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Oro para las mamás del mundo

Oro para las mamás del mundo
Maternidad y trabajo.


Por: Esaúl Toscano | Fuente: Buenas Noticias




«La medalla es para todas las mamás del mundo. No es verdad que los hijos son un impedimento: más aún, te permiten realizar los sueños más hermosos». Quien así habla es la atleta italiana, Valentina Vezzali, oro olímpico de esgrima en Sydney 2000 y Atenas 2004. Y además, cuatro veces campeona mundial; la última vez, el pasado 9 de octubre en la ciudad alemana de Lipsia.

Quién hubiera pensado que, después de cuatro meses de haber dado a luz a un niño, ganaría la final mundial en una disciplina que exige entrenamiento constante, e implica concentración y agilidad.

En la final quería sólo dar lo mejor de sí misma; no buscaba el éxito, sino hacer aquello que más le gustaba. Tuvo que remontar el enfrentamiento cuando perdía 2 a 6, y terminó el asalto con un 11 a 10, arrebatando la victoria a la joven alemana Anja Müller. ¿De dónde sacó las fuerzas? ¿Qué le motivó a seguir luchando? El secreto es esta frase: «los hijos te permiten realizar los sueños más hermosos».

Fue una medalla dura y trabajada. No faltaron momentos de grandes llantos y muchos otros de crisis, pero era necesario esperar y confiar: «Soy creyente, después de los juegos olímpicos de Atenas quería un hijo y Pietro (su retoño de 4 meses) llegó. Sí, Dios me ha ayudado, y me ha dado los tiempos justos para ser madre y para volver a triunfar como atleta».

Esta frase me recuerda mucho las palabras que otra mujer, la Sra. Marjorie Dannenfelser, presidenta del Susan B. Anthony List (un comité de acción política dedicado a la elección de mujeres pro-vida para el Congreso de Estados Unidos y para cargos ejecutivos del Estado), decía en un simposio titulado Mujer, entre familia y trabajo: «Para combinar los diversos papeles en sus vidas, las mujeres necesitan disciplina y organización, perseverancia ante los problemas y, sobre todo, confianza en Dios que hará de nuestras vidas algo hermoso -una obra de arte inefable- si le dejamos».

Valentina Vezzali, casada con el centrocampista del Gela, como madre y campeona, profesionista exitosa, se convierte en un modelo y en un fuerte reclamo ante la sociedad que cree que familia y trabajo son dos conceptos inconciliables; y que maternidad y carrera profesional no forman pareja.

Ella no vio en su hijo una carga o un obstáculo para realizar sus sueños. Pietro constituyó el estímulo principal para superarse. Ella es una bandera para todas las mamás del mundo, pues cada una de ellas merece esa medalla de oro por su generosidad y sacrificio. Su hijo un día será feliz al saber que su madre es capaz de ofrecer tales regalos.


Con información del Corriere della Sera, lunes 10 de octubre de 2005.



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