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¿Cuánto vale un amigo?

¿Cuánto vale un amigo?
Un amigo vale más que nada.


Por: Rodolfo Caballero | Fuente: Buenas Noticias



Una de las historias más hermosas del “Old Far West” es la que cuentan de Bill, joven vaquero que había sido condenado a muerte injustamente en un pueblecillo.

Como toda defensa contra la acusación había sido inútil, no hubo más remedio que la resignación. Pidió a las autoridades que se le concediera un último deseo: dar el adiós definitivo a los suyos.

La petición fue aceptada a condición de que otro tomara su lugar hasta su regreso. Así las autoridades evitarían una posible fuga. Fue así como Jack -su inseparable amigo- aceptó ir tras las rejas.

Llegado el día fatal, la plaza se llenó de gente que deseaba presenciar el terrible espectáculo. El verdugo ya sujetaba la cuerda. Bill no había regresado aún, por lo que Jack se acercó con paso seguro, dispuesto a ofrecer su cuello por el amigo falsamente acusado.

De repente, un hombre se abrió paso entre el gentío. Todos gritaron al unísono: «¡Bill!». El recién llegado subió al patíbulo de un salto, quitó la soga del cuello del amigo. Mas éste no lo consintió. Pero Bill no se perdonaría que ajusticiaran a su amigo en lugar suyo. Como ni uno ni otro daba su brazo a torcer, se desató un noble altercado. Cada uno de los amigos estaba dispuesto a morir por el otro.

Los concurrentes se echaron a llorar ante tal insigne muestra de amistad y, a garganta viva, pidieron el indulto. Ese día se salvó sangre inocente, gracias a una amistad desinteresada.

Este hecho es sólo una imagen de tantas amistades que se cultivan en nuestros tiempos modernos dentro de la selva de cemento armado de todas ciudades de mundo, de la campiña y de la costa. Mientras el orbe siga girando en su propio eje, habrá amigos, hombres dispuestos a darlo todo por el otro. Porque el corazón humano jamás dejará de amar.

Y acerca de la amistad no he encontrado una mejor descripción que ésta: «Un amigo fiel es poderoso protector; el que lo encuentra halla un tesoro. Nada vale tanto como el amigo fiel; su precio es incalculable. Un amigo fiel es remedio saludable».

Es cierto, el verdadero amigo querrá no sólo lo mejor para ti, sino que seas mejor. Pues el genuino amigo comprende que en la amistad lo primero es el amigo.

Por ello, el amigo no dudará en dar la vida por ti.

Por eso vale tanto un amigo.



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buenasnoticias@arcol.org








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