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La verdadera fortaleza

La verdadera fortaleza
Ayudar a salir de la prostitución


Por: José Alberto Lesso | Fuente: Buenas Noticias



Fuertes, valientes, seguros de sí mismos, inquebrantables… Así son los héroes que el mundo del cine nos presenta. Hombres capaces de atravesar por en medio de sangrientas batallas sin ser heridos, que realizan acrobacias mortales sin sufrir ningún daño y que al final, cuando todo está derrumbado, cuando todos han caído, ellos permanecen de pie.

En nuestro mundo de carne y hueso, sin embargo, no es más fuerte el que nunca cae, sino el que siempre se levanta. Y es que, tarde o temprano todos caemos, pero no todos tenemos la fuerza y el valor para volvernos a levantar.

Linda Watson es el nombre de una pobre madre que a temprana edad se encontró sola y con tres hijos que «no tenían más que el suelo para dormir».

Su vida es un grito de amor, que en medio de terribles angustias económicas escuchó una voz: «¿Te interesaría ganar 2.000 dólares a la semana?» Un abismo se abrió inesperadamente a sus pies y ella, pensando en sus hijos, no hizo más que dar un paso.

Linda cayó y cayó profundo. Creía que sería algo momentáneo, pero se vio atrapada, enredada y asfixiada por más de 20 años en el comercio del sexo, sin dignidad, reducida a «un trozo de carne», como ella misma confesó a Zenit.

De en medio del fango se levantó y dejó entrar a Dios en su corazón. Buscó empleo; pero nadie le contrató. Intentó fundar una sociedad para acoger prostitutas y nadie la apoyó.

«No sé cuántos cientos de iglesias me rechazaron, hasta que llegué a la puerta de la oficina del arzobispo católico. Él percibió mi visión de futuro».

Inspirada en la Madre Teresa de Calcuta, comenzó a establecer casas de recuperación para prostitutas «Linda’s Houses of Hope» (Las casas de la esperanza de Linda). Allí, muchas veces tiene que trabajar con las víctimas partiendo de cero. «Algunas de las jóvenes vienen a mi puerta sin sus prendas, hasta sin dientes».

Linda Watson se ha convertido en una férrea luchadora contra la legalización de la prostitución en su país, Australia. Y se ganó en el 2003 el título a «la mujer más inspiradora del año».

No es más fuerte el que nunca cae, sino el que siempre se levanta. Ésta es la enseñanza que nos demuestra Linda Watson. Su caída fue dolorosa, prolongada y humillante ¿De dónde sacó las fuerzas para levantarse? Ella mismo lo responde al hablar sobre la Madre Teresa de Calcuta y Juan Pablo II: «Sé que tuvimos un pasado muy distinto, pero también sé que nosotros amamos amar».


Si quieres comunicarte con el autor, envía un mensaje a: buenasnoticias@arcol.org

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