Menu



Se buscan aventureros

Se buscan aventureros
Los grandes aventureros de nuestro siglo son los padres de familia


Por: Juan Antonio Ruiz, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org





José Luis Martín Descalzo escribió un día una de esas frases que, al leerla, se le llena a uno el corazón de sana envidia: «Si alguien me preguntara de qué me siento yo más satisfecho y orgulloso en mi vida, creo que no vacilaría un solo segundo para decir (dejando de lado mi fe) que de mi familia, de la casa en la que tuve la suerte de nacer y vivir».

Últimamente, cuando leo testimonios como éste, se me viene de manera espontánea a la mente una mujer que, aunque no he podido conocerla personalmente, he llegado ya a admirar, gracias a sus mensajes de correo electrónico. ¿Me permiten que se la presente?

Se llama Lucrecia. Vive en México y está felizmente casada desde hace veintitantos años. Forma parte del Movimiento Regnum Christi ( http://www.regnumchristi.org ), al que pertenece desde hace más de treinta años, y en el que lleva a cabo, con mucho cariño, diversos apostolados.

Muchas cosas me impresionan de Lucrecia: su alegría y entusiasmo, su fe y dedicación en el apostolado. Pero, con el paso del tiempo, me he dado cuenta que hay algo que me ha tocado hondamente: su valentía.

Esta “teoría” mía quedó prácticamente sellada cuando le pregunté cuándo vendría a Roma para conocerla. Como respuesta me dijo: «Le mando como anexo las diez razones que tengo para no ir a Roma». Al abrir el anexo me topé con una foto de su familia al completo: los padres y los nueve hijos, todos sonrientes. «¡Caray -pensé- esto sí que es valor!».

Pero, más que el hecho de ser familia numerosa, llama la atención el cariño que reina en ellos: «Para nosotros, cada niño ha sido una nueva oportunidad para abrazar, acariciar, sonreír, compartir, sacrificarnos… amar». Este tipo de frases son una constante en sus mensajes.

¡Ja! Estoy seguro que si leyera esto, Lucrecia ya me estaría “regañando”, pues ella no ve que esto sea algo del otro mundo. «Me encantan los esposos normales, esos que son fieles hasta la muerte, esos que no tienen miedo a tener hijos – me dijo cierto día – y doy gracias a Dios de tener la oportunidad de dar al mundo la buena noticia de que todavía existan algunos en el mundo».

Me he preguntado qué fórmula mágica utilizan para educar a sus hijos… ¿Algo en la comida? En realidad, es más sencillo: «Les enseñamos a amar en lo concreto: “Compartiendo sabe más rico”, “Ayúdale, que no puede solo”, “¿Le enseñas, porfa?” y varios otros». Y ¿cuáles son los resultados? «Las virtudes se aprenden de manera natural: la generosidad, la adaptación a diversas situaciones o personas, se le da peso a lo verdaderamente importante».

Y termina con esta afirmación: «Hemos experimentado que es verdad aquello de “busca primero el Reino de Dios y todo lo demás vendrá por añadidura”».

Mientras algunas personas siguen queriendo desvalorizar a la familia, un testimonio como el de Lucrecia, a la que celebro mucho conocer, nos llena de esperanza y de alegría. Martín Descalzo estaría feliz al conocer este tipo de familias que tratan de transmitir que aún es posible amar a manos llenas.

Tenía razón Charles Péguy cuando dijo que «los grandes aventureros del siglo XX son los padres de familia». Así es, y a nuestro mundo le urgen aventureros… al estilo Lucrecia.



Si quieres comunicarte con el autor, envía un mensaje a: buenasnoticias@arcol.org

Regala una suscripción totalmente gratis http://es.catholic.net/buenasnoticias/regalo.php

Suscríbete por primera vez a nuestros servicios
http://es.catholic.net/buenasnoticias








Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |