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Flash 100311

Flash 100311
Breves pinceladas del rostro amable del mundo


Por: Redacción | Fuente: www.buenas-noticias.org




VIDA
El amor es una decisión…
El actor Jim Caviezel y su esposa Kerri habían pasado dos veces por el drama del aborto y no lograban tener una familia propia. A Jim le aterrorizaba la idea de adoptar, y más aún a un niño con discapacidad: «No pensaba que pudiese amar a un niño así». Pero todo cambió cuando una amiga le mostró una imagen de un pequeño con un tumor cerebral, que podía verse dentro y fuera de la cabeza. «Había algo en sus ojos... Y me quedé como escuchándole: “¿Me amarás?”. Yo dije: “Sí, te amar锻. «El amor fue instantáneo y definitivo, a un nivel que nunca había experimentado». Entonces él y Kerri decidieron adoptar de nuevo. Les ofrecieron una niña en perfecto estado de salud, pero pensaron que sería más fácil que la adoptara otra familia, mientras que a LeLe, también con un tumor, tenía mayor necesidad de una familia. Y es que ser padre «te cambia», continúa Caviezel. «Tus prioridades son completamente distintas. Dejas de pensar en ti mismo para pensar sólo en ellos. El amor es una decisión... Cada mañana al despertar me arrodillo para dar gracias a Dios por tenerles conmigo».
Con datos de Religion en libertad, 07-03-2010

EDUCACIÓN
“En mi clase, vida sí”
La plataforma Profesionales por la Ética (PPE), invitó a los profesores españoles a firmar la declaración “En mi clase, vida sí”, en la que rechazan a impartir la ideología de la nueva ley del aborto que quiere imponer en los jóvenes la creencia de que esta práctica es un derecho. La adhesión a la declaración puede enviarse a prensa@profesionalesetica.org
Fuente: ACI, 3 de marzo de 2010

SOCIEDAD
Más familia
No cabe duda de que la defensa de la familia exige un proyecto cultural de fondo. Family and Media es un grupo de investigación internacional que analiza cómo informan los medios sobre la familia y elabora propuestas para que el retrato sea más exacto. El impulsor de esta iniciativa es Norberto González Gaitano, actual vicerrector de comunicación de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma) y antes profesor de la Universidad de Navarra.
Fuente: Aceprensa, 8 de marzo de 2010

In-FÓRMATE
Homosexuales y la Iglesia
No es raro que en los medios de comunicación se critique a la Iglesia por su supuesta posición contra los homosexuales. Pero son pocos los que ahondan y ven más allá del sensacionalismo: que la Iglesia no tiene nada contra las personas.

Un buen botón de muestra viene de África: los obispos de Uganda criticaron un proyecto de ley que prevé duras penas (en algún caso, la pena de muerte), contra los homosexuales. Ha sido, pues, la Iglesia la que se ha levantado contra esta posición, mostrando claramente que la Iglesia no condena a los homosexuales en sí, sino que incluso los defiende si es el caso.

Tal vez la mejor manera de entender la posición católica sobre este punto son los documentos que la Iglesia ha ido emitiendo a lo largo de los años: los números del Catecismo (2357-2359); la carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe del 1 de octubre de 1986, sobre la atención pastoral a las personas con tendencias homosexuales; y, del mismo dicasterio vaticano, el documento sobre algunas consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales (3 de junio de 2003), por mencionar los más importantes. Sería muy largo desarrollar todos los puntos; bastaría subrayar tres imprescindibles:

1. Es necesario hacer la distinción entre «tendencia homosexual y actos homosexuales» (Atención pastoral a las personas homosexuales, 1 de octubre de 1986). Si bien los primeros no son pecados en sí, «constituye sin embargo una tendencia, más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral» (Idem, n. 3).

2. Los hombres y mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2358; Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta sobre la atención pastoral a las personas homosexuales, 1 de octubre de 1986, n. 12), pero esto no significa que se pueda aprobar la práctica abierta del homosexualismo, cuyos actos son intrínsecamente desordenados, pues «cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2357).

3. Este mismo respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación de la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial entre un hombre y una mujer como base de la familia, célula primaria de la sociedad. «Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad. La Iglesia no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad» (Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, n. 11).

Habría mucho más que decir, pero estas breves líneas pueden dejar claras las premisas para cuando alguien desee opinar, de manera arbitraria, sobre la posición de la Iglesia en este campo. Después de todo, la Iglesia, que es Madre, ama a todos y desea que sus hijos sean felices aquí en la tierra y, al final de la vida, lleguen a la auténtica y verdadera meta: el abrazo eterno con Dios.

Por Adán López, L.C.
Con datos de Alfa y Omega, 25-II-2010 y los documentos vaticanos antes citados

UN BUEN LIBRO
Título: Soy tu Madre
Autor: Héctor Guerra, LC y Juan Pablo Ledesma, LC
Editorial: Planeta – Testimonio
¿Cómo era María? ¿Cómo pensaba, sentía, vivía? ¿Cómo latía su Corazón al contacto con Dios? Y, como consecuencia, cómo piensa, siente y vive, podemos vislumbrarlo en estas páginas, que son un precioso bosquejo de la obra maestra que veremos un día en el Cielo. María nuestra Madre, nuestro modelo, nuestra Maestra. ¡Qué seguridad verse envuelto en el dulcísimo magisterio de la Madre de Dios! Sumergirse en estas páginas es caer en la cuenta de que somos hijos de María y descubrir que sus santuarios son remansos de «su ternura materna»; que abren sin cesar los corazones a la gracia divina, incluyendo el santuario de nuestro propio corazón, ese corazón que se hizo Suyo cuando nos dio a luz en el Calvario.
Para conseguir el libro, visita:
Librería Balmes o Casa del libro


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