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Venezuela busca respuestas a una crisis

Venezuela busca respuestas a una crisis
Para entender la complejidad de la actual realidad venezolana, hay que tener a mano datos como los que expongo a continuación. Petróleos de Venezuela, compañía estatal, es la columna vertebral de la economía del país, por cuanto aporta el 25 por


Por:  Rosemary Camperos | Fuente: www.e-cristians.net




Venezuela busca respuestas a una crisis que invita a la reflexión



Para entender la complejidad de la actual realidad venezolana, hay que tener a mano datos como los que expongo a continuación. Petróleos de Venezuela, compañía estatal, es la columna vertebral de la economía del país, por cuanto aporta el 25 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), representa el 35 por ciento de la balanza de pagos y realiza el 75 por ciento de las exportaciones venezolanas. Por tanto, la renta nacional proviene del petróleo, pero ser monoproductor dificulta más la recuperación del país a través de otras actividades económicas.

Otro dato es que, a principios de septiembre de 2003, se hizo público que Venezuela registró, en el segundo trimestre del año, una caída del 9,4 por ciento de su PIB con respecto al mismo período del año anterior. La inflación interanual subió al 30,4 por ciento en agosto, frente al 24,2 del mismo mes de 2002. De acuerdo con las cifras oficiales, se espera una contracción económica del 10,7 por ciento en 2003.

Los venezolanos continúan padeciendo la estanflación, que es la situación económica que indica la simultaneidad del alza de precios, el aumento de la desocupación y el estancamiento económico. Las empresas disminuyen los puestos de trabajo, por la caída en las ventas y la menor inversión, y al mismo tiempo los precios se mantienen al alza. Este año la inflación acumulada al cierre de agosto es del 18,9 por ciento. Según un comunicado reciente del Banco Central de Venezuela, el nivel de actividad económica registrado en el segundo trimestre presenta contracciones del 10,4 por ciento y del 2,9 en los sectores no petrolero y petrolero respectivamente, con una caída del 5,6 por ciento en el sector público y de un 11,5 en el privado.

En el sector no petrolero, se observó una disminución general en casi todas las actividades económicas, especialmente la construcción (-50,7 por ciento), la manufacturación (-14,3) y el comercio (-17,4). Además, hay que sumar a estas cifras el mantenimiento de las restricciones impuestas por el Estado a través del control de precios y el de cambios, que limitan el normal desenvolvimiento del proceso económico. Ello ha traído como consecuencia problemas de abastecimiento en los mercados y supermercados, a pesar de que las autoridades en la materia aseguran no tener información sobre problemas de escasez de alimentos.

El informe del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores destaca que, durante la última semana del mes de agosto, se ha hecho más evidente la escasez de algunos productos esenciales en la dieta básica del venezolano, como son el arroz, la carne de res, las lentejas, las arvejas, el azúcar y la harina de maíz precocida, lo que ha encarecido sus costos. La cesta de la compra de los trabajadores (Canasta de la Compra) tuvo, sólo para el mes de agosto de este año, un incremento del 4 por ciento con respecto a su coste en julio. En lo que va de año, se ha incrementado un 28,4 por ciento.

¿Quién sufre más esta situación? El ciudadano común, que ve cómo el dinero que entra en su bolsillo se desvanece como arena entre los dedos, pues tan sólo entre la compra de alimentos y el pago de servicios básicos (agua, luz, teléfono), la posibilidad de ahorrar es cada vez más remota. El éxodo de jóvenes y familias formadas por profesionales, un hecho que ha marcado la tendencia de los últimos dos años, ha aumentado drásticamente por el incremento del desempleo en un 52,5 por ciento en lo que va de 2003.

Recesión que parece incomprensible
Muchas personas, al observar los indicadores del Producto Interno Bruto (PIB) en los países que conforman América Latina, dudan de que un país como Venezuela, quinto exportador mundial de petróleo, atraviese una fuerte recesión a pesar de los altos precios del crudo en el mercado energético internacional. El país se ha polarizado en torno al Gobierno y al presidente Hugo Chávez, quien sobrevivió a un golpe de Estado y a un paro nacional de dos meses el año pasado. En un esfuerzo por sacar a Chávez del poder, la oposición ha organizado marchas y demostraciones públicas de rechazo contra su equipo. Y aunque el poder de convocatoria ha sido significativo, la ausencia de una propuesta concreta que reúna a la mayoría ha restado apoyo por parte de la ciudadanía. Sin embargo, gran parte de los venezolanos coincide en que la estatalización y la falta de una política económica adecuada del Gobierno de Chávez ha llevado al país hacia una crisis sin precedentes en la historia.

Esta circunstancia ha llevado a que diversos sectores sociales, entre ellos partidos políticos y la sociedad civil organizada, aunaran esfuerzos para llevar a cabo en febrero la jornada nacional denominada "El Firmazo", en la que se lograron reunir más de 4 millones de firmas de ciudadanos en apoyo a la realización de un referéndum revocatorio. Dicha petición se sustenta en el artículo 72 de la Constitución vigente en Venezuela, según el cual "transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario, un número no menor del 20 por ciento de los electores inscritos en la correspondiente circunscripción podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato...".

Ante la constante diatriba entre Gobierno y oposición, y con la mediación de la Organización de Estados Americanos (OEA), ambos firmaron los acuerdos suscritos el pasado 29 de mayo, con el fin de propiciar el sano diálogo, el respeto mutuo y la no agresión. Pero hasta la fecha, el pacto no ha sido acogido plenamente. Los miembros de la Asamblea Nacional (AN) aprobaron el nombramiento de las nuevas autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE), ente gubernamental responsable de la realización de las elecciones nacionales, regionales y locales. Pero la demora de la AN para el nombramiento del quinto miembro del CNE provocó las más airadas reacciones, puesto que tanto el sector oficialista como el opositor se culpaban mutuamente de querer viciar el proceso. Por ello, a finales de agosto, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) terminó nombrando a las nuevas autoridades, las cuales debían caracterizarse por su total imparcialidad. Hasta el momento, todos los sectores involucrados han mirado favorablemente a las autoridades seleccionadas por el TSJ.

Proceso revocatorio lleno de trabas

En torno al proceso de recogida de firmas en apoyo al revocatorio, tanto el mandatario nacional como los miembros del Movimiento Quinta República (MVR), partido oficialista, han negado la validez de las firmas ya recabadas. El vicepresidente José Vicente Rangel formuló la denuncia contra Súmate, empresa encargada de la correcta realización del "Firmazo", lo que provocó en septiembre una inspección judicial en la sede del CNE. A juicio del diputado Luis Tascón (MVR), entre 200.000 y 500.000 son las firmas "fraudulentas" que fueron consignadas para solicitar el referendo consultivo. El fallo final del CNE, como ha publicado toda la prensa internacional, ha sido negativo para la oposición, que se ve obligada ahora a una nueva recogida de firmas.

Lo que también añade controversia a la propuesta del referendo revocatorio es que el presidente Chávez haya manifestado reiteradamente su negativa a realizarlo a pesar de que la misma Constitución contempla que, cuando llega la mitad del período presidencial, el pueblo puede pedir la revocación del mandatario nacional. ¿Qué queda frente a una situación como ésta? Lo primero es apostar por la realización del referéndum, tanto si uno es chavista como si es opositor. Pero el hecho de que se revoque al presidente actual no soluciona la crisis venezolana. También es necesaria la convergencia entre los diversos sectores nacionales alrededor de una propuesta no reduccionista que abrace la totalidad de las posturas, es decir lograr un pacto nacional que conduzca a Venezuela hacia un horizonte que no esté fatalmente dominado por la división y la violencia.







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