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¿Debo contratar personal con capacidades diferentes y de la tercera edad?

¿Debo contratar personal con capacidades diferentes y de la tercera edad?
Luis Olivera y los expertos de Empresa Responsable nos ofrecen respuesta a esta interrogante y comparten con nuestros lectores información para certificarse en esta área.


Por: Luis E. Olivera Mtz. de Castro | Fuente: Empresa Responsable AC



Cuando hablamos de Responsabilidad Social Empresarial, no podemos evitar pensar en un compromiso que implique un beneficio a la sociedad, reflejado a la vez al interior de nuestras empresas. Una de las tantas acciones que queremos emprender como empresarios es la contratación de personal con capacidades diferentes y de la tercera edad. La solidaridad nos invita a buscar de manera pro-activa soluciones para emplear a estas personas en la misma proporción en que están disponibles para el trabajo.

Tomando datos estadísticos que nos reflejan la realidad de nuestro entorno social, observamos que en el año 2000, el Censo General de Población y Vivienda de México registró que 2.85 millones eran personas mayores a 60 años económicamente activos y 538 mil personas con capacidades diferentes sí podían trabajar. En el universo de las personas mayores a 14 años (los que según la Ley Federal del Trabajo pueden legalmente trabajar) equivale al 5.2% de la población.

Visto de otra manera, si en nuestro país solo hubiera 120 personas, sí estarían en posibilidades de trabajar cinco personas mayores de 60 años y una con capacidades diferentes.

Tristemente vemos que las personas en estas condiciones no acuden normalmente a las empresas a pedir trabajo. Inclusive las personas con capacidades diferentes, prefieren ocultarse y no salir de sus casas, como si el estar en esa condición, fuera culpa de ellos. En general, no tenemos una “cultura de las capacidades diferentes y la tercera edad”, pareciera como si estas condiciones fueran improbables, lejanas y por lo tanto no las incorporamos a nuestra realidad y pasan desapercibidas.

Y será que ¿realmente pasan desapercibidas?, sin duda no. Categorizamos la discapacidad como un mal, y tan es así, que la discapacidad esta incorporada a nuestra realidad social a través del lenguaje; en una connotación despectiva y peyorativa. Discapacidad es sinónimo de anormal, y con ese adjetivo, calificamos a los que asumimos diferentes a nosotros. Realmente no es que las personas discapacitadas, lo sean, más bien tienen capacidades diferentes, desarrollan otras habilidades mucho mejor, que las personas que nos consideramos normales.

Si somos concientes y reflexivos, nos daremos cuenta que la necesidad de ser Empresas con Responsabilidad Social, implica un giro de nuestra perspectiva y de nuestra visión empresarial. Si las capacidades diferentes y la tercera edad son ajenas para todos en general, las empresas tampoco tendrán una estrategia de acción para asumirlas en su propia realidad. Se ha visto que la solución ha sido mirar con indiferencia y compasión a esta realidad laboral. Una Empresa con responsabilidad social no puede actuar con este paradigma, ya que no solo no daríamos solución pero si haríamos más grave el problema.

Nuestra propuesta no es dar ayuda económica a las personas discapacitadas, sino darles empleo. Sin duda que esto representa un esfuerzo mayor, ya que para lograrlo se tendrá que buscar a la gente y adecuar sus descripciones de puesto y posiblemente las instalaciones para el personal con capacidades diferentes. De acuerdo al artículo 222 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, se contempla la deducibilidad de hasta 100 por ciento para quienes contraten a personas con capacidades diferentes. Además, el articulo 40 de dicha ley también contempla la depreciación en el mismo ejercicio fiscal en que se produjeron adaptaciones que impliquen adiciones o mejoras al activo fijo, como finalidad para facilitar el desempeño del personal con capacidades diferentes, incluso algunos estados dan la exención del pago del Impuesto a la Nómina.

Por otro lado, ¿Cómo podemos recurrir y hablar de Solidaridad, si no lo demostramos primero nosotros? Lo cierto es que lo que dejemos de hacer nosotros, nadie lo hará.

Al inicio de este artículo comentábamos, que al hablar de Responsabilidad Social Empresarial, no podíamos evitar pensar en un compromiso que implicara un beneficio a la sociedad, reflejado a la vez, en el interior de nuestras Empresas. Pero, ¿Qué beneficio verdadero tendrá el contratar personas con capacidades diferentes y de la tercera edad? La experiencia habla por si sola acerca de los beneficios que una empresa obtiene al llevar a cabo esta política de contratación sobre todo en el clima laboral y por lo tanto en la productividad del personal y si retomamos que el fin de la Responsabilidad Social Empresarial, es un compromiso mutuo Empresa-Sociedad y viceversa podremos comprobar de una manera más tangible el resultado de optar por nueva políticas laborales.

Empresa Responsable AC cuenta con un reconocimiento (CRESE Certificado de Responsabilidad Social Empresarial) para las Empresas que quieren ser de verdad Socialmente Responsables, ya que contempla en uno de sus requisitos la contratación de personal con capacidades diferentes y de la tercera edad. Así la Solidaridad deja de ser teoría y se convierte en una verdadera práctica diaria.

"La libre empresa no puede justificarse únicamente por ser un buen negocio. Solo se puede justificar porque es buena para la sociedad."

Son las personas de 12 o más años que en la semana de referencia realizaron algún tipo de actividad económica (población ocupada) o bien buscaron incorporarse a algún empleo (población desocupada).

El censo del año 2000 registró 1.8 millones de personas con capacidades diferentes de las cuales 538,301 son mayores a 14 años, menores a 60 años y si pueden trabajar. Esto representa el 0.8% de la población mayor a 14 años.

La práctica del management (1954), Peter Druker.

Cualquier comentario sobre este articulo por favor mandarlo a leolivera@empresaresponsable.org







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