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Boxeando por la libertad

Boxeando por la libertad
Libertad y perdón.


Por: Antonio Aldrette | Fuente: Buenas Noticias




Se llama Benito Eufemia, tiene 34 años y es oriundo de Barcelona, España. El pasado 5 de mayo debutó como profesional del boxeo contra el ucraniano Udo Nikolai. Por las mañanas es un gran púgil que promete mucho futuro, por las noches un preso...

Todo empezó hace nueve años en un club nocturno. El motivo: un tonto ajuste de cuentas (que quedaron saldadas). Benito era culpable de asesinato. Le echaron 28 años en la cárcel, o el «infierno» como él mismo le dice. Por aquellos días tenía sólo 20 primaveras.

28 de condena son muchos años... Para desanimar a cualquiera. Sin embargo Benito, lejos de amedrentarse, se arrepintió hondamente y se prometió salir de aquél error para no volver más.

El instrumento que escogió para redimirse es el deporte, en concreto el boxeo. Y no sólo como un pasatiempo y desfogue personal, sino el deporte como profesión. Duros entrenamientos, disciplina, dietas exigentes y una voluntad férrea. No es fácil, «el ambiente en la cárcel es demasiado pesado, y llega a ser asfixiante».

Hasta hace poco llevaba 9 años privado de su libertad, pero gracias a su arrepentimiento y deseo de superación hoy está bajo libertad condicional. «Me concedieron la condicional y he pasado del infierno a la gloria. Esta oportunidad que me han dado es como volver a nacer. Soy un hombre limpio por dentro -jamás caí en el mundo de la droga- y por fuera, pues creo que estoy pagando mi deuda con la sociedad».

Semipesado, 17 combates como amateur, 14 victorias, 2 derrotas y una anulación. Cree firmemente en el perdón y el arrepentimiento, y además también piensa que «hay alguien arriba que cuida por mí».

Benito tiene que pasar las noches en el centro penitenciario Trinitat, «a las seis de la mañana ya estoy libre. Cuando salgo, es que ni giro la cabeza, sólo miro hacia adelante. Y a trabajar. Gimnasio, mucho gimnasio y disciplina. Eso sí, cuando acaba el día vuelves a traspasar la puerta».

No se trata de alabar o justificar una actitud de por sí reprobable. Benito es culpable de asesinato y está pagando su error con Dios y con la sociedad. Sin embargo se requiere gran temple y deseos de superación para lograr rehacer una vida que había torcido el camino en sus comienzos. Es decir, nunca es tarde para andar la senda del bien y la superación personal.

En otras palabras, pronunciadas hace ya 2000 años: «Hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte, que por cien justos que no necesitan conversión». El que esté libre de pecado… que tire el primer “Knock Out”.


Si quieres comunicarte con el autor, envía un mensaje a: buenasnoticias@arcol.org

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