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De goleadora a religiosa

De goleadora a religiosa
Jugadora de fútbol durante diez años en Primera División. Y después la vocación: «Dios me seleccionó»


Por: José María Moriano, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org




«A los 21 años sentí que el deporte sólo me estaba dando alegrías momentáneas y que tenía un vacío dentro. Después descubrí que había sido seleccionada por Dios para una misión». Con la misma tenacidad con que marcaba goles, Emilia Jitaru decide ingresar en el instituto religioso de las Maestras Pías Venerini, congregación italiana dedicada a la educación de los jóvenes.

Nacida en Rumanía hace 42 años, inició la pasión del balompié a los 10: «no existían categorías separadas: si eras buena, te escogían y te ponían a jugar» Y se le daba bien: con 25 goles en su haber, la selección nacional de fútbol andaba tras ella. Una vez, cuenta, marcó desde 32 metros: «no me di cuenta que el balón entró. Cuando las compañeras gritaron supe que se había colado en la red»

Después vino la llamada: «Era una muchacha normal, jugaba bien, tenía novio, mi familia estaba bien económicamente, pero…» En efecto, experimentaba ese «pero» que no le llenaba por dentro; un vacío existencial incapaz de llenarlo incluso de las cosas buenas que le rodeaban.

«Bajo el régimen de mi país era peligroso profesarse cristiano, sin embargo para mí, que tendencialmente era atea, nunca fue un problema. Pero en la fiesta del Nombre de María, especialmente importante para nosotros, el 12 de septiembre de 1992, después de una partida, fui a Misa y comencé a sentir algo parecido a la serenidad».

En esa celebración conoció a una hermana de la congregación de las Maestras Pías, y fue así como inició esta «convocatoria» a participar en la «selección» de Dios. Como sucede tantas veces, por medio de ese «pero» Él había entrado en su corazón.

Hoy Sor Emilia vive con su comunidad en Livorno (Italia) en donde, además de colaborar en el kínder gestionado por el instituto, ha abierto una mini escuela de fútbol: La «Tres Arcángeles». Aquí acuden los niños que no son seleccionados por otros equipos:

«El fútbol transmite alegría –dice- Si un muchacho está triste porque no le hacen jugar, hay algo que no funciona. Sin embargo, con el juego se pueden transmitir valores: el respeto de sí y de los otros, la amistad, la alegría de estar juntos y de conocerse. Después quisiera acercar a los muchachos al mundo del voluntariado: el Centro Mundial, la Cáritas»

Inicia el torneo. «Tres Arcángeles» juega contra el equipo de los scout del «Livorno 9» Se necesita un coach, y ahí está Sor Emilia. Dirige un Ave María ¡y adelante! Pero antes un último consejo: «¡El primero que dé una patada a alguien sale. Aquí vencemos todos!»

Y a los padres de familia que traen a sus hijos les recuerda: «Regresad a las 19:00 pm: jugamos al balón y a las 18:00 pm vamos todos juntos a misa»

El esfuerzo al final siempre da sus frutos: Muy posiblemente estos pequeños jugadores se convertirán en el futuro en grandes cristianos preparados para «jugar» todas las partidas espirituales y «ganar» finalmente el cielo. Y esto, gracias al ejemplo de esta religiosa que ha sabido entregar lo mejor de sí misma a Dios y a los demás.


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