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8. Apuntes de la identidad y misión de los cardenales

8. Apuntes de la identidad y misión de los cardenales
De lo que es un cardenal y de cómo comunicarlo


Por: Jesús de las Heras Muela | Fuente: www.revistaecclesia.com



Domingo 26 de marzo de 2006 - Hoy, domingo 26 de marzo, ha amanecido en Roma un día bello, despejado y luminoso. El cambio de hora ha traído la primavera y los pájaros cantan sus trinos desde el alba retrasada. Roma luce así el mejor y el más genuino de sus colores y aspectos.


Todavía queda "Consistorio"

Hoy es el tercer y penúltimo día del Consistorio, entendido éste en sentido amplio. Mañana, lunes día 27, concluirá con una audiencia del Papa Benedicto XVI a los nuevos cardenales y a los peregrinos desplazados hasta a Roma. Será en el Aula "Pablo VI", la todavía llamada en Roma Aula "Nervi", por el nombre del arquitecto a quien el Papa Montini encargó su realización.

Unas siete mil personas caben en esta espacio, moderna, bella y moderna sala de audiencias y sala multiusos, presidida por un imponente Jesucristo Resucitado. Su atrio, su entrada, sirvió ayer, sábado 25 de marzo, para un almuerzo del Papa con todos los cardenales presentes en Roma estos días: unos 150 de los 193 purpurados con que cuenta ya el Sacro Colegio.

Para los peregrinos españoles hoy día de fiesta especial. A las 9,30 horas se congregaban en la Iglesia del Colegio Universitario "Mater Ecclesiae" para una Eucaristía de acción de gracias, presidida por nuestro nuevo cardenal Don Antonio Cañizares Llovera. A las 12 horas los peregrinos acuden al Ángelus, a la Plaza de San Pedro y a las 13,30 horas tendrán un almuerzo multitudinario -podrán ser en torno a mil personas- en los comedores y pasillos del Pontificio Colegio Español "San José" de Roma, siempre casa abierta y acogedora para todo lo nuestro.


De lo que es un cardenal y de cómo comunicarlo

Y en espera ya de la conclusión definitiva de los actos festivos y religiosos del Consistorio, se me ha ocurrido ofrecer unos apuntes breves y esquemáticos sobre la identidad y la misión de los cardenales al hilo de las dos espléndidas homilías del Papa durante estos días y a lo largo de otros textos y referencias.

He pensando hacerlo en forma de decálogo. Un amigo y compañero mío en Roma -está a punto de concluir el doctorado en Teología Espiritual- me ha sugerido que no "abuse" de los decálogos... Este hermano sacerdote es además el mejor relaciones públicas en Roma de nuestra web y habrá que tener en cuenta sus propuestas. Tomo nota, querido Agustín, pero, de las presentes ocho crónicas del Consistorio, ésta será la primera en que emplee este género literario y comunicativo... ¡!


El decálogo

1.- La figura del cardenal encuentra en sus raíces en los primeros siglos de la historia de la Iglesia, siempre estrechamente vinculado al Obispo de Roma y Pastor Supremo de la Iglesia. La figura del cardenal es así una realidad histórica, venerable y llena de contenido.

2.- Tal y como afirman el vigente Código de Derecho Canónico y otros textos eclesiales, los cardenales en Colegio constituyen un cuerpo u organismo estable a modo de Senado, llamado a colaborar directa e íntimamente con el Sucesor de San Pedro, de quien el cardenal es exclusivo elector desde el siglo XI. Desde 1973 son electores del Papa los cardenales menores de 80.

3.- Aun cuando en sus orígenes la figura del cardenal está más circunscrita a la ciudad e Iglesia de Roma, realidad concretada también mediante la asignación de los Títulos o Diaconías de las Iglesias romanas, desde hace muchos siglos visibiliza también la naturaleza universal de la Iglesia, su catolicidad. Roma es urbe y, de algún modo, orbe. El cardenal transmite también la apostolicidad de la Iglesia, al estar compuesto el Colegio Cardenalicio, en su práctica totalidad, por obispos. Los cardenales están destinados asimismo al anuncio del Evangelio en todos los rincones del mundo.

4.- Como escuchábamos y contemplábamos en la liturgia de la Palabra de la liturgia de creación de nuevos cardenales del pasado viernes 24 de marzo, identidad y misión del cardenal es ser "modelo de la grey". Los cardenales deben destacar por su piedad, celo, doctrina y vida verdaderamente cristianos. Para ser modelo de la grey -señalaba el Santo Padre el pasado viernes 24 de marzo- es preciso estar "plenamente conquistado por Cristo" y estar dispuesto al sacrificio de uno mismo hasta la entrega final y totalmente generosa.

5.- El cardenal debe ser privilegiado y genuino testigo de la cruz. El cardenal ha de participar de un modo más intenso con el misterio de la Cruz, compartiendo los sufrimientos de Cristo. Su vida ha de ser, pues, camino de Pascua.

6.- Su tan estrecha y profunda vinculación con el Sucesor de San Pedro, les hace partícipes de unos de los títulos de éste a lo largo de los siglos: "servo servorum Dei", denominación adoptada por el Papa San Gregorio Magno (590-604). En consecuencia, el cardenal debe ser también "siervo de lo siervos de Dios". Como afirmaba en este sentido el viernes 24 de marzo el Papa Benedicto XVI, "la total y generosa disponibilidad en el servir a los otros es el signo distintivo de quienes en la Iglesia están revestidos de autoridad" a ejemplo del Hijo de Dios que "no vino a ser servido sino a servir" y quien adoptó "forma de siervo".

7.- El hábito del cardenal, la púrpura, expresa inequívocamente la llamada a quien lo porta a manifestar la "caritas Christi" y debe estimular a quien la viste "a un amor apasionado por Cristo, por la Iglesia y por la humanidad".

8.- La vocación del cardenal, su identidad y misión, es también es igualmente testimoniar la "sincera comunión entre los cristianos", contribuir a su plena unidad y reconciliación y servir constantemente a los pobres, a los débiles, a los necesitados.

9.- El anillo cardenalicio es manifestación del renovado compromiso nupcial del cardenal con la Iglesia, que le apremia a intensificar su cada vez mayor identificación con Jesucristo para cumplir mejor su misión de esposo de la Iglesia. El anillo, al igual que la púrpura, significan y simbolizan el amor al que está convocado e interpelado el cardenal. Y, de nuevo, con palabras de Benedicto XVI, es preciso recordar que "quien ama se olvida de sí mismo y se pone al servicio del prójimo. ¡He aquí la imagen y el modelo de la Iglesia!".

10.- María Santísima, Madre de Jesucristo y Madre de la Iglesia, sobre cuyo principio mariano se asienta también ésta, es asimismo un acabado modelo para el cardenal, como lo es para todos los miembros de la Iglesia. "Ella es la discípula de su Hijo, que en la obediencia al Padre, realiza plenamente su propia libertad". El "sí" total de María, su "aquí estoy, Señor" ha de resonar con especial intensidad en quienes, como los cardenales, han recibido el don, la misión y la gracia.


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