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3. El color de la púrpura

3. El color de la púrpura
El rito de creación de nuevos cardenales


Por: Jesús de las Heras Muela | Fuente: www.revistaecclesia.com



Viernes 24 de marzo de 2006 - La fuerza, la intensidad, el tono, la textura del color rojo púrpura que visten en su hábito coral los cardenales llama siempre la atención. Siempre resulta bello. Máxime entonces cuando no es sólo sino que son muchos quienes visten así.

Pero más allá del efecto cromático, el color rojo púrpura está cargado de historia y de simbolismo. Sobre la historia de los cardenales, la actual configuración del Colegio Cardenalicio y sobre los cardenales españoles en la historia, hemos ofrecido estos días distintos informes, todavía presentes en nuestra web. Quizás volvamos sobre ello en alguna de estas crónicas, que ahora quieren glosar el significado el simbolismo del color de la púrpura.


Un rito renovado en 1991

El 28 de junio de 1991, en la creación por parte del Papa Juan Pablo II de veintidós nuevos cardenales, el maestro de ceremonias pontificias, monseñor Piero Marini, presentaba algunas modificaciones en el rito del consistorio ordinario público para la creación de cardenales.

El acto -el mismo que ha tenido lugar este viernes 24 de marzo entre las 10,30 y las 12 horas- se inserta en una liturgia de la Palabra. Arranca con un cántico y tras el saludo litúrgico del presidente de la celebración, el Santo Padre, éste centra la celebración y lee la fórmula de creación de nuevos cardenales, cuyos nombres proclama solemnemente.

Desde ese momento, son ya cardenales. En este decreto de proclamación, los cardenales quedan ya asignados al orden de los cardenales presbíteros o al orden de los cardenales diáconos.

A continuación, el primero de los nuevos cardenales -el primero en ser nombrado y en ser citado por el Papa-, dirige al Santo Padre un saludo, unas palabras de homenaje y de acción de gracias.

El 22 de febrero, cuando Benedicto XVI, anunciaba este Consistorio y hacía públicos los nombre de sus primeros cardenales, la lista la abría el norteamericano Wiliam Joseph Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe desde mayo pasado. Lógicamente también su nombre fue el primero en ser proclamado cardenal en torno a las 10,45 horas del viernes 24 de marzo y él fue quien, en nombre propio y en nombre de los otros catorce nuevos cardenales, dirigió unas breves y cálidas palabras de agradecimiento.

Por cierto, en ellas el cardenal Levada definía con dos acertados y precisos términos este primer año de ministerio petrino de Benedicto XVI. Estos dos cabales y justos adjetivos eran "luminoso y sereno". Espléndida definición de lo que va de este pontificado, de lo que esta suponiendo el Papa Ratzinger.


Liturgia de la Palabra

El siguiente momento en el rito de creación de nuevos cardenales es la liturgia de la Palabra. Se proclamaron dos lecturas y se cantó un salmo responsorial bajo el denominador común del oficio del Buen Pastor y sobre la vocación cristiana y apostólica del servicio. Nuestra próxima crónica versará sobre estos textos y la homilía del Papa.

Con la profesión de fe y el juramento de los nuevos cardenales concluye esta parte segunda del rito. Cuando la Iglesia realiza algún nombramiento o encargo especial, la toma de posesión del mismo va acompañada de la profesión pública de la fe católica y del juramento de fidelidad al servicio encomendado.


La foto, la imagen del día

El rito de creación de nuevos cardenales tiene como fotografía, como imagen, el momento de la imposición de la birreta y de la asignación del Título o de la Diaconía, tema que hablábamos en nuestra crónica nº 2.

Cada cardenal, según el orden en que ha sido nombrado y creado, se acerca al Santo Padre y se arrodilla ante él. El Papa le impone la birreta cardenalicia y después le asigna una Iglesia de Roma como signo de participación en la solicitud pastoral del Papa con la Urbe, con la ciudad de Roma, de que es obispo.

Cuando el Papa impone la birreta cardenalicia, recuerda su color rojo púrpura y afirma que es "roja como signo de la dignidad del cardenalato, para significar que debe estar dispuesto a comportarse con fortaleza hasta la efusión de la sangre en pro del incremento de la fe cristiana, por la paz y la tranquilidad del Pueblo de Dios y por la libertad y difusión de la Santa Romana Iglesia".

También en la homilía, previa a estas palabras rituales, el Papa Benedicto XVI aludió a esta dimensión y compromiso testimonial e incluso martirial que conlleva el servicio y la dignidad cardenalicia. Estas dos dimensiones de la identidad cardenalicia se complementan con la de una más estrecha colaboración con el Obispo de Roma y Pastor Supremo de la Iglesia Universal y con de la de ser modelos de la grey y pastores del servicio y de la misericordia.

Por fin, el rito de creación de nuevos cardenales concluye el intercambio del abrazo de la paz, con el rezo de la oración de los fieles, el Padre Nuestro y la bendición apostólica final.


  • 4. El sabor y el olor de la púrpura

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