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7. Todos los caminos conducen a Roma
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Y todos los caminos regresan también de Roma...
Por: Jesús de las Heras Muela | Fuente: www.revistaecclesia.com
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Sábado 25 de marzo de 2006 - Desde el alba misma de la historia de la Iglesia, desde que Pedro y sus sucesores se asentaron en Roma, todos los caminos conducen hasta esta ciudad de ciudades, llamada con razón la ciudad eterna.
Y cuando hablo de Roma me refiero, sobre todo, a la Roma del cristianismo, a la Roma de la Iglesia católica, a Roma urbe y orbe. Porque, es obvio que la Roma de las plazas, de las calles, del arte sin parangón y de la belleza sublime tiene también incontables reclamos. Por eso, aclaro que cuando aquí y ahora de Roma me refiero a "nuestra" Roma...
A Roma a lo largo de estos dos años de cristianismo han acudido y acuden peregrinos y gobernantes, potentados y necesitados, ortodoxos y heterodoxos, pastores y fieles, consagrados y presbíteros. De Roma se busca contraste, confirmación, respuesta, ánimo fortaleza. Parte esencial del ministerio petrino es precisamente confortar y fortalecer en la fe y también en las costumbres.
Hemos asistido en los últimos como a Roma acudían, por ejemplo, dirigentes de partidos políticos y de gobiernos. Todos querían y quieren llevarse bien con Roma, esto es, con el Vaticano. ¡Por algo será!
Más de un millar de españoles
Los cálculos de participantes expresos en los actos del Consistorio, se sitúan en torno a las treinta mil personas. Descontada Italia y como ayer ya dijimos, España fue el país que mayor número de peregrinos trajo a Roma: más de un millar. Han sido, sobre todo, toledanos y también amigos y fieles de Don Antonio de su Valencia natal, de su Madrid sacerdotal y de las anteriores diócesis que rigió: Ávila entre 1992 y 1997, Granada entre 1998 y 2002 y ocho meses de 1998 como administrador apostólico de Granada.
El ya cardenal Cañizares es desde hace un año el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Han peregrinado a Roma estos días unos treinta obispos: los cardenales Carles, Rouco y Amigo; los arzobispos de Barcelona, Burgos, Tarragona, Granada, Valencia, Oviedo, Zaragoza, emérito de Zaragoza, emérito Castrense...; los obispos Bilbao y presidente de la CEE, Cuenca, Terrassa, Jerez de la Frontera, Canarias, Teruel, Córdoba, Alcalá de Henares, Ciudad Real, Tarazona, Guadix, Urgell, Ávila, los dos auxiliares de Toledo y uno de los auxiliares de Madrid... Y que perdone alguno otro obispo español que, sin duda, habrá asistido y que ahora en esta lista no he citado. También ha participado el secretario general de la CEE, padre Juan Antonio Martínez Camino.
Y también los políticos
El Consistorio ha sido ocasión también propicia para este ir, venir y tornar de Roma. Nuestros colegas de los medios de comunicación española han prestado gran atención y han otorgado gran relieve a este ir y venir "político" a Roma con motivo del Consistorio. Han medido y miden cualquier palabra, cualquier gesto, cualquier mirada o sonrisa, cualquier presencia o ausencia. Sus razones, sus motivos y sus intereses tendrán. Ellos cumplen con su trabajo y lo hacen con profesionalidad y lo mejor que saben y pueden. Y además son amigos y colegas.
A nosotros, a estas crónicas, claro que nos interesan también estos caminos de ida y vuelta a Roma. Pero no sólo y no sobre todo o como objetivo prioritario. Pero como también nos interesa, ofreceré ahora algunas pinceladas sobre esta singular "peregrinación".
En la embajada de España ante la Santa Sede
España fue una de las primeras naciones en establecer formalmente relaciones diplomáticas formales, permanentes y estables con la Iglesia Católica. Nuestra embajada ante la Santa Sede es 1482, aproximadamente. Por ella han desfilado destacados intelectuales, políticos, aristócratas, eclesiásticos y diplomáticos. La sede de la embajada se halla enclavada en uno de los rincones más fotografiados, más anhelados, más buscados, más emblemáticos y más hermosos de Roma: en Plaza de España, una de las citas de obligado cumplimiento para quienes viajan hasta Roma.
La embajada de España ante la Santa Sede acogía dos importantes encuentros con motivo de este Consistorio: una cena oficial y, aunque numerosa, restringida, en la noche del viernes 24 de marzo, y una audiencia más abierta y más numerosa en la tarde del sábado 25 de marzo. Ambas iniciativas eran en homenaje a nuestro cardenal, monseñor Cañizares, compartido el segundo con la despedida del embajador español ante el Vaticano desde junio de 2004, el diplomático y antiguo director de CNI cuando el 11-M, Jorge Dezcallar. Que dicho sea de paso, todavía no ha llegado a esta embajada Paco Vázquez.
Altísima representación política
En ambos momentos, la presidencia civil corrió a cargo de la vicepresidente primera del Gobierno, Mª Teresa Fernández de la Vega, que, en la tarde del sábado, nos obsequió con un elegante traje entre salmón y púrpura pálida... ¡Sería para estar a juego y a tono, se decía en la embajada, mientras ella sonreía...!
La representación estatal se completaba con el ministro de Defensa, José Bono, amén de los presidentes de los gobiernos autonómicos de Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana, el alcalde de Toledo y un largo etcétera. El ministro Bono, el presidente regional Barreda y el alcalde Molina tuvieron sus brindis en la comida del viernes 24 de marzo. De sus contenidos, recurrentes, corteses y afectuosos, no hubo nada nuevo bajo el sol.
Por cierto, que estos tres políticos, junto a los cardenales Rouco, Carles y Amigo, el presidente de la CEE y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, y, por supuesto el flamante cardenal Cañizares, ocuparon la mesa presidencial de aquella comida.
El principal partido de la oposición tampoco se quedó cortó y envió a su secretario general, al secretario y algunos de los portavoces de su grupo parlamentario en el Congreso y a otros destacados dirigentes.
Nada ha de tener de extraño tan alto nivel en las representaciones. Sin ir más lejos, en el Consistorio de febrero de 2001, cuando monseñor Francisco Álvarez Martínez fue creado cardenal acudió el entonces vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy; y en octubre de 2003, en el Consistorio de los cardenales españoles, Carlos Amigo y Julián Herranz, nuestra delegación la encabezó el vicepresidente segundo, Javier Arenas.
De los gestos a los hechos
No cabe ninguna duda de la importancia y del valor de estos gestos y de estas presencias. En su justeza se ha de apreciar su esfuerzo y su significado. Todos debemos querer, buscar y colaborar en pro de la mejora efectiva de las relaciones entre nuestro gobierno español y nuestra Iglesia. Y en cualquiera de los casos, también es preciso recordar que los gestos se acreditan y cobran su más genuina dimensión con los hechos.
Ojalá que así sea. Y que de Roma venga lo que a Roma va y ha ido... Aun cuando, claro está, vendrá de Roma lo que a Roma va, si va bien y va como debe ir... Al menos, principios necesitan las cosas y bien está lo que bien, pueda o no pueda estar mejor.
Y, amigos, que a buen entendedor pocas palabras bastan. Y si todavía no se me entiende, leed la información que hemos publicado en primicia, a las 19,15 horas del sábado 25 de marzo, a propósito del encuentro entre el cardenal Sodano y la vicepresidenta Fernández de la Vega.
8. Apuntes de la identidad y misión de los cardenales
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Y cuando hablo de Roma me refiero, sobre todo, a la Roma del cristianismo, a la Roma de la Iglesia católica, a Roma urbe y orbe. Porque, es obvio que la Roma de las plazas, de las calles, del arte sin parangón y de la belleza sublime tiene también incontables reclamos. Por eso, aclaro que cuando aquí y ahora de Roma me refiero a "nuestra" Roma...
A Roma a lo largo de estos dos años de cristianismo han acudido y acuden peregrinos y gobernantes, potentados y necesitados, ortodoxos y heterodoxos, pastores y fieles, consagrados y presbíteros. De Roma se busca contraste, confirmación, respuesta, ánimo fortaleza. Parte esencial del ministerio petrino es precisamente confortar y fortalecer en la fe y también en las costumbres.
Hemos asistido en los últimos como a Roma acudían, por ejemplo, dirigentes de partidos políticos y de gobiernos. Todos querían y quieren llevarse bien con Roma, esto es, con el Vaticano. ¡Por algo será!
Más de un millar de españoles
Los cálculos de participantes expresos en los actos del Consistorio, se sitúan en torno a las treinta mil personas. Descontada Italia y como ayer ya dijimos, España fue el país que mayor número de peregrinos trajo a Roma: más de un millar. Han sido, sobre todo, toledanos y también amigos y fieles de Don Antonio de su Valencia natal, de su Madrid sacerdotal y de las anteriores diócesis que rigió: Ávila entre 1992 y 1997, Granada entre 1998 y 2002 y ocho meses de 1998 como administrador apostólico de Granada.
El ya cardenal Cañizares es desde hace un año el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Han peregrinado a Roma estos días unos treinta obispos: los cardenales Carles, Rouco y Amigo; los arzobispos de Barcelona, Burgos, Tarragona, Granada, Valencia, Oviedo, Zaragoza, emérito de Zaragoza, emérito Castrense...; los obispos Bilbao y presidente de la CEE, Cuenca, Terrassa, Jerez de la Frontera, Canarias, Teruel, Córdoba, Alcalá de Henares, Ciudad Real, Tarazona, Guadix, Urgell, Ávila, los dos auxiliares de Toledo y uno de los auxiliares de Madrid... Y que perdone alguno otro obispo español que, sin duda, habrá asistido y que ahora en esta lista no he citado. También ha participado el secretario general de la CEE, padre Juan Antonio Martínez Camino.
Y también los políticos
El Consistorio ha sido ocasión también propicia para este ir, venir y tornar de Roma. Nuestros colegas de los medios de comunicación española han prestado gran atención y han otorgado gran relieve a este ir y venir "político" a Roma con motivo del Consistorio. Han medido y miden cualquier palabra, cualquier gesto, cualquier mirada o sonrisa, cualquier presencia o ausencia. Sus razones, sus motivos y sus intereses tendrán. Ellos cumplen con su trabajo y lo hacen con profesionalidad y lo mejor que saben y pueden. Y además son amigos y colegas.
A nosotros, a estas crónicas, claro que nos interesan también estos caminos de ida y vuelta a Roma. Pero no sólo y no sobre todo o como objetivo prioritario. Pero como también nos interesa, ofreceré ahora algunas pinceladas sobre esta singular "peregrinación".
En la embajada de España ante la Santa Sede
España fue una de las primeras naciones en establecer formalmente relaciones diplomáticas formales, permanentes y estables con la Iglesia Católica. Nuestra embajada ante la Santa Sede es 1482, aproximadamente. Por ella han desfilado destacados intelectuales, políticos, aristócratas, eclesiásticos y diplomáticos. La sede de la embajada se halla enclavada en uno de los rincones más fotografiados, más anhelados, más buscados, más emblemáticos y más hermosos de Roma: en Plaza de España, una de las citas de obligado cumplimiento para quienes viajan hasta Roma.
La embajada de España ante la Santa Sede acogía dos importantes encuentros con motivo de este Consistorio: una cena oficial y, aunque numerosa, restringida, en la noche del viernes 24 de marzo, y una audiencia más abierta y más numerosa en la tarde del sábado 25 de marzo. Ambas iniciativas eran en homenaje a nuestro cardenal, monseñor Cañizares, compartido el segundo con la despedida del embajador español ante el Vaticano desde junio de 2004, el diplomático y antiguo director de CNI cuando el 11-M, Jorge Dezcallar. Que dicho sea de paso, todavía no ha llegado a esta embajada Paco Vázquez.
Altísima representación política
En ambos momentos, la presidencia civil corrió a cargo de la vicepresidente primera del Gobierno, Mª Teresa Fernández de la Vega, que, en la tarde del sábado, nos obsequió con un elegante traje entre salmón y púrpura pálida... ¡Sería para estar a juego y a tono, se decía en la embajada, mientras ella sonreía...!
La representación estatal se completaba con el ministro de Defensa, José Bono, amén de los presidentes de los gobiernos autonómicos de Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana, el alcalde de Toledo y un largo etcétera. El ministro Bono, el presidente regional Barreda y el alcalde Molina tuvieron sus brindis en la comida del viernes 24 de marzo. De sus contenidos, recurrentes, corteses y afectuosos, no hubo nada nuevo bajo el sol.
Por cierto, que estos tres políticos, junto a los cardenales Rouco, Carles y Amigo, el presidente de la CEE y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, y, por supuesto el flamante cardenal Cañizares, ocuparon la mesa presidencial de aquella comida.
El principal partido de la oposición tampoco se quedó cortó y envió a su secretario general, al secretario y algunos de los portavoces de su grupo parlamentario en el Congreso y a otros destacados dirigentes.
Nada ha de tener de extraño tan alto nivel en las representaciones. Sin ir más lejos, en el Consistorio de febrero de 2001, cuando monseñor Francisco Álvarez Martínez fue creado cardenal acudió el entonces vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy; y en octubre de 2003, en el Consistorio de los cardenales españoles, Carlos Amigo y Julián Herranz, nuestra delegación la encabezó el vicepresidente segundo, Javier Arenas.
De los gestos a los hechos
No cabe ninguna duda de la importancia y del valor de estos gestos y de estas presencias. En su justeza se ha de apreciar su esfuerzo y su significado. Todos debemos querer, buscar y colaborar en pro de la mejora efectiva de las relaciones entre nuestro gobierno español y nuestra Iglesia. Y en cualquiera de los casos, también es preciso recordar que los gestos se acreditan y cobran su más genuina dimensión con los hechos.
Ojalá que así sea. Y que de Roma venga lo que a Roma va y ha ido... Aun cuando, claro está, vendrá de Roma lo que a Roma va, si va bien y va como debe ir... Al menos, principios necesitan las cosas y bien está lo que bien, pueda o no pueda estar mejor.
Y, amigos, que a buen entendedor pocas palabras bastan. Y si todavía no se me entiende, leed la información que hemos publicado en primicia, a las 19,15 horas del sábado 25 de marzo, a propósito del encuentro entre el cardenal Sodano y la vicepresidenta Fernández de la Vega.
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