Lo que NO es la Dirección Espiritual.
Por: Guadalupe Magaña | Fuente: Escuela de la fe.
No es:
-Una sesión de consejos espirituales.
-Una simple conversación espiritual entre amigas.
-Una revisión de compromisos de vida.
-Un diálogo apostólico.
-Una consulta psicológica.
-Un diálogo no-directivo que no concluye en nada.
-Un medio de desahogo.
Recuerda:
La dirección espiritual es una relación estable entre una persona experimentada en la vida espiritual y otra que busca consejo, doctrina o aliento para progresar en su vida espiritual.
La verdadera dirección espiritual se efectúa:
- Dentro de la Iglesia
- Como un diálogo en la Fe
- Buscando la voluntad de Dios para la dirigida
Los protagonistas de la dirección espiritual son tres: Espíritu Santo, orientador y dirigido.
La dirección espiritual no es simplemente sumisión, aunque sea cordial, de una a otra, sino la sumisión común a la acción del Espíritu Santo. Él le da a una la gracia necesaria para dirigir a la otra por los caminos previstos en el plan y designios divinos; y a ésta, la fuerza necesaria para seguirlos con generosidad.
Cada una tiene su modo, sus dones, su momento, su historia, y por lo mismo, cada una sigue una senda misteriosa dentro de la común vocación de consagración según la vivencia radical de los consejos evangélicos en el carisma de la propia institución.
Cuestionario personal:
1.-¿Soy consciente del papel del Espíritu Santo en la dirección espiritual? ¿Actúo mi fe pidiendo luz al Espíritu Santo?
2.-¿Fomento el ambiente de fe que debe existir en la dirección espiritual?
3.-¿He profundizado en la importancia de formar a las almas a mí encomendadas en conformidad con el carisma propio para dotar a la Iglesia de hijas fieles y apóstoles?
4.-¿Cuáles son los fundamentos del respeto a la libertad personal que se da en la dirección espiritual según la definición propuesta?
5.-¿Qué importancia tiene la escucha al Espíritu Santo en la dirección de las almas y en los medios que ayudan para ello, tanto a la orientadora como a la dirigida?.
Reflexión de fe
“Existe la tentación de pensar que la dirección es una orientación para las actividades espirituales, consideradas como una pequeña parte o departamento de la vida de uno; que se va a la dirección espiritual para cuidar del espíritu, de la misma manera que se va al dentista para que cuide de los dientes, o al peluquero para cortarse el pelo, y esto es completamente falso. Al orientador espiritual le atañe toda la persona, pues la vida espiritual no es sólo la vida de la mente o de los afectos, o de lo más elevado del alma, sino la vida de toda la persona: pues el hombre espiritual (pneumatikós) es alguien cuya vida total, en todos sus aspectos y actividades, ha sido espiritualizada por la acción del Espíritu Santo...
Es importante que recuperemos completamente la idea de dirección espiritual y la salvemos de su concepto adulterado -según el cual el orientador es simplemente al que acudimos para encontrar soluciones casi infalibles de casos de moral y ascética-. Si esto es lo que entendemos por orientador, comprenderemos que nuestro conocimiento se ha pervertido por una especie de convencionalismo pragmático y mágico. Se piensa que el orientador es alguien que está dotado de una autoridad especial casi milagrosa, y que tiene el poder de dar la fórmula adecuada cuando se le pregunta, tratándose como a una máquina que produce contestaciones afortunadas, que resuelve dificultades y que nos hace perfectos, pues tiene un sistema o, más bien, ha llegado a ser un experto en el funcionamiento del sistema de otros... Tal dirección espiritual es maquinal y contribuye a frustrar el propósito auténtico de la genuina guía espiritual. Tiende a reforzar los mecanismos y rutinas con las que el alma destruye su propia capacidad para dar una respuesta espontánea a la gracia”. (Tomas Merton, o.c. págs.17-22.).