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"I have a dream"

"I have a dream"
Así nació nuestra frágil idea de organizar un proyecto, una actividad: la llamaríamos “Soñar Despierto”.


Por: Óscar G. Cabello, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org



El 28 de agosto de 1963, a los pies del monumento a Abraham Lincoln en Washington, DC., Martin Luther King Jr. pronuncia un discurso contra la segregación racial cargado de emotividad, fuerza y contenido. “Yo tengo un sueño”, repetía Martin Luther King en varias ocasiones al final de su discurso, “Yo aún tengo un sueño…”

Las palabras “Yo tengo un sueño” volvían a sonar con renovada fuerza en el año 1998. En la norteña ciudad mexicana de Monterrey, un grupo de jóvenes funda la asociación civil Soñar Despierto. El corazón de estos jóvenes estaba herido al contemplar la pobreza en que viven tantas personas en el mundo, especialmente los niños. La génesis narrada por uno de sus fundadores es muy ilustrativa:

Todo inició en una discusión a mesa redonda en una tarde al final de un retiro de fin de semana…El tema en cuestión era la aparente paradoja entre las grandes necesidades que existían en nuestras comunidades, pese al evidente altruismo de la juventud de nuestro país (…). Nosotros mismos éramos prueba y testigos de que a pesar de tantas buenas intenciones, muy pocos jóvenes nos atrevíamos a participar activamente en alguna iniciativa social. “¿Cómo era posible?” nos preguntábamos uno al otro… A la luz de estos hechos fue que decidimos que era apropiado emprender algo creado de jóvenes para jóvenes…, nació nuestra frágil idea de organizar un proyecto, una actividad: la llamaríamos “Soñar Despierto”. Aunque era una idea simple, era una idea sin precedentes y sin duda muy emocionante: Invitaríamos a los niños de más bajos recursos de poblados de alrededor de todo nuestro Estado a gozar de una fiesta celebrada en su honor, conmemorando el día del niño. Los resultados fueron a todos ojos sorprendentes. Siete mil niños provenientes de 13 poblados y 700 jóvenes voluntarios.

Entre tantas actividades que realizan, está el esfuerzo que hacen por realizar los sueños de niños con enfermedades terminales. El pasado mes de mayo salió en televisión el caso de Osvaldo, que a sus cuatro años le detectaron cáncer en los cartílagos.

Le gustaba escuchar la música del grupo “RBD” y quería ser policía. El día que cumplió seis años escuchó ruidos en la puerta del cuarto: eran los integrantes del grupo “RBD” con un pastel de cumpleaños. Festejo, cantos y fotografía. Salió el grupo musical y se escucharon unas sirenas de patrulla que se acercaban a la casa. Un escuadrón de policías entró a su cuarto saludándolo como “Mi comandante”. Le cargaron, viajó en patrulla, voló en helicóptero, dio indicaciones por radio, pasó lista, etc. Por ese día Osvaldo vio sus ilusiones hechas realidad.

Un solo sueño realizado sería una buena noticia; por eso me quedé sorprendido al leer los números que reportan en su página de internet (www.sdespierto.org): desde 1998 han ayudado a más de 520,000 niños de escasos recursos en todo el mundo e involucrado a casi 90,000 jóvenes voluntarios. Actualmente, realizan actividades continuamente en 12 países.

Tuve la oportunidad de participar en una reunión de los directores de las filiales de Soñar Despierto. A la pregunta ¿qué es para ti Soñar Despierto? Hubo dos respuestas que reflejan la profundidad humana de estos jóvenes. Uno dijo: “cuando sueñas dormido, tienes sueños que te gustarían que fueran realidad; pero es mucho mejor cuando estas despierto y luchas por hacer tus sueños realidad”. Otro añadió: “Mi sueño es que se acabe la pobreza en el mundo”.

Sus palabras me recordaron las palabras de Martin Luther King Jr.: “Yo tengo un sueño…”. Hoy el sueño de King es una realidad. El sueño de este joven fue posible; nosotros podemos hacer realidad los sueños de otros.



Si quieres comunicarte con el autor, envía un mensaje a: buenasnoticias@arcol.org

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