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La familia como fundamento de la sociedad

La familia como fundamento de la sociedad
La familia es una institución que existe por derecho natural, es el más natural y espontáneo de los grupos humanos, por lo tanto, tiene primacía de ser y de derecho frente a cualquier otra institución o grupo de hombres.


Por: Alejandro Rangel Gómez | Fuente: www.usem.org.mx




¿Qué es la familia?

La familia es una institución que existe por derecho natural, es el más natural y espontáneo de los grupos humanos, por lo tanto, tiene primacía de ser y de derecho frente a cualquier otra institución o grupo de hombres.

La familia es una Comunidad de Personas cimentada en el amor recíproco de sus miembros (padre, madre e hijos), tiene como fin engendrar seres humanos, satisfacer de manera subsidiaria sus necesidades físicas y espirituales, educarlos, potenciar su naturaleza humana, incorporar a sus miembros a la sociedad y al trabajo para propiciar el bien común.

La familia es el fundamento y/o célula básica de la sociedad, debido a que:

• Desde el punto de vista biológico, la sociedad nace, crece, se educa y se renueva en la familia.
• Desde el punto de vista moral, en la familia es donde principalmente se desarrollan las fuerzas morales y espirituales del hombre (el amor al prójimo, la justicia, la subsidiariedad, la solidaridad, la conciencia y valoración de la vida, el reconocimiento y aceptación de la autoridad, la veracidad, la gratitud, el honor, la generosidad, la afabilidad, etc.).

• Desde el punto de vista cultural, en la familia, como en el ámbito más cercano a las personas, es donde nace y se hace la cultura de una sociedad y desde donde la sociedad puede restaurarse. La familia aporta a la sociedad a las personas que la integran, y éstas deben elevarla y engrandecerla con la cultura (la decadencia de la vida familiar es la causa más profunda de la decadencia de las sociedades).
• Desde el punto de vista económico y material, la familia, a través del trabajo remunerado y de la satisfacción de las necesidades materiales e inmateriales (desarrollo intelectual, voluntad responsable, memoria, imaginación, libertad religiosa) de sus miembros, detona la actividad productiva y económica de la sociedad.


Derechos y deberes
Derechos:

• Derecho a la vida y a la subsistencia.
• Derecho a la libertad de decidir lo mejor para el bien de la familia.

• Derecho al trabajo y a una remuneración que permita mantener con dignidad a la familia (y a un saludable descanso).
• Derecho a una instrucción escolar, que permita potenciar y complementar la educación familiar.

• Derecho a la vivienda adecuada a las necesidades de la familia.
• Derecho a la salud y a la seguridad social.

Deberes:
• Deber de desarrollo responsable hasta donde pueda y de aceptar la ayuda para lo que no puede.
• Deber de contribuir activamente en la consecución del bien común.
• Deber de respetar las leyes justas.

• Deber de reconocer y respetar la autoridad legitima.
• Deber de respetar los derechos ajenos.

• Deber de contribuir a la paz y al orden social.
• Deber de conservar y potenciar los bienes económicos y materiales.
• Deber de actuar con sentido de responsabilidad social.


Estado y familia
Debido a que la Familia es una Institución de Derecho Natural, ésta tiene preeminencia, por lo que el Estado está obligado a su reconocimiento, su cuidado, su vitalización y su promoción, por lo que tiene que existir una legislación orientada a facilitar el cumplimiento de su misión.

El Estado debe llevar a cabo acciones solidarias y subsidiarias (tanta Familia como sea posible y tanto Estado como sea necesario) en los aspectos de educación, vivienda, seguridad social, salud, trabajo, etc; también debe promover el respeto a la dignidad de la familia y sus miembros, así como potenciar la libre iniciativa para que la familia pueda contribuir de forma eficaz al bien común.


Sociedad y familia
La sociedad es la unión moral y estable de una pluralidad de personas que en conjunto persiguen su bien común integrado al bien común de la sociedad; y la familia es el fundamento y/ o célula básica de la sociedad.

La familia y la sociedad son interdependientes, por lo que todo lo que afecte a la familia tarde o temprano repercute en la sociedad y viceversa.

La sociedad, a través de sus Instituciones (Familia, Estado, iglesias, Empresas, Asociaciones Civiles, etc.) debe propiciar a toda costa el bien ser y el bien estar de la familia.

Hoy en día existen una serie de intereses, no legítimos y principalmente de carácter económico, que están destruyendo los principios y valores que deben servir de sustento a las familias y que, además, manipulan y alienan a sus miembros (drogadicción, hedonismo, medios de comunicación masiva que propician y promueven la deformación de la sociedad y la confusión de sus valores, etc.)

La sociedad, a través de sus instituciones, debe organizarse para eliminar toda aquella amenaza o interés ilegítimo que atente contra la sana vida en familia y la adecuada educación de sus integrantes.


Aspectos generales
La familia es el único lugar en el que la persona es acogida y aceptada por el simple hecho de existir y de ser, una vez educada y desarrollada la persona por la familia, ésta se integra a la sociedad, en donde es acogida y aceptada en función de lo que aporte para el bien de la misma, que debe ser el bien común.

La riqueza que las familias aportan de manera creciente a la sociedad, a través de sus generaciones, conforman el capital genético, cultural, económico y material de los pueblos.

Las corrientes neoliberales y los medios de comunicación han venido transgrediendo los valores fundamentales y han convertido a toda sociedad en sociedades consumistas y permisivas, habiendo ocasionado reducir la felicidad a la consecución de los bienes materiales; la verdad a lo placentero; la persona a lo egocéntrico; la libertad a la espontaneidad irresponsable; al bien común en intereses particulares; a los valores en los deseos, etc., etc.

El consumismo ha llegado al extremo de convertir a hombres y mujeres en objetos de consumo y a los ciudadanos en consumistas pasivos, irresponsables y acríticos

Es necesario, por tanto, que a partir de la esencia del hombre y de la finalidad de la vida humana se redescubran las posibilidades de la institución familiar, para que a partir de ello reforcemos a la familia y restauremos a la sociedad.


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