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Edición especial: La mejor Noticia

Edición especial: La mejor Noticia
La cruda Navidad.


Por: Aldo Sahagún | Fuente: Buenas Noticias




Te invito a hacer un experimento. Te acabas de trepar a una máquina del tiempo que te lleva al momento central de la historia. De repente, abres la puerta y comienzas a observar.

En una noche helada, con viento frío, vagan por el pueblo de Belén dos personas. Una mujer y un hombre. Ella, embarazada, monta sobre un burro. Él, desesperado, busca un lugar para pasar la noche. Una tras otra han ido de puerta en puerta, de mesón en mesón buscando hospedaje. Ninguno los acepta. Todos están llenos. No hay lugar para ellos. Por fin, un tabernero compadeciéndose les ofrece un lugar: un establo...

¡Qué vergüenza, para el padre! Tener que pasar la noche en un establo y que su hijo nazca allí. ¿Te puedes imaginar una vil cueva? Y su esposa, tiene que dar a luz rodeada de las vacas, las ovejas y en medio de un olor no muy agradable.

Pero Dios, ¿no pudo elegir un mejor lugar para nacer? Siendo el Todopoderoso era el único en el mundo que podía elegir su lugar de nacimiento. Paradójicamente no escogió la corte del imperio Romano, ni la de Herodes. Quiso nacer en un establo. ¿Por qué? Por amor a mí.

Cuando llega el momento del nacimiento es depositado en un pesebre, ¿has visto alguna vez uno? El lugar donde los animales meten el hocico para tomar el heno, la paja o la pastura. ¿Te lo puedes imaginar?, ¿te gustaría uno como cuna para tu hijo? Dios lo hace por amor a mí.

¿Quiénes asisten a este evento que ha partido la historia de la humanidad en dos? Unos cuantos animales, un buey y una mula que lo calientan con su aliento. No hay reporteros, no hay médicos ni enfermeros. Están sólo el padre, la madre y unos animales. Y Dios lo quiso así.

¿Quiénes vienen a felicitarle? Ni los ministros del Rey, ni el alcalde; ni siquiera la propia familia. Asisten unos simples pastores que cuidaban sus ovejas en medio de la noche. ¡Unos pastores! Gente ruda, sucia. Y Dios lo hace por amor a mí.

En Navidad no hay sangre pero sí hay amor. No hay latigazos ni corona de espina que nos impresionen; pero sí hay una infinita ternura y un amor de Dios que conmueve. El mismo amor con que Cristo quiso afrontar los tormentos de su pasión está presente y palpitante en estos primeros minutos de su vida.

No reduzcas esta Navidad a un momento muy bonito pasado en familia, a un regalo, a una botella de champagne. Escucha a ese Niño que quiso nacer en un pesebre por amor a ti, por amor a mí.

Contempla a ese niño, pobre, indefenso que es Dios y que se humilla haciéndose hombre para salvarte, para darle un sentido a nuestra existencia humana. Vive esta Navidad junto a María y a San José, y admira junto a ellos este misterio de amor.




El equipo de Buenas Noticias les desea una muy feliz Navidad y un santo año nuevo.


Si quieres comunicarte con el autor, envía un mensaje a: buenasnoticias@arcol.org

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