P. Dwight Longenecker (Carolina del Sur, Estados Unidos)
P. Dwight Longenecker (Carolina del Sur, Estados Unidos)
Por: Equipo de Buenas Noticias | Fuente: www.buenas-noticias.org
«Los sacerdotes deben usar el Internet para evangelizar más». Así dice el Mensaje para el Día mundial de las Comunicaciones del Papa Benedicto XVI. «Pero, ¿cómo?». Ésta es la pregunta que muchos sacerdotes tienen.
Cuando meditamos aquel pasaje del Evangelio sobre la pesca milagrosa, no requiere de nosotros mucha imaginación para ver que el mandato del Señor «tirad las redes» puede muy felizmente aplicarse al Internet. Si somos pescadores de hombres, el Internet es nuestra red. El océano profundo es el ciberespacio y la población de peces que puede ser pescada es vasta.
Los apóstoles tiraron las redes amplia y profundamente
y el Internet nos permite hacer lo mismo.
El término retransmisión (broadcast) puede aplicarse a tirar las redes así como se puede comparar el simple método de plantar semillas con el de tirarlas a través del campo abierto. Aunque estas imágenes sirven bastante bien para entender la retransmisión tradicional, es importante estar atentos al giro fundamental que está teniendo lugar en el mundo de los media hoy en día.
Este giro va de retransmitir (broadcast) a transmisión selectiva (narrowcast). Poniéndolo de manera simple: en el viejo método de publicar -radio, televisión y cine- alguien realizaba el trabajo y luego lo enviaba a la mayor audiencia posible. Era caro sacar un libro, un show de radio, una película o un programa de televisión, por lo que el productor tenía que distribuir su trabajo al mayor número posible de audiencia para tener una ganancia.
Pero ahora, la tecnología nos permite transmitir de manera selectiva en vez de retransmitirla ampliamente a todo el mundo. Cualquiera puede producir un show de radio. Se le llama podcast y cuesta prácticamente nada. Yo puedo producir un videoclip simplemente hablando a mi computadora portátil, que tiene una cámara y un micrófono. Puedo hacer panfletos y artículos y distribuir el material instantáneamente a una audiencia global en Internet. Y mientras los broadcasters distribuyen ampliamente todo a una audiencia local amplia, los narrowcasters la distribuyen a una audiencia muy particular... pero a nivel global.
Este giro significa que las audiencias de todos los sabores en Internet están seleccionando no sólo lo que desean ver, leer o escuchar, sino también cuándo lo desean ver, leer y escuchar. Esta es una distinción muy importante, y una que debe impactarnos en la manera en que los sacerdotes usemos Internet para la evangelización.
El lado negativo de esta revolución es que parecería que sólo vamos a predicar al coro parroquial y dado que éste es el caso, deberíamos enfocarnos a nuestra audiencia.
Mi blog, Standing on My Head, tiene una audiencia diaria de 2000 lectores. Lo visitan de todas partes de los Estados Unidos y del mundo. Vienen aquí dada mi mezcla peculiar del Catolicismo: comentarios sobre conversos, apologética, humor, información personal y de inspiración, etc. No sólo publico instantáneamente y de manera global, sino que la audiencia es amigable. Los lectores ordinarios hacen comentarios y se crean discusiones sobre lo que he puesto ahí.
Y debido al elemento de transmisión selectiva a veces parece que no estoy evangelizando del todo, sino simplemente alimentando a las ovejas... y de hecho, no hay nada malo en que un pastor alimente a las ovejas.
Con el paso de los años, he estado recibiendo numerosos emails en los que se me hacía saber de un buen número de gente que había regresado a la Iglesia, volviendo a la plena comunión, o qué preguntas serias que tenían sobre la fe de la Iglesia han sido respondidas gracias a mis escritos. Ahora, esos mismos me dicen que mi blog les da fuerzas, les entretiene y les hace reflexionar sobre su fe, les ayuda en sus dificultades y les mantiene la fe viva.
Muchos anglicanos que están a un paso de regresar a la plena comunión leen mi blog y muchos me dice que ha sido, para ellos, un elemento de gran ayuda para su viaje de regreso a casa.
Al considerar todo esto, quisiera animar a los sacerdotes que les gusta escribir, y que tienen buena habilidad para la comunicación, a que se lancen a los nuevos media. El lado tecnológico no es muy difícil de gobernar y una vez que empiezas el camino, te sorprenderás del número de personas a las que puedes tocar.
En concreto, ¿qué escribir en un blog? Mantenlo corto. Hazlo diariamente. Y, sobre todo, habla simplemente sobre la verdad y con entusiasmo. Y antes de lanzar tu red asegúrate de que has pasado tiempo con Dios, pues antes de que Cristo les dijera a sus apóstoles que lanzaran las redes, les dijo vayamos a lo profundo.
El P. Dwight Longenecker es columnista del Catholic Register (www.ncregister.com)
Tomado de un artículo aparecido en National Catholic Register, 17-02-2010
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