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Conversos: historias de una vuelta a Dios (segunda parte)

Conversos: historias de una vuelta a Dios (segunda parte)
Buenas noticias para el mundo de hoy


Por: Jorge Enrique Mújica, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org





Masones y además abortistas

«Yo era racionalista, masón y ateo. Tampoco estaba bautizado, pero mi mujer Claude estaba enferma y decidimos ir a Lourdes. Mientras ella estaba en las piscinas, el frío me obligaba a refugiarme en la cripta, donde asistí, con interés, a la primera misa de mi vida.

Cuando el cura, al leer el Evangelio, dijo: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá”, se produjo un choque tremendo en mí porque esta frase la oí el día de mi iniciación en el grado de Aprendiz y la solía repetir cuando, ya Venerable, iniciaba a los profanos [en la masonería, ndr].

En el silencio posterior -pues no había homilía- oí claramente una voz que me decía: “Bien. Pides la curación de Claude. Pero, ¿qué ofreces?”. Instantáneamente, y seguro de haber sido interpelado por Dios mismo, sólo me tenía a mí mismo para ofrecer. 

Al final de la misa acudí a la sacristía y pedí inmediatamente el bautismo al cura. Éste, estupefacto, cuando le conté mi pertenencia masónica y mis prácticas ocultistas, me dijo que fuera a ver al arzobispo de Rennes. Ese fue el inicio de mi itinerario espiritual» (cf. Confesiones de un antiguo masón, ZENIT 6.11.2008).

Es la historia de Maurice Gaillet quien llegó al grado 18, de un total de 33, en una logia masónica francesa, organización que abandonó tras 15 años de pertenencia. En el libro autobiográfico Yo fui masón (Libros Libres, 2008) confiesa haber nacido en una familia que había rechazado cualquier tipo de religión y de jamás haber sido bautizado. Antes de entrar en la masonería, muy joven, se adhirió al materialismo y al ateísmo. Médico ginecólogo, practicó abortos antes de que fueran “legales” durante mucho tiempo en Francia.

La historia de Stojan Adasevic es parecida a la de Caillet, aunque no por lo de masón. Durante 26 años fue el ginecólogo abortista más famoso de Belgrado, en Serbia. Llegó a practicar más de 48 mil abortos durante el régimen comunista y ni el ultrasonido que le permitía ver al feto le hizo cambiar su opinión y sus prácticas.

Pero una noche soñó «con un hermoso campo, lleno de niños y de jóvenes que jugaban y reían, de 4 a 24 años, pero que huían aterrados de él». En sus sueños también veía a un hombre de hábito blanco y negro que le miraba. Y el sueño se repitió muchas noches.

Al fin, en uno de esos sueños, el monje le dijo que era Tomás de Aquino. Stojan jamás había oído hablar del santo dominico. «¿Por qué no me preguntas quiénes son estos niños? –le dijo Tomás–. Son los niños que tú has ayudado a abortar». A partir de ese momento Adasevic jamás volvió a hacer ningún aborto. Pero le seguían viniendo presiones para que lo hiciera. Dos años más tarde, Tomás de Aquino, según dice Adasevic, se le volvió a aparecer en sueños para animarlo a perseverar.

Actualmente el doctor Stojan Adasevic es uno de los líderes pro vida en Serbia.

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