Menu



Juego de damas

Juego de damas
Reglas básicas para alcanzar la felicidad y el éxito


Por: Adolfo Güémez | Fuente: Buenas Noticias



Me gustó mucho la afirmación que un experto de la superación personal hizo en una de sus conferencias hace algunos días.

Comenzó por preguntar a su auditorio si alguien conocía las reglas del juego de damas. Las manos se alzaron como espigas y las respuestas fueron muy variadas. El conferencista las resumió en tres. Y luego agregó: «Las mismas, exactamente las mismas, constituyen las reglas para todo hombre que quiera llegar a ser feliz».

1ª No se pueden dar dos pasos a la vez:

¡Qué fácil nos olvidamos de esta verdad de Perogrullo! Con frecuencia nos hallamos con ganas de comernos el mundo entero de un solo bocado, de conquistarlo todo en un instante, en un “ya”. Pero parece que se nos opone...

Dice un proverbio chino que con la ayuda del tiempo y de la paciencia, la hoja de la morera termina por convertirse en seda. Ahí lo tenemos, para conquistar cualquier cosa -máxime nuestra felicidad- debemos ir paso a paso, con la certeza de que si seguimos avanzando, algún día llegaremos a la meta.

2ª Sólo se puede ir hacia delante; no hay marcha atrás:

En la vida, como en las damas, no hay marcha atrás. Una vez que se ha dado el banderazo de salida, el único modo de terminar una carrera es llegando a la meta. El cronómetro corre, y nosotros debemos avanzar con él.

Esta regla nos hará huir muchas veces -como el héroe griego, Ulises- de las sirenas de nuestros sentimientos. La leyenda decía que las sirenas, con canciones hechiceras, atraían de modo irresistible a los marinos hacia unas rocas que se ocultaban debajo de la superficie de las aguas. Ahí, la barca se estrellaba y caía prisionera de ellas. Ulises lo sabía, pero no temió. Tapó con cera los oídos de sus compañeros y él se hizo atar al palo mayor. Así logró pasar por el lugar donde centenares de hombres perdían su libertad y su felicidad.

Este es el heroísmo que debe encarnar todo hombre que quiera conquistar su felicidad: seguir siempre adelante, no volver la vista, y superar con arrojo todo obstáculo.

3ª Cuando se llega a la meta, se puede ir a donde quiera:

El hombre que ha combatido con madurez posee equilibrio, armonía interior; tiene un recio control de sí mismo, es responsable de sus decisiones y acciones. La lucha sincera le ha llevado a descubrir que sólo el amor llena su corazón.

“Ama y haz lo que quieras”, decía San Agustín. Sólo seremos felices a condición de que el amor informe todos nuestros actos y deseos. No un amor egoísta, de sentimiento; sino expansivo, unificador. Sólo desde él, todo hombre será verdaderamente libre y profundamente feliz.



Si quieres comunicarte con el autor, envía un mensaje a:
buenasnoticias@arcol.org








Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |