Cristianismo y democracia
Cristianismo y democracia
Por: José Gómez Cerda jose.gomez@skynet.be http://www.acmoti.org | Fuente: www.e-cristians.net

Muchos jóvenes y adultos de hoy buscan una forma de expresarse en la política, con algo que tenga contenido democrático, pero también con base filosófica, valores y principios que sustenten ideales, proyectos y metas para alcanzar.
Jacques Maritain escribió uno de los libros más importantes para el estudio y el análisis de la Doctrina Social Cristiana, una obra con el título Cristianismo y democracia. Maritain señala que una de las mayores tragedias que tiene actualmente el mundo llamado "democrático" es que no ha podido realizar la democracia que desea el pueblo.
Etimológicamente democracia; viene del griego demos (pueblo) y kratos (poder). Por lo tanto, debe ser el poder del pueblo. Su definición puede ser la forma de organización social y política donde cada individuo participa directa y libremente en todos los actos que benefician y fortalecen la sociedad. Dice Maritain que la tragedia de las democracias modernas consiste en que ellas mismas no han logrado aún realizar La Democracia.
El papel principal de la democracia debe ser ocupado por la Persona Humana. La primacía no es para el Estado, ni para el capital ni tampoco para el Mercado, como en otros sistemas. La democracia es también la fe de los derechos de cada persona, para desempeñarse en la vida social. Es la Persona Cívica, y esos derechos deben desarrollarse en la actividad económica, política y social.
La convicción de que la autoridad o el derecho de ejercer el poder lo poseen los gobernantes de la comunidad terrestre, ya que ésta expresa en ellos el consentimiento común y teniendo en cuenta que esos gobernantes recibieron su cargo del pueblo, es la convicción de que el estado normal, al cual deben tender las sociedades humanas, es un estado en que el pueblo se comporte como persona adulta o mayor en la vida política, añade el gran pensador cristiano. Maritain explica que no se trata de que el cristianismo esté ligado a la democracia, lo cual considera que no es correcto, sino de constatar que es la democracia la que está ligada al cristianismo. La Democracia está ligada al Cristianismo porque el empuje democrático surgió en la historia humana como una manifestación temporal de la inspiración evangélica.
Requisitos para el bien común y la justicia social
La palabra Democracia, como la usan los pueblos modernos, tiene un sentido mucho más amplio que en los tratados clásicos de la ciencia gubernamental. Primero, y ante todo, designa una filosofía general de la vida humana y de la vida política, así como un estado de espíritu: No sólo el estado democrático viene de la inspiración evangélica, sino que no puede subsistir sin ella.
La democracia actual requiere algunas características, entre las que se pueden citar las siguientes:
Elecciones libres.
Estabilidad social, económica y política.
Libertades públicas.
Pluralismo partidista.
Libertad de prensa.
Libertad sindical.
Defensa de la soberanía nacional.
Libertad entre los poderes tradicionales, como son el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.
La democracia debe promover El bien común y la Justicia social, valores permanentes para todas las personas humanas.
El sistema democrático debe renovarse constantemente para engrandecerse con los valiosos aportes que hacen diversos sistemas que luchan por libertades y derechos de las personas: las organizaciones intermedias, la sociedad civil y el pueblo en general. La cuestión no está en encontrar un nuevo nombre para la Democracia, sino en descubrir su verdadera esencia y realizarla. Se trata de pasar de la Democracia burguesa, aborrecida por su hipocresía y su falta de savia evangélica, a la Democracia Integralmente Humana; de la Democracia Fracasada a la Democracia Real, asegura Maritain. Aun con sus imperfecciones, el sistema democrático es el más conveniente para los intereses de las clases populares, pero debe tener representantes fiables para el pueblo.
La presencia del sujeto cristiano
Con la caída del sistema comunista, el derrumbe del Muro de Berlín, la decadencia del materialismo y el papel protagónico que tiene actualmente Estados Unidos, que pretende sustituir hasta a las Naciones Unidas en su conjunto, es necesario buscar una democracia que pueda unificar a todos los que aspiran a un mundo mejor. Es la Democracia Cristiana.
El cristianismo plantea que, antes de establecer un modelo de sociedad democrática como la quiere y la desea la mayoría del pueblo, es necesaria una conversión del hombre en lo social, en lo político, en lo económico y en lo espiritual. Es preciso que ese cambio lo haga capaz de innovar, empezando por sí mismo. El hombre nuevo exigirá una nueva sociedad, y el cristianismo puede ofrecer ese nuevo sistema democrático.

