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Home run!

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"Un día está… el siguiente día, ya no". Así resume Mark Teixeira uno de los momentos más decisivos de su existencia.


Por: Santiago Mejía, L.C | Fuente: www.buenas-noticias.org




"Un día está… el siguiente día, ya no" Así resume Mark Teixeira uno de los momentos más decisivos de su existencia. Encabeza la lista de "momentos decisivos" que incluye la participación en dos All-Star Games de la MBA (Liga de Baseball Profesional de estados unidos) el trofeo del World Series de béisbol y un puesto en “la mejor franquicia de deportes” de todos los tiempos: los Yankess de Nueva York.

"De joven, uno considera las lecciones de vida a un nivel meramente teorético. Se carece de experiencia real para entender la importancia de lo que se recibe. Las lecciones se reciben sin más profundidad e incluso se dejan a un lado hasta toparse con situaciones concretas en que aplicarlas".

La situación concreta: el accidente automovilístico que cogió a todos de sorpresa. Su mejor amigo y compañero de escuela y equipo deportivo padeció dejando huella trascendente y profunda:

"En un juego como el béisbol, se tienen oportunidades para volver a empezar y corregir, y en general se puede decir lo mismo de la vida. Sin embargo, llegará el momento cuando todos dejemos esta vida… y ahí terminan las segundas oportunidades. Es ahí donde se pone en relieve lo mucho que le debemos a Dios".

Se puede ignorar esta realidad ante los anuncios televisivos, la moda, y el frenesí cosmético moderno. Ahí donde se congela el tiempo, se predica la juventud, pasión y olvido de sí, parece no existir ese instante final e inevitable.

Lejos de ser momento de terror o razón por temer, "cuando la muerte de alguien cercano nos da una cachetada, es una perfecta oportunidad para examinar nuestro interior y ver cómo estamos ante Dios" y luego volver a emprender el camino con mayor gratitud y con fino sentido de lo que es realmente importante.

No debe extrañar que uno de los libros más vendidos en años recientes, 7 Hábitos de Personas Altamente Efectivos por Stephen Covey, ha puesto como uno de los primeros pasos y ejemplos para aprovechar mejor el tiempo: imaginarse el entorno personal después de la propia muerte. Choca a cualquiera pero los muchos que han tomado este paso testificarán el cambio radical en el modo de ver la vida.

De repente se vuelve ridículo el rutinario enojo al ver el perro del vecino en el jardín. Se vuelve llevadera la lucha diaria por educar a los hijos y formar la paciencia necesaria en todo matrimonio. Torna en regalo cada nueva experiencia con amigos y familia. Se ríe más, se ama mejor, se aprovecha a fondo.

Del béisbol a la vida, Mark resume el esfuerzo: "Durante la temporada hay tantos juegos que los errores son inevitables. Sólo se tiene que aplicar la justa medida de esfuerzo y siempre recordar que el trabajo es de dentro hacia fuera, haciendo lo que las propias capacidades permiten en ese momento, en vez de perderse en cosas que van más allá del propio alcance. Luego dejar que los resultados vengan".

La muerte pues, se transforma de mala noticia en buenas noticias: de un singular evento que duele a un efecto plural que mueve.



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