Menu



Conversos: historias de una vuelta a Dios (primera parte)

Conversos: historias de una vuelta a Dios (primera parte)
Diversas historias de conversos contemporáneos


Por: Jorge Enrique Mújica, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org



De racionalista a creyente...

Vittorio Messori es un intelectual católico ampliamente conocido y autor de varios best seller. ¿Pero siempre fue el creyente convencido racionalmente de su fe que es hoy? En el libro entrevista “Por qué creo. Una vida para dar razón de la fe” (Perché credo. Una vita per rendere ragione della fede, editorial Piemme) queda dada la respuesta.

Messori nació y creció en una familia agnóstica e incluso anti clerical. Se educó en un ambiente racionalista, ajeno al hecho religioso y hostil a la sola posibilidad de que Dios existiera. Pero a pesar de todo ese ambiente, en los años previos a los conflictos de 1968, Messori encontró a Cristo o, por mejor decir, Cristo encontró a Vittorio.

Cuando se desempeñaba como trabajador de la compañía telefónica Stipel, encontró un ejemplar de los Evangelios. Leyéndolos tuvo lugar el “encuentro misterioso”, casi físico con Jesús, que Vittorio jamás imaginó y él mismo ha referido. Una experiencia que describe como «la claridad de haber visto la Verdad, con toda su fuerza y evidencia». La historia de la vida de Jesús-Dios de los Evangelios golpeó profundamente su existencia y, de suyo, fue el pretexto que dio origen a su primera obra, la conocida “Hipótesis sobre Jesús”.

...de agnóstico a exorcista...

El padre Antonio Fortea es autor de libros y manuales de exorcismo y de alguna que otra novela de ficción. Su nombre y apellido son reconocidos en muchos ambientes, no sólo españoles. Pero pocos saben que cuando ese sacerdote de sotana negra contaba con 15 años, era más bien indiferente hacia el catolicismo y todo lo que oliera a Dios.

Así lo ha narrado en su libro “Memorias de un exorcista” (Ed. Martínez Roca 2008). Pero el 12 de octubre de 1983 Dios irrumpió en su vida: «Un día como cualquier otro entré en mi habitación y, de pronto, sentí que era un egoísta y una mala persona. Me entró un gran arrepentimiento y vi que la Iglesia era el camino por donde iría progresando hacia la virtud».

«Todo esto no duró más de medio minuto, no oí ninguna voz celestial ni tuve ninguna visión, pero de pronto se había operado en mí una gran conversión: había comprendido que era un pecador y que el camino de salvación era la Iglesia».

Y más adelante agrega: «En aquel mismo momento me arrodillé al lado de mi cama y oré intensamente, sabiendo que alguien me escuchaba […] Sin ningún tipo de resistencia entendí que debía confesarme […] Externamente seguí igual, pero internamente ya era otra persona».

...y dos comunistas que conocieron la fe

Antonio Gramsci (1891-1937) es ampliamente conocido en la bibliografía de cariz comunista. Nacido en Sardeña (Italia), fue uno de los pensadores, políticos y fundadores del comunismo revolucionario en ese país, al grado de considerar a la Iglesia católica como un enemigo que imposibilitaba su implantación.

Su conversión en el lecho de muerte había sido afirmada y desmentida desde hace varios años. Pero ha sido el penitenciario mayor emérito, Mons. Luigi de Magistris, quien ha venido a zanjar la cuestión.

Hacia el final de su vida, el fundador del Partido Comunista italiano estuvo internado en un hospital tratando de recuperarse de salud. «Gramsci tenía en su habitación la imagen de santa Teresita del Niño Jesús. Durante su enfermedad, las monjas de la clínica en que estaba ingresado llevaban a los enfermos la imagen del Niño Jesús, para que lo besaran».

«Como a Gramsci no se la llevaron, él se quejó: “¿Por qué no me la habéis traído?”, les dijo. Entonces le trajeron la imagen del Niño Jesús y la besó. Recibió también los sacramentos y volvió a la fe de la infancia», reveló Mons. Luigi de Magistris a Radio Vaticana.

Aldo Brandirali es otro comunista italiano. El periodista Pablo Ginés recogió en el diario español “La Razón” un poco de su suave paso a la fe desde la revolución comunista.

«Entendí que es posible construir, que si Cristo es Dios que se ha hecho Hombre, entonces los hombres pueden unirse. Me bauticé y puse nombre al misterio: Jesucristo […] Muchos amigos no quisieron seguirme y bautizarse. ¡Es tan doloroso reconocer el error, el pecado! Pero si no reconozco mi pasado, no puedo relacionarme con lo real», ha dicho Brandirali.

Tras algunas desilusiones dentro del comunismo, Aldo conoció al fundador de Comunión y Liberación, Mons. Luigi Giussani, y trabajó con él diez años, antes de hacerse católico. Fue ahí donde, poco a poco, como él mismo dice, «Aprendí a pedir, es decir, a rezar».

Califica el artículo:


Si quieres comunicarte con el autor, envía un mensaje a: buenasnoticias@arcol.org

Regala una suscripción totalmente gratis http://es.catholic.net/buenasnoticias/regalo.php

Suscríbete por primera vez a nuestros servicios
http://es.catholic.net/buenasnoticias








Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |