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Educación por edades

A los adolescentes les gusta estar con sus padres
Pautas de como los padres deben de entender la adolescencia, comprenderla y acercarse a sus hijos, pues ellos los necesitan.


Por: José G. Sentandreu | Fuente: www.el-adolescente.com



A LOS ADOLESCENTES LES GUSTA ESTAR CON SUS PADRES...

Interesante artículo en elmundo.es que transcribimos literalmente. Qué piensan los adolescentes de la familia. Qué piensan de los padres. Cómo afrontan sus problemas.

La adolescencia, una época en la que el niño sufre cambios bruscos tanto a nivel físico como psicológico, viene acompañada normalmente de fricciones en la relación entre padres e hijos. Y estos conflictos surgen de la necesidad de éstos de tomar distancia de sus progenitores para reafirmar su personalidad.

La Liga Española de la Educación ha querido conocer la parte de la realidad más problemática durante esos años, qué es lo que supone un problema para los adolescentes, cómo lo viven y cómo tratan de resolverlo. Y ha querido que sean ellos directamente quienes lo cuenten. Así lo hicieron 3.293 estudiantes de entre 15 y 18 años durante 2009 y las conclusiones fueron recogidas en el estudio ´Conflictos en la adolescencia. Los protagonistas toman la palabra, dirigido por Antonieta Delpino Goicochea.

Una de las principales es la "satisfacción" que sienten los adolescentes de disfrutar de una vida familiar: al 75% de los adolescentes les gustaba estar con sus padres. Para la mayoría —de cada cinco entrevistados, tres entre las chicas y dos entre los chicos— valoraron como lo más importante en sus vidas, junto a "tener muchas amistades", contar con buenas relaciones familiares".

Los autores del estudio subrayan una "paradoja": "El adolescente se halla ante el desafío de construir su autonomía alejándose del hogar familiar" pero al mismo tiempo éste es "es el espacio en el que espera tener las bases para alcanzar la seguridad requerida a fin de hacer frente a ese desafío". Para satisfacer sus intereses, gustos y motivaciones a nivel social, los adolescentes recurren a sus relaciones de amistad.

Aunque alguno de los jóvenes sí señalan "como problema en los hogares un ambiente de tensiones y, en ocasiones, de violencia familiar", el estudio muestra que, en general, "la vida cotidiana" no está "caracterizada por el maltrato a los hijos o a los progenitores".

Una ´rebeldía´ necesaria

Al asomarse este estudio al ámbito de los conflictos en las familias, destaca la importancia que tiene para el adolescente en "la construcción de su identidad" ese "punto de rebeldía y conflictividad" que muestra al cuestionar la autoridad de sus padres: "Ya no es el niño dependiente de los padres a quienes debía ciega obediencia". De esa manera, al negarse a seguir las normas de sus padres, se siente con "más poder" porque puede mostrar "seguridad para enfrentarse al mundo adulto y desenvolverse allí con plenitud".

Y tan importante como ese cierto distanciamiento de la ´vieja generación´ es que los adolescentes adquieran las "competencias emocionales y cognitivas" para resolver esos conflictos. ¿Y cuáles son los más frecuentes en las relaciones familiares?

Entre los resultados se subraya un aspecto, "particularmente preocupante en las percepciones de los menores", que más de una cuarta parte de los entrevistados "perciban un clima de violencia en las relaciones familiares".

Para estos chavales —34,6% de los chicos y 28,9% de las chicas—, el problema más importante que tenían en casa era el "conflicto entre los padres" (peleas, discusiones, enfrentamientos) y como segundo problema, 28,6% de las chicas y 27,4% de los chicos, la "violencia en el hogar". Y en cuantas más tensiones hay entre los progenitores, más problemas pueden presentarse en las relaciones entre éstos y sus hijos porque éstos pueden llegar a sentir que esta relación conflictiva es un hecho"normal y esperable" en esta etapa de sus vidas.
"Discuten porque a lo mejor el padre le echa la culpa a la madre de que los hijos sean tan rebeldes. El caso que yo conozco es más o menos así".

Sobre esta información proporcionada estos chicos y chicas, la Liga de la Educación identifica tres tipos de conflictos en las relaciones entre adolescentes y sus padres: generacionales, de autoridad y de sobreprotección.
Los generacionales se refieren a las tensiones que surgen debido a los "esfuerzos del adolescente por romper definitivamente con aquellos estilos de relación asociados a la etapa infantil. El adolescente se distancia de sus padres, sintiéndolos ajenos y lejanos". Este proceso de distanciamiento constituye, señala el estudio, "un aspecto fundamental para el desarrollo psicológico y social": necesita sentirse distinto de la generación de sus padres —a la vez que se identifica con su grupo de amigos—, para no verse condenado a permanecer en una posición infantil que obstaculizaría su incorporación a la sociedad de los adultos.

"Hay padres que no comprenden a sus hijos. Los padres no pueden entender todo lo que les ocurre a sus hijos. Los padres dicen que tienen más experiencia en la vida, pero eso no significa que ellos puedan entender todo lo que les pasa a sus hijos... hay cosas que nunca podrán entender".

Los conflictos de autoridad se refieren a los problemas que aparecen en las familias por la resistencia de los menores a acatar normas y límites. Un 17,1% de los chavales consideran "un problema" que los padres "les manden todo el tiempo". Durante la infancia, explica la Liga de la Educación, la autoridad de los padres "resulta incuestionable porque son percibidos como individuos perfectos y todopoderosos", pero en la adolescencia "se pone en tela de juicio las verdades que eran aceptadas" y esto tiende a generar comportamientos que desembocan en "fricciones y enfrentamientos".

Las discusiones se dan, principalmente, por el tiempo que pasan los adolescentes frente al ordenador o la hora de llegada. Y en relación con esto último se genera mayor conflicto cuando los padres establecen criterios diferentes en función del género de los hijos.
Los conflictos de sobreprotección aparecen cuando los padres no aceptan que su hijo ha iniciado el camino hacia la vida adulta y les siguen tratando en ocasiones como niños. Los chavales consideran esto una "afrenta intolerable" y piden un trato más acorde con la edad.
"Te ven conforme les convenga: a veces como niños, a veces como adultos. Para las responsabilidades, como adultos y para la libertad de salir por ahí, como niños".
Los principales problemas en las familias surgen por la negativa del adolescente de acatar las normas pero también se complican por "la falta de coherencia de los padres a la hora de aplicarlas, las contradicciones entre discursos y prácticas y la sobreprotección paterna", subraya la Liga de la Educación.

Afrontar los problemas

¿Cómo tratan de resolver los adolescentes estos conflictos? Según este estudio, hay adolescentes que optan por el "inmovilismo", otros por el "diálogo", "la búsqueda conjunta de soluciones" y, "en un sector reducido, la violencia". En estas situaciones problemáticas, en los que aparecen sentimientos de enfado, tristeza, indiferencia, nerviosismo, culpabilidad y soledad, son en las que los adolescentes muestran las "competencias emocionales y cognitivas" aprendidas en la familia y la escuela para resolverlas. La capacidad o no para hacerlo marcan profundamente el desarrollo psicológico del menor.
Cuando los adolescentes no pueden resolver un problema por sí mismos, la mayoría pide ayuda a personas que consideran "referentes", que les da confianza, que les conocen y les brindarán buenos consejos y lo hacen en este orden: amigos, pareja y padres, habitualmente, la madre.

También hay jóvenes que deciden tratar de superar el conflicto solos, sin consultar a nadie.

Los adolescentes consultados coinciden en que la educación recibida en la familia influye en sus comportamientos y en las formas de resolver un problema:

"Lo ves y tú dices que este es buen chaval y sabes que tiene reglas y que no se le va a ir la cabeza y no va a hacer tonterías. Y ya sabes como son sus padres; sabes que le ponen reglas".

¿Y cómo ven a sus padres? Una tercera parte de los adolescentes consultados consideraba a sus padres "dialogantes" y otro grupo similar los veía como "sobreprotectores", uno de cada diez del total los consideraban "autoritarios (mandones)" y otro 10% que eran "pesados". Una pequeña parte, creía que sus padres no tienen autoridad (6%) o que son "pasotas", que no les prestan atención (un 3%).

Y entre estos últimos, por razones obvias, como en el resto, los autores de la investigación perciben demandas de "afecto, de cuidado y de límites", que "contradicen aquella visión estereotipada que supone que el adolescente quiere vivir sin restricciones ni control parental". También subrayan que una parte de los estudiantes consultados "viven mal" porque sufren conflictos en el ámbito familiar y que no encuentran "cauces adecuados" ni cuentan "con competencias emocionales y cognitivas" para resolverlos.
Para reforzar las ´herramientas´ de los menores para afrontar los conflictos y mejorar la convivencia, La Liga de la Educación recomienda a los adultos, entre otras pautas, construir "marcos normativos coherentes y estables", explicar las normas y "las consecuencias que acarrea su incumplimiento para evitar el desconcierto moral" o "practicar la democracia y tolerancia"

Si quieres comunicarte con el autor de este artículo, escribe un mensaje a jgsentandreu@legionaries.org

 

 

 


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