayuntamientos de Roma, Colonia y Madrid y el Museo del Prado, entre otros lugares prestigiosos.
El hecho de fallarse el premio por quinta vez en Ecuador obedece a la alta participación latinoamericana en el mismo y a la tradición lírica y mística existente en la región, aunque todavía poco conocida.
El galardón lo han obtenido ya varios poetas de la región como Irma Betancourt (Chile), Laureano Albán (Costa Rica), Daniel Ben Rafael Stawski (Uruguay) y Gilber Gómez (Perú), y un número importante han resultado finalistas, como el caso de los ecuatorianos Mons. Julio Terán Dutari y Teresa Mora, la argentina Mercedes Aguirre y la peruana Elizabeth Obando.
Para mayor información del premio ingresa al sitio: www.utpl.edu.ec/recursosvideoconferencias/
Los once poemarios competirán por el galardón el próximo 11 de diciembre en un solemne acto que tendrá lugar en el Centro Regional Quito de la Universidad Técnica Particular de Loja.
La relación de poemarios y autores es la siguiente:
Enrique Barrero Rodríguez: Liturgia de la voz abandonada (Sevilla, España)
Adela Guerrero Collazos: Abrazo de luz (Cali, Colombia)
María Sanz: La honda madrugada (Sevilla, España)
Lucrecio Serrano Pedroche: Mi viaje a tu locura (Albacete, España)
Kaye Voigt Abikhaled: The Given Pound (Austin, EEUU)
José Manuel Ferreira Cunquero: Geometría del encuentro (Salamanca, España)
Rafael Alfaro Alfaro: Hora de la tarde (Granada, España)
Ana Isabel Conejo Alonso: Maestros apócrifos (Ciudad Real, España)
Gaspar Moisés Gómez: A la luz de la blanca sombra (León, España)
Gladys Carmagnola: ¿De lodo, miel y lágrimas? (Asunción - Paraguay)
Javier García Zapata: El sol es una lámpara que Dios enciende a diario (México)
El poemario del mexicano Javier García Zapata recrea con emoción lírica los temas constantes en los poetas como la muerte, las relaciones familiares, el hastío de vivir, y quiere vencer la erosión del tiempo mediante la plegaria sincera o la celebración del amor a los propios y a la vida.
Por su parte, la paraguaya Gladys Carmagnola construye un poemario a base de estrofas con un hilo conductor en lo métrico y en lo temático. La musicalidad de los poemas, unidos a la sencillez expresiva y la coherencia semántica, que expresan la presencia de lo divino en la vida cotidiana, dan a esta obra una trabajada unidad.
La caleña Adela Guerrero destaca por el uso de imágenes de la naturaleza, luminosas y sencillas, que festejan la huella de Dios en los seres y las cosas, y que destilan optimismo y la embriaguez del amor.
En cuanto a los otros finalistas, destaca la obra de Enrique Barrero, compuesta por cuarenta y cinco sonetos, cuyo contenidos son himnos y plegarias que cantan y oran a Dios de forma íntima y cercana.
También cabe resaltar el gran esfuerzo compositivo de la estadounidense Kaye Voigt, que refleja la fuerza de la naturaleza y la cadencia de la plegaria, deteniéndose en el misterio del dolor.
José Manuel Ferreira, por su parte, con su obra Geometría del encuentro describe los caminos rectilíneos o tortuosos de la separación/encuentro entre Dios y el poeta.
El jurado ha seleccionado a los finalistas de entre 254 obras procedentes de numerosos países latinoamericanos, así como de Brasil, Estados Unidos, Canadá, varios países europeos, India, Japón, Sudáfrica y Zaire, sumando un total de 30 países representados, lo cual demuestra la internacionalización que el premio ha alcanzado en sus 28 años de trayectoria.
El Premio ha sido fallado en la ONU; la UNESCO; el Senado de Francia; los Ayuntamientos de Roma, Colonia y Madrid y el Museo del Prado, entre otros lugares prestigiosos.
El hecho de fallarse el premio por quinta vez en Ecuador obedece a la alta participación latinoamericana en el mismo y a la tradición lírica y mística existente en la región, aunque todavía poco conocida.
El galardón lo han obtenido ya varios poetas de la región como Irma Betancourt (Chile), Laureano Albán (Costa Rica), Daniel Ben Rafael Stawski (Uruguay) y Gilber Gómez (Perú), y un número importante han resultado finalistas, como el caso de los ecuatorianos Mons. Julio Terán Dutari y Teresa Mora, la argentina Mercedes Aguirre y la peruana Elizabeth Obando.
Para mayor información del premio ingresa al sitio: www.utpl.edu.ec/recursosvideoconferencias/
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