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4. Y el Papa Benedicto XVI «cerró» el Cónclave

4. Y el Papa Benedicto XVI «cerró» el Cónclave
Crónicas desde los umbrales del Cónclave: Miércoles 20 de abril de 2005


Por: Jesús de las Heras Muela | Fuente: Revista ECCLESIA



El cónclave de abril de 2005, el cónclave de Benedicto XVI, el cónclave tras la muerte de Juan Pablo II ha pasado ya a la historia. Una solemne eucaristía a las 10 horas del miércoles 20 de abril de 2005 lo clausuraba definitivamente.

Ha sido el cónclave de las horas veinticuatro, el cónclave del cardenal que entró vestido de blanco y salió vestido del mismo color, el cónclave de Joseph Ratzinger, ya y para siempre Benedicto XVI, el 265 Vicario de Cristo en la tierra. Ahora llegará el turno de las nuevas cavilaciones y aproximaciones. El secreto de los cardenales, a buen seguro, seguirá bien sellado y lacrado.


Las primeras horas del nuevo Papa

Sabemos que Benedicto XVI cenó ayer en la Domus Santa Marta con los cardenales que horas antes le habían elegido Papa. Casi hasta sabemos el menú y los extras... Por cierto, que a tenor de la vigente legislación italiana, a buen seguro que no se produjo en esta ocasión aquella anécdota que contaba el cardenal Tarancón, en la cena del sábado 26 de agosto de 1978, tras la elección pontificia de Juan Pablo I: -"Santo Padre, -relataba el bueno de Tarancón- ¿puedo fumar? -- Sr. Cardenal, puede usted fumar siempre y cuando el humo que expulse sea blanco", respondió el Papa Luciani, el efímero Papa de la sonrisa. A cambio, eso sí, el sucesor de Tarancón en la archidiócesis de Madrid, el cardenal Rouco, sí ha contado la impresión que les ha causado a los cardenales ver en la mañana del miércoles 20 de abril al Papa Benedicto XVI haciendo cola en el "self service" del desayuno de la Residencia del cónclave, la ya citada Domus Santa Marta.

Consta también que Benedicto XVI, al concluir la misa de acción de gracias de esta mañana en la Capilla Sixtina, ha ido a las dependencias del Palacio de la Congregación para la Doctrina de la Fe, su sede desde 1981, donde ha almorzado, y que ha saludado y departido con sus hasta ahora más inmediatos colaboradores. A ellos les confesó la razón de su nombre: "Por el Papa Benedicto XV y por San Benito".

Sabemos también que a mediodía ha empezado a ocupar los apartamentos pontificios, en el tercer piso de los Palacios Apostólicos y que esta noche no dormirá todavía en la habitación ocupada desde el 16 de octubre de 1978 por Juan Pablo II, que debe ser objeto de alguna reforma. Su dormitorio inicial será uno que ocupó también provisionalmente Juan XXIII. Por cierto, que en la noche del 19 al 20 de abril, Benedicto XVI permaneció en la habitación que le había sido asignada en la Residencia Santa Marta.

Por la tarde, el Papa Ratzinger visitó su antigua vivienda, unos apartamentos ocupados también por otros cardenales, como el colombiano Darío Castrillón Hoyos, que se encontró con el ya nuevo Papa cuando llegaba al edificio. Iba a despedirse de sus hasta ahora vecinos. Después el Papa anduvo por las vías de la llamada Cittá Leonina, junto a las murallas del Vaticano y allí saludó a las gentes que circundaban por el lugar, que hasta hace unos pocos años servía de espacio para la parada y "capolinea" del autobús urbano más célebre de Roma: el 64.

Cuentan igualmente que se ha encontrado con trabajadores y empleados de la Santa Sede, a quienes ha saludado y ha anunciado que pronto los recibirá. Y la Sala de Prensa del Vaticano ha anunciado ya audiencias del Papa a los cardenales -el viernes día 22- a periodistas -el sábado día 23- y a las delegaciones oficiales que viajen a Roma para la Misa de inauguración solemne de su pontificado.

En suma, líneas primeras e iniciales de un hombre sencillo y cercano, que se dispone a escribir, con la inestimable ayuda de la gracia, las páginas del libro de su ministerio petrino.


Esbozo de programa ministerial

Si los lemas de los obispos y de los Papas indican y significan mucho -recordemos el "Totus tuus" de Juan Pablo II, por poner un ejemplo-, el lema de Benedicto XVI es también muy significativo: "Colaborador de la Verdad". La verdad de Jesucristo, que es la verdad a la que sirve la Iglesia, fue uno de los hilos conductores de su homilía en la mañana del lunes 18 de abril antes de comenzar propiamente el cónclave.

La verdad, su búsqueda y su servicio, ha sido argumento también muy presente en el mensaje con que hoy, ya Benedicto XVI, ha concluido la Misa de la Capilla Sixtina y ha comenzado esas primeras líneas, esos primeros testimonios y documentos, de su pontificado. La misa y el mensaje han sido en latín.

Benedicto XVI ha iniciado su mensaje expresando los dos sentimientos que llenan su corazón en estas horas: un sentimiento de turbación ante la responsabilidad que le ha sido confiada y una profunda acción de gracias Dios. En este contexto, ha rememorado al difunto Juan Pablo II y ha dicho "sentir su mano fuerte que estrecha la mía; me parece ver sus ojos sonrientes que me miran y escuchar sus palabras, dirigidas en este momento particularmente a mí: «No tengas miedo»".

Tras recordar y reflexionar sobre lo que ha significado de acontecimiento, de gracia y de interpelación la muerte y funerales del Papa Wojtyla, ha retomado el relato de la experiencia creyente con que vive este momento en que es Pedro y ha trazado algunos perfiles, algunas líneas e ideas sobre los que habrá de girar su ministerio apostólico.

El primero de ellos, en el orden de enunciación, ha sido el de la colegialidad episcopal, para después volver a proponer el Concilio Vaticano II como "brújula segura para orientarse en el vasto océano del tercer milenio". Ha garantizado su firme voluntad de "proseguir en el compromiso de actuación del Concilio Vaticano II", que no ha perdido actualidad y cuyas enseñanzas se muestran "particularmente relevantes y pertinentes en la relación con las nuevas instancias de la Iglesia y de la presente sociedad globalizada".


Tres confirmaciones y cinco prioridades más

En este contexto programático, Benedicto XVI ha confirmado la celebración del Año de la Eucaristía y la importancia capital y fontal de ésta en la vida de la Iglesia, ha recordado que en octubre tendrá lugar la Asamblea general del Sínodo de los Obispos, dedicada precisamente a la Eucaristía, y se ha referido a la cita en Colonia, en su patria alemana, de la Jornada Mundial de la Juventud, cuya participación y presidencia en ella ha venido a asegurar.

Los sacerdotes y los jóvenes han sido objeto asimismo de sus palabras de ánimo y de afecto. Ha apostado por la paz y por la colaboración de la Iglesia al servicio de la entera familia y ha pedido un desarrollo social auténtico, "respetuoso con la dignidad de cada y de todo ser humano".

Una veintena de líneas de este mensaje ha estado dedicado al ecumenismo, a la tarea ineludible de la unidad de los cristianos. Asimismo se ha referido al diálogo teológico, al que ha definido como "necesario" y ha llamado a la conversión del corazón por parte de todos para "acoger la plena verdad de Cristo". Recordemos que su lema episcopal y ahora pontificio reza: "Colaborador de la Verdad".

Escrito por Jesús de las Heras Muela - Director de la Revista "ECCLESIA" (Enviado especial a Roma)


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