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Los cristianos somos testigos del camino nuevo de Pascua
Cristo resucitado de entre los muertos -afirmó el Santo Padre- es el fundamento de nuestra fe, que se irradia en toda la liturgia de la Iglesia, dándole contenido y significado


Por: . | Fuente: VIS



 

 

CIUDAD DEL VATICANO, 27 ABR 2011


El Papa se trasladó esta mañana desde Castelgandolfo al Vaticano para la audiencia general, que se celebró en la Plaza de San Pedro y en la que participaron más de 20.000 personas.

"Cristo resucitado de entre los muertos -afirmó el Santo Padre- es el fundamento de nuestra fe, que se irradia en toda la liturgia de la Iglesia, dándole contenido y significado. (...) La resurrección de Cristo es la puerta a una nueva vida que ya no está sometida a la caducidad del tiempo, una vida inmersa en la eternidad de Dios. En la resurrección de Jesús comienza una nueva condición de los seres humanos, que ilumina y transforma nuestro camino cotidiano y abre un futuro cualitativamente nuevo y diferente para toda la humanidad".

"En la Epístola a los Colosenses, San Pablo dice: "Si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; sentid las cosas de arriba, no las de la tierra". Pero el apóstol, subrayó Benedicto XVI, "está lejos de invitar a los cristianos, a cada uno de nosotros, a evadirse del mundo en el que Dios nos ha puesto. Es cierto que somos ciudadanos de otra "ciudad", dónde está nuestra verdadera patria, pero el camino hacia esta meta debemos recorrerlo todos los días en esta tierra. Al participar desde ahora en la vida de Cristo resucitado, debemos vivir como hombres nuevos en este mundo, en el corazón de la ciudad terrenal".

"Este es el camino -prosiguió el Santo Padre-, para transformarnos no solamente nosotros, sino para transformar al mundo, para dar a la ciudad un nuevo rostro que favorezca el desarrollo del hombre y de la sociedad, según la lógica de la solidaridad, la bondad, el respeto profundo por la dignidad propia de cada uno. (...) La Pascua aporta la novedad de un pasaje profundo y total de una vida sujeta a la esclavitud del pecado a una vida de libertad, inspirada por el amor, la fuerza que derriba todas las barreras y construye una nueva armonía en nuestro corazón y en la relación con los demás y con las cosas".

Todo cristiano, así como toda comunidad, "si vive la experiencia de este pasaje de la Resurrección, no puede por menos que ser fermento nuevo en el mundo, entregándose sin reservas a las causas más urgentes y justas, como lo demuestran los testimonios de los santos en todas las edades y en todas partes. También son muchas las expectativas de nuestro tiempo: los cristianos, creyendo firmemente que la resurrección de Cristo ha renovado al hombre sin separarlo del mundo en el que construye su historia, tenemos que ser los testigos luminosos de este camino nuevo de Pascua".

"La Pascua es, por lo tanto, un don que hay que acoger cada vez más profundamente en la fe, para obrar en cualquier situación, con la gracia de Cristo, según la lógica de Dios, la lógica del amor", concluyó el pontífice.

 

 









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