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Luxemburgo tiene cabeza

Luxemburgo tiene cabeza
Ha mostrado al mundo que el cristiano puede mantener sus valores a pesar de las dificultades.


Por: José Miguel Guzmán, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org



Luxemburgo se ha convertido en el cuarto país del mundo en legalizar la eutanasia, después de los Países Bajos, Bélgica y Colombia. La nueva ley permite a los médicos quitar la vida a los pacientes que se encuentren en estado terminal y que explícitamente lo pidan.

Todo comenzó a inicios de diciembre del año 2008. La cámara de diputados propuso la ley y el Gran Duque Henri, cabeza de Estado, se mantuvo firme en sus convicciones a favor de la vida y la rechazó. Declaró que por razones de conciencia no sería capaz de firmar la ley propuesta, pues con una simple firma autorizaría a los médicos el poder matar a sus pacientes bajo ciertas circunstancias.

Ante esta postura del Gran Duque, se produjo toda una avalancha de protestas por parte de los parlamentarios, dirigidos fundamentalmente por el primer ministro Jean-Claude Junker. Para conseguir su objetivo, decidieron modificar la ley en lo referente a los poderes del Soberano. De esta manera, el 10 de diciembre de 2008, al Gran Duque le fue retirado su poder legislativo, perdiendo así la capacidad de aprobar o de vetar las leyes propuestas por el parlamento.

Fue de esta manera como después de fuertes y acaloradas discusiones, el 26 de febrero de 2009, el parlamento de Luxemburgo votó a favor de legalizar la eutanasia, convirtiéndose en el tercer país de la Unión Europea en aprobarla.

Es notable, como se puede apreciar, la figura del Gran Duque Henri. A pesar de la mala fama que se adquirió y de perder su capacidad de legislar sobre Luxemburgo, prefirió mantener en alto los valores del Estado que encabeza, aunque al final, estos no hayan sido respetados.

Figuras como el Gran Duque nos hacen ver que a pesar de tener a todo el mundo en contra, se puede ser un verdadero cristiano y poner en la mesa los verdaderos valores que muchos hombres han olvidado, como son el de la vida, la familia, la justicia y la coherencia.

El Gran Duque es un ejemplo a seguir. Con una hermosa familia de cinco hijos hace ver que, así como la familia, la vida de cada persona es insustituible. Ha mostrado al mundo que el cristiano puede mantener sus valores a pesar de las dificultades.

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